sicología

Díle “sí” a la automotivación en el trabajo

, 10/5/2009

Ante el dilema de abandonar el trabajo o lograr una armonía entre éste, sus aspiraciones y su capacidad profesional, algunos consejos pueden abrirle una perspectiva más halagüeña.

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¿Por qué el trabajo tiende a ser para la mayoría de las personas una actividad febril, generadora de estrés? Mientras que las cifras de personas cesantes retumban en la cabeza de los trabajadores de muchas empresas como una advertencia malvada, y ellos luchan contra la certeza de que las condiciones de trabajo han ido degradándose en forma paulatina, el valor del trabajo sufre una notable devaluación cuando no se cuenta con recursos para buscarlo, asumirlo y mantenerlo en forma sana. De hecho, tener un trabajo les da a la mayoría de las personas un sentido de pertenencia. Pero, mientras que anteriormente tener una profesión ofrecía un estatus y sentimiento de autosuficiencia, ahora muchas personas trabajan sin encontrar el menor interés en ello. No es cuestión de resignarse, porque si usted se conforma, ese puede ser el camino más seguro hacia la depresión. Es urgente que usted tome conciencia de que debe ser el autor de su propio bienestar. ¿Por dónde comenzar? El reencuentro del gusto por el trabajo se puede basar en algunos pasos prácticos que se describen a continuación.
 
Busque reconocimiento
En vez de jugar a ‘los que mandan’ o de declarar que usted está por encima de muchas cosas, admita que tiene necesidad de ser reconocido. Según los sicólogos especializados en el tema, una de las causas que generan mayor estrés en las empresas tiende a ser el que dentro de la persona que trabaja exista el sentimiento de que no es apreciada en su justo valor. Encarando esta dificultad, la solución es dejar a un lado la excesiva modestia y subrayar, de ser posible, sus logros y méritos ante las instancias necesarias. Sepa reconocer que usted tiene necesidad de una jerarquía y de un carácter para ganar en eficiencia y en visibilidad.

Ríase de sí misma
En el trabajo, como sucede con todo, el humor facilita las cosas. La risa en la oficina resulta bastante terapéutica y permite desentrabar las crisis, reducir las tensiones, tomar distancia sobre uno mismo y sobre los demás. Use el humor como una manera muy grata de compartir con sus compañeros, nunca como una forma de ironía, de cinismo o de burla. Siempre habrá algo cómico en medio de la tragedia y un comentario jocoso hecho a tiempo es un bálsamo en medio de los avatares que impone la carga laboral.

No sea tan simpática
Si una promoción que usted cree merecer le pasa por las narices y nombran a otro de sus compañeros en ese puesto, a pesar de que todos la ven como una persona consciente, comprensiva y eficiente, es quizá porque su actitud se aproxima a la perfección. Sí, hay personas muy simpáticas que sabotean su propia carrera porque se esmeran en mostrar a toda hora su perfeccionismo y su buena educación. Hay algunas reglas de oro para afinar este precepto: no vaya a todas las reuniones, la mayor parte de ellas constituyen una pérdida de tiempo; no nutra permanentemente a sus compañeros, no les dé regalos a ciertas personas ‘importantes’, no pida perdón cada vez que comete una imprecisión.

Distinga lo importante de lo esencial
Es una necesidad para evitar la dispersión, además de que se gana tiempo y usted se puede concentrar en lo fundamental. Establecer prioridades exige conocer bien su puesto y definir precisamente por qué le pagan. Solicite una entrevista de evaluación con su superior para tener una certeza acerca de la naturaleza de su misión. Obtenga mayor provecho aun pidiendo consejo sobre su gestión. Y durante los seis primeros meses, solicite una nueva entrevista para medir sus progresos o, por el contrario, determinar cuáles son las dificultades encontradas.

Corte por lo sano las peleas
Rivalidades, juegos de poder, mezquindades; toda una vida profesional puede irse al traste si se propician las relaciones disfuncionales. Para no sufrir, es útil seguir algunos consejos indispensables como aclarar los malos entendidos dejando a un lado, y en frío, la cólera, porque ésta, como sabemos, es mala consejera. Piense siempre en que la cautela se impone para clarificar el pensamiento. Además, convénzase de que todo desacuerdo se puede subsanar si los argumentos se formulan con cortesía.

Toque a la puerta indicada
Piense en su trabajo realmente como si fuera una tarea administrativa para su propia causa. La conveniencia de esta práctica se desprende del sentido común y se basa en la evidencia cierta de que cada compañía impone su propia filosofía. Trate de dilucidar si aquella que la va a contratar responde a sus valores, a sus aspiraciones. Si ese no es el caso, evite tener que renunciar al puesto cuando apenas ha empezado a desempeñarlo y entérese a través de las páginas Web de las empresas acerca del ambiente con el que ha soñado. Una foto en la Web informa a menudo mucho más que un largo discurso de una oficina de recursos humanos.

Vaya a la fiesta de la compañía
Puede parecer una idea grotesca, sobre todo para aquellos que detestan socializar, pero si usted quiere ser visible dentro de la empresa y conocer a todo el mundo ésta es, si no la mejor manera de hacerlo, una buena oportunidad de departir con sus compañeros de trabajo y conocerlos un poco. Tener ‘espíritu de empresa’ es fundamental para el desarrollo dentro de la misma, aunque a usted le parezca que puede hacer el ridículo en este tipo de reuniones. Piense en que, al igual que usted, la mayoría de los otros también le tienen pereza a estas ocasiones sociales.

Negocie con sus compañeros
Cuando la mañana se abre, el deber prima sobre el entusiasmo. Pero salir de esta idea y tratar de trabajar positivamente, no es una búsqueda imposible. Para buscar el placer en las tareas cotidianas, hay que imaginar nuestra propia definición de la felicidad. Reflexionar sobre lo que nos gusta hacer o lanzarnos a llenar tests de personalidad es muy fácil en la Internet. Pero en la práctica, lo que usted debe pensar es si es una persona que toma decisiones rápidamente o huye de las responsabilidades, si se ve a sí misma como creativa, buena organizadora o líder, si le gusta ser autónoma o funciona mejor en equipo. Busque sus fortalezas, reencuentre su misión y negocie con sus colegas según su jerarquía y la de ellos.