Del ‘like’ al éxito

A menudo veo que cada vez más personas quieren convertirse en estrellas del mundo digital, no los juzgo, creo que a todos se nos ha pasado por la mente, pero ¿qué hay detrás de esto? ¿Habías escuchado sobre la Creator Economy?

¿Qué es la Creator Economy?

Este fenómeno ha sido impulsado por el auge de las redes sociales, plataformas digitales y la creciente conectividad que puede ser el trampolín perfecto para aquellos que desean capitalizar sus talentos y habilidades en internet. De acuerdo con la firma Goldman Sachs, esta tendencia laboral podría generar entre 250 mil y 480 mil millones de dólares al finalizar el 2023. No te esperabas estas cifras, ¿verdad?

¿Pero qué implica realmente sumergirse en la Creator Economy? ¿Es tan fácil como aparenta? Más allá de los números o el potencial de ingresos, esta no solo representa una fuente de empleo, sino una forma de expresión y realización personal para todas las generaciones, especialmente las más jóvenes.

Si bien la flexibilidad que ofrece este modelo económico es atractiva para aquellos que anhelan escapar de las estructuras laborales tradicionales, también hay que resaltar que, para tener éxito, buena remuneración o alianzas valiosas con marcas y empresas, es necesario tener un plan de acción, ser muy disciplinado y entrenar la creatividad para ofrecer contenidos originales y que se destaquen en el océano de información que hay en internet.

Dentro de todo esto, la tecnología se convierte en el más grande aliado de todos los que quieren ser o ya son creadores de contenido. Si ese es tu sueño, el primer paso es que busques la tecnología que mejor se adapte a tus necesidades para producir tu propio arte o incluso para conocer tus audiencias y públicos objetivo.

Un ejemplo muy recurrente hoy en día es la inteligencia artificial (IA) que ya está presente en los procesadores de computadores que optimiza el rendimiento de la máquina en tiempo real, lo que lleva a una mayor eficiencia, lo que permite, solo por mencionar alguna ventaja, jugar en línea y transmitir al mismo tiempo, sin ningún inconveniente.

Adicionalmente, diversas plataformas a nivel mundial, como Facebook, Instagram, YouTube o empresas latinoamericanas como Hotmart, ofrecen a los creadores de contenido herramientas para apalancar su camino profesional en internet. Entre algunas de las opciones que permite esta última plataforma está la creación de copies, estructurar un plan de marketing, elegir una plantilla u optimizar el modelo de pagos, incluso ya están usando la llamada Inteligencia Artificial Predictiva para hacer aún más rápido estos procesos.

Para nadie es un secreto que el mundo de la tecnología cada vez es más amplio, brindándonos herramientas que nos ayudan en el día a día. ¿Te imaginas el tipo de contenido que vamos a empezar a ver u oír en nuestras redes sociales, potenciado por la inteligencia artificial? Debo confesar que me encantan esas tendencias que permiten hacer un viaje en el tiempo y verte o a tus creadores favoritos en las fotos del anuario del colegio, en imágenes que te convierten en hada, criaturas míticas o incluso funciones que logran volver una acción cotidiana en una película de Pixar.

¿Es una tendencia efímera?

Estoy convencida de que la Creator Economy no es una tendencia efímera, sino un fenómeno transformador que ya ha redefinido el panorama laboral y económico en todo el mundo, ofreciendo un camino para la autenticidad, la expresión personal y la búsqueda de un propósito más allá de las fronteras tradicionales. Además, permite a muchos compartir sus talentos o conocimientos, desde amas de casa que enseñan a hacer postres, financieros que nos cuentan sus tips para organizar la economía del hogar, hasta chicas y chicos que nos enseñan lo último en la industria de la moda.

Esta es una industria apasionante, sin embargo, no hay que dejar de lado que los nuevos creadores de contenido tienen también una responsabilidad con sus audiencias, muchas de ellas niños, niñas y adolescentes. En México y América Latina hemos tenido recientemente algunas situaciones muy debatibles con creadores, que cruzan líneas éticas o apelan al todo vale con tal de ganar impacto. A pesar de que las herramientas y las formas cambien, el compromiso con la información debe ser el mismo, cimentado sobre estándares de verdad, transparencia y curaduría de contenidos.