Sicología
10 consejos para afrontar una ruptura afectiva
Fucsia.co, 28/11/2013
En todos los casos, el fin de una relación sentimental genera traumas emocionales. Un experto nos cuenta cómo hacer para que esta experiencia sea una oportunidad de reinvención.
“Hay que eliminar la idea de que una ruptura no va a ser traumática, pues, de alguna forma, generará algún tipo de impacto emocional”, aseguró a Fucsia.co, José Alonso Peña, sicólogo y coach en estrategias de seducción y relación de pareja.
Peña, además, expone consejos para que la experiencia de la pérdida que se genera tras dar por terminada una relación sea una oportunidad para reconstruirse y no una excusa para la autodestrucción.
1. Se debe entender que una ruptura es un duelo y se debe asumir como tal. De hecho, Peña afirma que una ruptura afectiva es mucho peor que un duelo de muerte. Por esta razón, es necesario que se afronte de esta manera.
2.Tener muy claras las razones por las que se termina la relación. La sinceridad de ambas partes es clave para que al finalizar quede todo muy claro. Peña cuenta que cuando una relación termina es porque las cosas venían mal desde antes, por lo que, en muy pocos casos, la decisión no es repentina. “Los argumentos deben ser válidos, claros y ciertos”, cuenta el experto.
3.No intentar ser amigo de la expareja. Es es uno de los errores que más se cometen en esta etapa. El psicólogo recomienda no tratar de establecer ningún tipo de vínculo, por lo menos, durante los tres meses posteriores a terminar; es decir, aplicar la ley del cero contacto, con el fin de evitar malentendidos y conflictos a largo plazo.
Asimismo, la familia y los amigos en común no deben ser fuentes de información para ninguno de los dos, pues con esto solo logran que el ciclo tarde mayor tiempo en cerrar.
4.“Antes de terminar, se debe evaluar si se han agotado todas las posibilidades de parte y parte”, dice. Cuando una pareja experimenta una crisis, hasta el punto de asegurar que no hay nada que se pueda hacer para que la relación continúe, ambos deben analizar los pro y contra de la situación. Si, definitivamente, uno de los dos decide que no hay solución; el otro debe aceptar su decisión y retirarse con dignidad, por más que duela.
5.Tener claro que la decisión que se tome es la mejor para ambos. Antes de dar por terminada la relación, es importante, además de estar completamente seguro, examinar las consecuencias que traerá la separación.
6.El respeto ante todo. Es vital que los temas de conversación se den con el mayor tacto y respeto posibles. La recomendación es no callar los aspectos que no nos agradan de la pareja, hasta el punto de explotar y decirlos de una forma hiriente. En estos casos, hay que acudir a la serenidad, para que la conversación no se salga de control.
7.“Nadie es responsable de la reacción del otro”. En relaciones destructivas, escuchar frases como “si me dejas me mato” es muy común. Sin embargo, la forma en la que la otra persona afronta la pérdida no está sujeta a su expareja, por lo que se debe hacer caso omiso a estos tipos de manipulación y no sentir culpabilidad.
8. Si hay asuntos pendientes hay que generar acuerdos. Las dudas relativas al tema económico son algunas de las más comunes posterior a la separación. Por ello, se deben hacer acuerdos para dar por terminadas, además de la relación, las cuentas, de todo tipo, con la ex pareja.
9. ¿Y los regalos? La regla de oro es nunca devolver los detalles que se recibieron durante el tiempo que duró la relación, pues es un acto psicológicamente muy agresivo. El consejo es guardarlos, botarlos o usarlos, pero no elegir esa opción, sin antes haber eliminado la carga emocional de los objetos.
10.Un clavo no saca a otro clavo. Después de la ruptura es poco sano empezar una nueva relación, por cualquiera de las partes implicadas. Se debe vivir el duelo por sí mismo y esto no implica cargar a otro el dolor o la nostalgia de la pérdida, para evitar asumirlo.
“Hay que entender que cuando una relación se acaba más que un fracaso es un éxito”. Peña afirma que una ruptura afectiva es una oportunidad para reinventarse y para preocuparse por sí mismo, además para entender que la felicidad propia no debe dejarse en manos de otra persona.
"En el amor hay que aprender a perder. Si no te aman, no hay que insistir, ni suplicar ni tratar de convencer al otro o la otra. Cuando no se es correspondido, lo mejor es matar toda esperanza, porque la expectativa puede hacer que uno se pegue a relaciones tóxicas por años esperando el milagro de una resurrección amorosa que nunca llega", dice el psicólogo Walter Riso.
Peña, además, expone consejos para que la experiencia de la pérdida que se genera tras dar por terminada una relación sea una oportunidad para reconstruirse y no una excusa para la autodestrucción.
1. Se debe entender que una ruptura es un duelo y se debe asumir como tal. De hecho, Peña afirma que una ruptura afectiva es mucho peor que un duelo de muerte. Por esta razón, es necesario que se afronte de esta manera.
2.Tener muy claras las razones por las que se termina la relación. La sinceridad de ambas partes es clave para que al finalizar quede todo muy claro. Peña cuenta que cuando una relación termina es porque las cosas venían mal desde antes, por lo que, en muy pocos casos, la decisión no es repentina. “Los argumentos deben ser válidos, claros y ciertos”, cuenta el experto.
3.No intentar ser amigo de la expareja. Es es uno de los errores que más se cometen en esta etapa. El psicólogo recomienda no tratar de establecer ningún tipo de vínculo, por lo menos, durante los tres meses posteriores a terminar; es decir, aplicar la ley del cero contacto, con el fin de evitar malentendidos y conflictos a largo plazo.
Asimismo, la familia y los amigos en común no deben ser fuentes de información para ninguno de los dos, pues con esto solo logran que el ciclo tarde mayor tiempo en cerrar.
4.“Antes de terminar, se debe evaluar si se han agotado todas las posibilidades de parte y parte”, dice. Cuando una pareja experimenta una crisis, hasta el punto de asegurar que no hay nada que se pueda hacer para que la relación continúe, ambos deben analizar los pro y contra de la situación. Si, definitivamente, uno de los dos decide que no hay solución; el otro debe aceptar su decisión y retirarse con dignidad, por más que duela.
5.Tener claro que la decisión que se tome es la mejor para ambos. Antes de dar por terminada la relación, es importante, además de estar completamente seguro, examinar las consecuencias que traerá la separación.
6.El respeto ante todo. Es vital que los temas de conversación se den con el mayor tacto y respeto posibles. La recomendación es no callar los aspectos que no nos agradan de la pareja, hasta el punto de explotar y decirlos de una forma hiriente. En estos casos, hay que acudir a la serenidad, para que la conversación no se salga de control.
7.“Nadie es responsable de la reacción del otro”. En relaciones destructivas, escuchar frases como “si me dejas me mato” es muy común. Sin embargo, la forma en la que la otra persona afronta la pérdida no está sujeta a su expareja, por lo que se debe hacer caso omiso a estos tipos de manipulación y no sentir culpabilidad.
8. Si hay asuntos pendientes hay que generar acuerdos. Las dudas relativas al tema económico son algunas de las más comunes posterior a la separación. Por ello, se deben hacer acuerdos para dar por terminadas, además de la relación, las cuentas, de todo tipo, con la ex pareja.
9. ¿Y los regalos? La regla de oro es nunca devolver los detalles que se recibieron durante el tiempo que duró la relación, pues es un acto psicológicamente muy agresivo. El consejo es guardarlos, botarlos o usarlos, pero no elegir esa opción, sin antes haber eliminado la carga emocional de los objetos.
10.Un clavo no saca a otro clavo. Después de la ruptura es poco sano empezar una nueva relación, por cualquiera de las partes implicadas. Se debe vivir el duelo por sí mismo y esto no implica cargar a otro el dolor o la nostalgia de la pérdida, para evitar asumirlo.
“Hay que entender que cuando una relación se acaba más que un fracaso es un éxito”. Peña afirma que una ruptura afectiva es una oportunidad para reinventarse y para preocuparse por sí mismo, además para entender que la felicidad propia no debe dejarse en manos de otra persona.
"En el amor hay que aprender a perder. Si no te aman, no hay que insistir, ni suplicar ni tratar de convencer al otro o la otra. Cuando no se es correspondido, lo mejor es matar toda esperanza, porque la expectativa puede hacer que uno se pegue a relaciones tóxicas por años esperando el milagro de una resurrección amorosa que nunca llega", dice el psicólogo Walter Riso.