El punto G de los hombres: un mapa para hacerlos felices

Uno de los temas de conversación que más llama la atención entre hombres y mujeres es el de la ubicación del punto G. Este tema, que en algunas personas muy conservadoras es tabú, cada vez se toca más. En el caso de los hombres esta zona se encuentra en la próstata, una glándula propia de los mamíferos machos.

En los hombres es del tamaño de una nuez y está compuesta por una zona periférica, una central y otra transicional. La primera rodea la uretra, la segunda los conductos eyaculatorios y la última la uretra proximal.

Esta parte del cuerpo se ha relacionado mucho con el placer del hombre. El tabú de hablar sobre ella es porque se encuentra dentro del cuerpo, entre la base del pene y el recto. Es decir, está debajo de la vejiga y se puede encontrar a 5 centímetros del recto. Para palparla se debe insertar un dedo limpio y lubricado en el ano.

Esta glándula es muy sensible al placer, según recoge Planned Parenthood. Todavía no está clara la manera en que esta produce el placer, pero una investigación que data del 2018 afirma que existen dos maneras en las que se da.

Uno de los planteamientos señala que existe un grupo de nervios conectados a la próstata, conocidos como plexo prostático y proviene de la parte inferior del plexo pélvico. Esta glándula está conectada a estos nervios junto al pene y la uretra y esto sería lo que produzca el placer.

El segundo postulado apunta al cerebro. De acuerdo con la teoría, cuando más se presta atención a dicha glándula es cuando más placer se genera.

Cuidado de la próstata

Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos calculan que, por lo menos, el 13 % de los hombres en dicho país se ven afectados por el cáncer de próstata. A pesar de estas alarmantes cifras, hay una serie de lineamientos para mantener esta glándula saludable.

Sin embargo, existen varias maneras de mantener una próstata saludable. Por ejemplo, la Fundación contra el Cáncer de Próstata enumera una serie de recomendaciones para prevenir dicha patología. Entre ellas se encuentra someterse a una dieta saludable y practicar frecuentemente actividad física, reducir el consumo de carnes rojas y lácteos, no consumir más de 1.200 miligramos de calcio diario, aumentar la ingesta de pescado, incluir más vegetales en las comidas, consumir te verde y evitar el consumo de alcohol y cigarrillos.