Relaciones
¿De qué nos cuesta más hablar a las mujeres y de qué a los hombres?
Miedo, rabia y vulnerabilidad, algunas de las cosas que hombres y mujeres asumimos diferente. ¿Cuáles son nuestras principales difeencias?
Cuando hablamos de algo que nos indigna, que nos parece injusto o que no nos satisface nos sentimos juzgadas: “bravas, brujas, malgeniadas, histéricas...”.
Cuando ellos hablan de lo que les duele, de lo que los conmueve, de sus pérdidas se sienten juzgados: “débiles, emocionales, sensibleros, maricas...”.
Así que cada género tiene socialmente asignadas unas zonas prohibidas, unos territorios emocionales a los que entramos, claro, pero de los que no podemos hablar. Para nosotras es la rabia, para ellos es la tristeza. Sin embargo, todos tenemos una zona en común: el miedo.
Tenemos aquí las 48 frases que toda mujer ha oído en su vida y un hombre no... y viceversa. ¡Simplemente geniales!
La rabia es una emoción que nos sirve para ir hacia adelante, para luchar; por eso ha sido territorio masculino, para ellos ha sido necesaria como combustible para la batalla.
La tristeza es una emoción que nos sirve para ir hacia atrás, para cuidar y contener; por eso ha sido nuestro territorio, nuestra energía para el hogar. Así que nuestras emociones tienen historia y la historia está cambiando, quizás más rápido de lo que pueden cambiar nuestros imaginarios. Ahí vamos... Pero, ¿qué pasa con el miedo?
¿Sabías que hay cosas de nuestra relación y vida privada que es mejor no contar? Aquí te contamos cuáles son y por qué. Es mejor prevenir que curar.
Por todo lado vemos mensajes que ponen en pedestales al éxito, al optimismo, a la manifestación de tus deseos, al logro de metas, al pensamiento positivo que todo lo puede. Ok, yo creo en esto, sin duda. Pero creo que no podemos alcanzar tanta luz, sin reconocer las sombras.
Al miedo no le gusta que lo veamos a la cara, mucho menos que lo nombremos y hablemos de él. Quizás tanto énfasis en “lo bueno” surge, precisamente, de enormes miedos que crecen y crecen en silencio. Miedo al fracaso, miedo a la desesperanza, a no lograrlo, a no poder, a no ser tan bueno, a no estar a la altura... Creemos que si lo negamos, desaparecerá. Y no.
Entonces las mujeres convertimos nuestro miedo en tristeza y los hombres convierten su miedo en rabia. Porque la tristeza y la rabia sí se pueden expresar.
Y hablando de expresarse, Carolina Alonso nos cuenta también por qué nos resulta tan difícil hablar de sexo, aquí. Aunque no lo creas, te ayudará a entender muchas cosas.
Hablar de nuestros miedos es ser “vulnerables” y, como hemos confundido la vulnerabilidad con debilidad, no podemos permitirnos ser vulnerables porque alguien nos puede hacer daño. Entonces no hablamos del miedo y, por lo tanto, no pedimos ayuda ni lo que necesitamos. El miedo crece en ese silencio, la insatisfacción también.
Puesto que las emociones son energía y —como aprendiste en el colegio— la energía no se destruye sino que se transforma, el miedo se transforma en enfermedad. La paradoja entonces es esta: por no querer ser vulnerables, por temer el daño que otros puedan hacernos, nos debilitamos, nos hacemos daño a nosotros mismas...
#AccionesDeAmor:
- Completa las siguientes frases:
- Siento rabia cuando haces __________________________
- En (esta circunstancia) me da miedo ______________________
- Luego inicia una conversación diciendo: “Hablar de esto para mí es difícil porque estoy aprendiendo”; respira profundo y continúa con una de las frases anteriores.
- Obsérvate y observa a tu interlocutor con amorosa curiosidad.
Un abrazo,
Carolina Alonso C.
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