De 1 a 10, ¿cuánta energía consumen tus dispositivos electrónicos?

Cuando compramos dispositivos electrónicos, como celulares o computadores, generalmente nos enfocamos en revisar sus características técnicas, su diseño y su precio. Pero ¿qué tanto nos fijamos en su consumo energético para tomar una decisión de compra? Diría que muy pocas veces. Si la industria de las tecnologías de la información (TI) fuera un país, sería el quinto mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Te entiendo, yo tampoco podía creerlo.

Los dispositivos electrónicos que usamos diariamente nos brindan muchas funcionalidades y conectividad, pero también tienen un impacto significativo en nuestro consumo de energía y, por ende, en nuestra huella de carbono. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualmente la industria TI es responsable de entre el 2% al 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Te preguntarás cuál es la forma de revisar el consumo energético de un dispositivo. Te cuento, al igual que los electrodomésticos, muchos dispositivos electrónicos ahora vienen con etiquetas que indican su eficiencia energética. Estas etiquetas clasifican los dispositivos en diferentes niveles, desde los más eficientes (A o A+) hasta los menos eficientes (D o E). Elegir dispositivos con una clasificación más alta puede marcar una gran diferencia en el consumo de energía a largo plazo.

Además de verificar la etiqueta de eficiencia energética, podemos investigar y comparar el consumo energético de diferentes modelos antes de tomar una decisión. Muchos fabricantes proporcionan información sobre el consumo energético de sus productos en sus sitios web o en las especificaciones del dispositivo. Al tomarnos el tiempo de comparar estas cifras, podemos elegir equipos que sean más eficientes en términos de energía.

Esto suena “fácil” como usuario, pero veamos cuál es el rol de la industria en general. ¿Los fabricantes de tecnología están interesados realmente en disminuir su huella de carbono?

Es evidente que esto va más allá de un tradicional plan de responsabilidad social. Si hablamos de la industria de semiconductores, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es uno de los desafíos más complejos debido a la energía necesaria para desarrollar chips. Para aquellos que no estén familiarizados con el término, los chips son los responsables de procesar y ejecutar las aplicaciones y programas que utilizamos, controlando el funcionamiento de nuestros dispositivos electrónicos.

La industria de fabricación de chips está tomando medidas concretas para reducir su huella de carbono. Por ejemplo, compañías líderes están invirtiendo e implementando energía renovable a lo largo de sus operaciones y desarrollando equipos ultra eficientes, utilizando las últimas capacidades en inteligencia artificial, sistemas de software y eficiencia energética.

Esto no termina ahí, para abordar los problemas medioambientales y generar un verdadero futuro sostenible, también es fundamental fortalecer la colaboración entre compañías del sector. ¿A qué me refiero? A que las empresas de tecnología en su totalidad deben perseguir un ecosistema abierto e integrado. No importa que sean organizaciones distintas, aun así, pueden convivir y trabajar en conjunto porque se entienden y hablan el mismo idioma.

Colaborar con la industria y el mundo académico es un camino clave para desarrollar alternativas de fabricación y eficiencia energética en las cadenas de valor, así como para establecer métricas de información estándar. Priorizar estas oportunidades en conjunto hacia un objetivo común de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero es la forma en la que la industria de tecnología puede llegar a mitigar los impactos del cambio climático.

Al mismo tiempo, nosotros como usuarios, no sólo podemos cerciorarnos de la eficiencia energética de un dispositivo antes de comprarlo, también podemos contribuir a una gestión adecuada de los desechos electrónicos. El reciclaje y la reutilización de dispositivos, así como su uso responsable son acciones que podemos tomar para reducir nuestro impacto ambiental.

El futuro está en nuestras manos y depende de todos. Teniendo presente el consumo energético de nuestros dispositivos, tomando decisiones informadas de compra y fomentando la colaboración entre la industria, podemos generar una verdadera transformación hacia un futuro más sostenible. No le demos espera al cambio climático