Entretenimiento
‘Carroloco’, de ‘Sábados felices’, confesó haber sido víctima de hechicería
El humorista aseguró que la iglesia católica tuvo que intervenir en su caso.
En temporada de Halloween varias figuras públicas se vuelven tendencia por los disfraces que eligen para celebrar esta fecha, sin embargo, también hay quienes en lugar de aparecer con atuendos terroríficos y novedosos, llaman la atención por las traumáticas experiencias que han vivido relacionadas con lo paranormal.
Este es el caso del humorista Juan Guillermo Zapata, más conocido como Carroloco, quien en entrevista con el programa de entretenimiento ‘La red’, de Caracol Televisión, contó que fue víctima de hechicería. “He vivido situaciones que son anormales en la vida cotidiana y me pasó algo muy extraño que me dejó convencido totalmente de que la brujería existe”, comentó inicialmente.
Este episodio de su vida ocurrió hace dos años y medio, cuando repentinamente su estado emocional empezó a cambiar sin ninguna explicación. “Yo empecé a vivir momentos de tristeza, de angustia, de desespero, como que no me hallaba en ningún lado”, dijo.
Posteriormente, señaló que muchas personas le preguntaban si le habían hecho algo y en medio de sus dudas empezó a sentir que le brincaba algo en el estómago. “Eso no era algo de ir al médico”, recordó el humorista de ‘Sábados felices’.
Su familia le sugirió ir a misa y un sacerdote intervino de inmediato. “El padre salió con el santísimo y se lo ponía a todas las personas, cuando llegó a mí me lo puso de frente y el estómago comenzó a brincarme. Él se quedó mirándome y se notó extrañado, me dio los aceites sacramentales, con agua bendita y sal exorcizada. Yo me tomaba eso en las noches para dormir”.
Juan Guillermo Zapata descubrió que le habían hecho algo cuando le sacaron un mechón de pelo con un animal de su ombligo. “Un día me acosté a ver televisión y el estómago me brincó constantemente, mis hijos y mi esposa se preocuparon y llamaron al sacerdote para hacer algo. Él les dijo que me echaran los aceites y me lo aplicaran en la frente, el pecho y el ombligo”, explicó.
“Cuando llegaron a la última parte mi hija me insertó su dedo ahí y yo sentía como una vela caliente, empezaron a jalar y sacaron un mechón de pelo enrollado en un animalito que parecía un grillo”, concluyó su relato.