Carolina Gaitán: Acordes de una boda soñada
A ritmo de boleros y son cubano, la actriz de Celia, y Las hermanitas Calle, cantó su “Sí, acepto”. La recién casada escogió, para FUCSIA NOVIAS , las 5 claves que en verdad, y no porque toque decirlo, hacen del día del matrimonio el más feliz de la vida.

1. Complicidad con la pareja
La ceremonia se llevó a cabo en Miami, un punto que consideraron neutral para que sus seres queridos, que viven en Estados Unidos, Canadá y Londres, no faltaran. “Y es que fue un evento pequeño, muy íntimo. Solo tuvimos 80 invitados, personas muy allegadas que de verdad nos quieren. Los dos teníamos claro que no hay nada más triste que a uno le presenten gente en su propio matrimonio. Por eso, y para evitar compromisos incómodos, fuimos nosotros quienes pagamos todo”.
El escenario fue el Indian Creek, un exclusivo condominio con vista a Biscayne Bay, donde tienen casas o han vivido celebridades de la talla de Beyoncé y Julio Iglesias. Pudieron cumplir su sueño gracias a que un amigo de la familia de Nicolás, que es hijo de Luis Alberto Moreno, presidente del BID, es socio del lugar. Para asegurarse de que la memoria no le falla, Carolina le pregunta constantemente a su esposo datos como ese, para que se la refresquen: “A mí se me olvida todo y él es mi disco duro. Se acuerda de cada detalle, porque no fue de esos novios que se desentienden, sino que juntos planeamos la boda, desde la música —porque somos melómanos—, hasta el color de las flores”.

2. Escribir lo que uno se imagina
Para que la organización a distancia no fuera un problema, contó con la ayuda de su suegra y de la empresa The Event. “Yo misma había diseñado mi vestido de novia desde que Nico me pidió matrimonio. Quería un strapless entubado que fuera sencillo y elegante, y al que además se le pudiera reemplazar la parte de abajo por una falda corta para estar más cómoda durante la fiesta. Me inspiré en una creación de Elie Saab, y mis amigas de la tienda Tul lo confeccionaron. Nicolás también vistió un traje blanco tiza”.

En cuanto a colores, el palo de rosa, el verde menta y el crema decoraron el ambiente. “Y el ponqué fue blanco porque mi papá no come chocolate, lo que muestra que aunque los familiares no se metan, uno siempre termina haciendo las cosas pensando en ellos”, bromea. “Fue una ceremonia civil pero llena de misticismo: nos casó un tío de Nico que es notario y de cada una de las familias hubo alguien que dijo unas palabras. Me conmovieron mucho las de mi cuñada acerca de que nuestra relación es inspiradora”.
3. Realizar trabajo de campo
También llevaron talento desde Colombia, como fue el caso de Cristina de la Concha, de White Photography & Films, quien se encargó de capturar los mejores momentos de la celebración. “Si en algo vale la pena invertir es en las fotos. Siempre va a haber un portarretrato que nos recuerde un instante mágico, como de postal. El día antes del matrimonio nos hizo una sesión en un faro al atardecer, una locación verdaderamente cinematográfica”.

4. Ceder ante los gustos de la pareja
La boda de Carolina y Nicolás fue una celebración de lo que ambos son: el hecho de que las invitaciones se hicieran en papel corrugado y estuvieran marcadas a mano, reflejó la pasión del novio por la caligrafía. Y también por él terminaron de afterparty en el bar Do Not Sit on the Furniture, que abrió sus puertas solo para que ellos disfrutaran de música techno hasta el amanecer. La novia, por su parte, lógicamente quiso cantar su amor, y transformó la letra del bolero Contigo en la distancia, a “Contigo en esta vida, amado mío estoy”.

5. Relajarse y disfrutar del mejor día de todos

“Aunque suene a cliché, el amor mueve al mundo y finalmente, lo más importante de ese día es hacerle un homenaje a ese sentimiento, no al ego. Soy católica, creo en Dios, pero tengo una espiritualidad amplia y veo el matrimonio como un acto psico-mágico que le muestra al otro, con firmeza, que es con quien quieres pasar el resto de la vida”. Por eso cree en la formalidad del evento, en la necesidad de que haya instantes ceremoniales como el minuto de silencio que pidieron para tener presentes a los seres queridos, que como su hermano, ya partieron.
“Me gusta la creatividad, pero nunca me interesó ser ‘chocoloca’. Los dos queríamos darle nuestra identidad a la boda, ese toque personal que hace que sea exclusivamente la de Nicolás y Carolina, y no la de cualquier otra pareja”.
Imágenes: Cristina de la Concha.