‘Envidiosa’, la nueva Susanita bien vestida

Por: Pamela López

Debo confesarles que me devoré ‘Envidiosa’ en una sentada apenas salió la segunda temporada y con la primera fue igual. La verdad es que no me da pena decir que le dedico un buen tiempo de mi vida a ver televisión, me encanta y esta serie es precisamente la muestra clara de por qué paso tanto tiempo al frente de la “caja mágica”.

‘Envidiosa’, protagonizada por la espectacular Griselda Siciliani al lado de Esteban Lamothe, un protagonista nada perfecto, es la serie en donde puedes ver representada a una amiga de tu grupo de amigas, o has conocido a alguien así en la vida y si no la identificas es porque seguramente eres tú.

‘Envidiosa’ lo tiene todo. La serie, escrita por Carolina Aguirre y dirigida por Gabriel Medina, pone en el foco un sentimiento que nos hace bastante humanos: la envidia, que muchas veces queremos ocultar, pero que ahí está. La envidia representada en Vicky (Siciliani), una piba de 40 años, diseñadora de interiores, que abandonó su carrera de arquitecta por apoyar a su novio para que él cumpliera sus sueños profesionales y porque ella solo tiene algo metido en la cabeza: casarse, tener hijos, vivir en un country y tener la vida perfecta.

Pero todo se le va al piso cuando termina esa relación de 10 años, con un completo hijo de mami que con más de 40 años no sabe lo que quiere, y empieza a involucrarse con su jefe, un tipo que se mete con todas y que tampoco sabe lo que quiere. Mejor dicho, el sueño se le cayó como un castillo de naipes.

Sin embargo, hay un patrón que se repite en Vicky - en realidad son muchos pero este la hace una “infumable” como diríamos con una amiga- siente envidia por todo y eso la hace ser mala amiga, mala hermana, mala hija, mala novia, mala, porque cree que el mundo gira a su alrededor y se muerde las uñas de la envidia pensando en todo lo que tienen los demás y ella quiere, pero no lo tiene.

La condena de Vicky es que al “perder” todo lo que ella creía seguro entra en una espiral de autocrítica y autosaboteo infinito que nunca termina, ni siquiera cuando conoce a Matías, que sí es un tipazo y todo lo opuesto a lo que ella espera de un hombre en su vida. Vicky es una Susanita (como la de Quino) en todo el sentido de la palabra porque es ególatra, tiene una idea muy viciada de la femineidad, charlatana, envidiosa obviamente, solo piensa en el qué dirán y en cómo se ve, nadie se la soporta porque su presencia es agobiante y solo piensa en casarse y ser el ama de casa perfecta de cereal o de cuento de hadas. En realidad la única que se la aguanta es Fernanda, la maravillosa psicóloga que tiene interpretada por Lorena Vega.

Todo lo anterior, personalmente, es lo que hace de ‘Envidiosa’ una excelente serie, además de un elenco que la sostiene completa, porque nos muestra a una protagonista que no es heroína, que no es el modelo a seguir para nadie, sino todo lo contrario, es humana y tiene defectos, muestra esos “demonios” que muchos queremos esconder a veces. La serie se ríe sin miedo de los clichés y eso para mí la hace espléndida. No todas las mujeres que vemos en televisión tienen que ser perfectas.

La nueva Susanita bien vestida

Algo que sí hay que reconocerle a Vicky, y tal vez envidiarle, es que se viste espectacular. El closet de la mujer más envidiosa de la televisión es precioso porque está cargado de colores, zapatos que la misma Carrie Bradshaw le envidiaría, estructuras que cualquier ortodoxo diría que su cuerpo no las puede usar, pero ella, en medio de su crisis emocional, logra portar con altura.

Sin embargo, y dejemos esto claro, siento que la serie se la pensó muy bien hasta en el vestuario porque Vicky siempre está lista para gustar. A ella no le importa estar incomoda y apretarse en vestidos que no le quedan o estar siempre en esos tacones de punta para verse regia y es ahí en donde también vemos la esencia del personaje que contrasta mucho con su par hombre: un Matías que viste como un adolescente y que es todo lo opuesto a ella, pero él está perdidamente enamorado.

Un guiño personal a la escena en donde usa un vestido negro estructurado con un cinturón de cuero luego de cortarse el pelo. Es una serie muy buena.

En resumen hay que verla porque es fresca, ágil, bien escrita y divertida. Los protagonistas son buenísimos, pero en realidad todos los actores sostienen la serie. Hay risas, diversión y hay un perro en casi todas las escenas. Va para una tercera temporada que también me voy a devorar.