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A famosa actriz colombiana la confundieron con una empleada de servicio, todo por su color de piel

Fucsia.co, 1/2/2023

La soledeña criada en Barranquilla reconoce que en la industria del modelaje se ha topado con muchos micro racismos.

Lorena Suárez e Indhira Serrano. - Foto:

Indhira Serrano es una de las actrices más famosas de Colombia. Llegó al cine en 1998 con la película ‘Piel’, una cinta que curiosamente narra la historia de amor entre dos jóvenes de razas diferentes que deben enfrentarse a los prejuicios sociales debido a que la sociedad no acepta que dos personas así tengan algún tipo de romance. Después la vimos en ‘Archivos del más allá’, ‘La costeña y el cachaco’, ‘El clon’, ‘La traicionera’, ‘Tiro de gracia’, ‘Pambelé’, ‘El comandante’, ‘Entre sombras’ etc.

Ella se ha encargado en los últimos años de abrir espacios para la autoaceptación de lo que significa ser afro e indígena. Esta soledeña criada en Barranquilla reconoce que en la región Caribe, a pesar de las raíces, existe un problema de autoaceptación de lo afro y lo indígena. De hecho, con el paso del tiempo se dio cuenta que vivía en una sociedad racista.

Le hicieron crecer creyendo que estaba mal ser afro. Creció creyendo que era un defecto ser negra, tener el cabello crespo y tener rasgos físicos propios de la afrodescendencia. En ese entonces no tenía idea de que estaba siendo víctima de racismo. Pensaba que el racismo solo se daba cuando le pegaban latigazos a alguien, lo mataban. “No lo sentía como racismo, pero atacaba mi autoestima de manera terrible”, confesó.

Su llegada al modelaje

Cuando entró al mundo del modelaje fue cuando por primera vez le dijeron que era una mujer atractiva. Recuerda que viajó a Bogotá cuando la top model Naomi Campbell estaba en furor, pero había algo en ella que no encajaba, tenía el pelo alisado, tal vez, por todos esos prejuicios con los creció. Fue Fran Beaufrand la primera persona que le hizo un afro y le manifestó que así era que debía estar.

Recuerda también esa violencia contra la raza cuando maquilladores se sentían ofendidos porque les ponían a trabajar con una negra. “Me hacían parar de la sala porque no tenían el tono de mi piel y era yo la equivocada”, recuerda.

Con el paso del tiempo fue conociendo personas que le hacían caer en cuenta que ella no estaba para nada equivocada, que no había ningún error en ella. Sí, trabajó en un ambiente donde los micro racismos estaban a la orden del día. Recuerda cuando el coreógrafo de un desfile dijo: “¿por qué traen a una sirvienta a un desfile?. En esa época no contaba con los recursos suficientes y su ropa era humilde

Ahora es una mujer que busca borrar ese tipo de comportamientos en la sociedad haciéndole entender a la gente de América latina que de una u otra manera ha demostrado que siente vergüenza de sus raíces.