Relaciones
6 Claves para educar a tus hijos en la igualdad de género
Feminismo: ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres
Aunque el feminismo sea un tema del día a día no quiere decir que el concepto de igualdad esté claro. Sólo hace falta ver las reacciones de la mayoría de las personas al escuchar la palabra feminista para darse cuenta que claramente son más los que no entienden su verdadero significado.
Según la Real Academia Española el feminismo es la ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres.
No más- no menos. Es así de sencillo.
Pero si es dificil educar a los adultos en el feminismo, ¿cómo se puede hacer con los niños pequeños? Ese es el reto que las expertas nos ayudan a solucinar con seis claves básicas.
1. Basta ya con los roles de género
“Los niños no lloran, cruza las piernas como una señorita”, es a este tipo de frases que tienes que ponerle fin de inmediato. No le digas nunca que debe hacer (o no) en base a su género- los estereotipos hay que romperlos desde la infancia.
Por ejemplo, saber cocinar no viene intrínseco en las niñas, lo pueden aprender tanto ellas como ellos. Aplica el mismo principio para los otros estereotipos, repasalos, rompelos y deja de alimentarlos. No les enseñes la diferencia entre los colores rosados y azul, ni lo corrijas a la hora de elegir juguetes.
2. Los valores también se inculcan
Quizás la clave más importante es que no es sólo educar en feminismo, sino también en valores sociales como la justicia y la igualdad de derechos. Enséñale a tus hijos que la igualdad es lo correcto, y si la desigualdad es lo contrario por ende es lo incorrecto. Pero también busca la forma de involucrarlos en el proceso, a no ser indiferentes a la injusticia y la desigualdad para que sean personas solidarias y comprometidas.
3. Enseñar por ejemplo
Educar también implica aprender del otro, así que tendrás que recorrer el camino con ellos. Eso implica dejar los complejos, las cosas aprendidas y las inseguridades para demostrar que lo mejor que se puede ser en la vida es uno mismo.
Puedes empezar viendo este documental que te anima a quererte tal y como eres.
4. Cuestionar para aprender
La igualdad no viene con un manual de instrucciones, ni es un dogma. La única forma real de aprenderla es desde la reflexión personal, desde la observación de lo cotidiano, cuestionando todo lo que nos resulte. En esta principio incide el lenguaje, un depositario de nuestros prejuicios, creencias y presunciones de forma ¡totalmente inconsciente! Es decir, cuando llamamos a nuestras hijas "princesas" puede ser con buena intención pero también es una palabra cargada de presunciones.
¿Pero realmente hay que llegar al extremo de dejar de hacerlo? Nosotras creemos que no, siempre y cuando se logre abstraer de lo misógino. Es decir, por más princesa que sea, eso no la hace delicada, ni debe esperar que la rescate su príncipe azul. Podrá ser muy princesa pero la corona siempre bien puesta- esto es lo que hay que enseñarle.
5. Debemos educar a los adultos que nos rodean también
Intentar inculcar los valores del feminismo es completamente infructífero si los adultos que nos rodean van en contra de ello. Por eso, no solo las nuevas generaciones pueden ser (re)educadas en la igualdad, pues como dice el dicho- “nunca es tarde si la dicha es buena”.
Ciertamente hoy en día todo el mundo tiene una opinión del feminismo, así nunca hayan leído una palabra sobre el tema. Por eso en la mayoría de las ocasiones esas opiniones se construyen en base a prejuicios y mitos (mujeres que no se bañan, quieren reemplazar a los hombres, ¡¿“femi-nazis”?!) a cambio de realidades y conocimiento.
Pero claro- eso no quiere decir que tengas que dedicarte a dar un cátedra en feminismo. Simplemente incentivalos a leer para conocer el feminismo, su historia y sus propuestas antes de sentarse a juzgar.
6. Construye su autoestima
Aunque el autoestima no entiende de géneros, es cierto que en ocasiones los pilares del autoestima de las niñas se basan en la belleza (“que linda estas”, “que lindo vestido”) y el de los niños en la fuerza (“qué fuerte eres” “eres muy valiente”).
Por eso es tan importante asegurarse de reforzar los valores como la inteligencia, o la empatía, amabilidad y el respeto.
Por último, encuentra el espacio para hablar de esos temas de los que “no” se debe- desde sus cuerpos hasta de la muerte- nunca dejes que se creen silencios en torno a eso.