Estas son las 5 posiciones que generan menos placer para la mujer al tener sexo

La sexualidad es un factor muy importante en la vida del ser humano. Ser activo en este sentido ayuda a que se reduzca el estrés, el colesterol, nos ayuda a fortalecer nuestro sistema cardiaco y hasta mejora la calidad del sueño.

Los beneficios de tener una vida sexual activa son bastantes, aumenta la belleza, actúa como un analgésico natural y hasta reduce la mortalidad. Es por ello que varios especialistas, en especial sexólogos, incentivan a tener una intimidad mucho más activa, pero con todas las precauciones y cuidados.

En la sexualidad se produce una cantidad de sentimientos y sensaciones en el que hormonas como la testosterona, la oxitocina, la dopamina y unos neurotransmisores pueden provocar que surja el amor y que nuestra seguridad y autoestima incremente.

No obstante, en la actualidad sigue habiendo un factor al que todavía no se le está dando la importancia necesaria, la comunicación. Cuando únicamente nos centramos en el placer físico y no en la conexión, comunicación, conocimiento, jugueteo o experimentar con el otro, terminamos haciendo lo mismo de siempre, cayendo en la monotonía.

Por lo anterior, y sobre todo para conocer a fondo a nuestra pareja, sus gustos, lo que le incomoda y lo que no negocia en la intimidad, es de vital importancia tener esa conversación que a muchos les puede llegar a parecer incómoda de sentarse, a hablar, a hacerse preguntas realmente importantes.

Las 5 posiciones que las mujeres menos disfrutan

En ese trabajo por aprender que es lo que le gusta a la otra persona, muchos individuos se pueden llegar a dar cuenta o que sus parejas fingían, que solo querían complacerlos o hasta que en realidad no les gustaba lo que le hacían.

1. El 69 vertical

2. Carretilla arrodillada

3. De perrito

4. La vaquera invertida

5. Indrani

Consecuencias negativas de tener intimidad de manera excesiva

Aunque algunos crean que en la intimidad todo es perfecto para los hombres que tienen intimidad regularmente, no es así para los individuos que presentan un aumento excesivo en el deseo e intensidad frente a las conductas sexuales, un padecimiento denominado satiriasis que puede tener el 5 % de la población, de acuerdo a la OMS, que puede afectar el desarrollo del día a día de quienes lo sufren y que termina en citas en sexólogos, psicólogos y hasta psiquiatras a quienes les piden ayuda para manejar esta problemática.

Aquellos que tienen adicción a las relaciones sexuales pueden llegar a empezar a desarrollar una incapacidad para realizar con normalidad actividades que se hacen a diario, además de presentar trastornos del estado de ánimo que conllevan a la depresión y la ansiedad; la concentración que tenían comienza a desvanecerse y en ocasiones hasta las relaciones interpersonales se ven afectadas.

Según el sexólogo mexicano David Aceves, con este tipo de adicción aparecen o se presentan situaciones de riesgo graves como contraer infecciones de transmisión sexual o ser vulnerable frente al consumo de sustancias psicoactivas. Además, se está expuesto a vivir situaciones de violencia sexual, física y psicológica y en grados más avanzados se pueden llegar a presentar sentimientos que se desencadenen en un suicidio o en atentar contra alguien más.