Ponte rubor como las francesas: la tendencia pinky cheeks para verte natural y sofisticada

¿Por qué nos gusta tanto el rubor? Cuando hablamos de maquillaje diario algunas personas tienen sus productos infaltables y allí podríamos pensar en la pestañina, el corrector, el labial, pero lo que para muchos no puede faltar es el rubor (sin olvidar, por supuesto, el skincare con bloqueador y humectante).

A modo de explicación, en la estética hemos incorporado el color en nuestras mejillas porque de manera primitiva el enrojecimiento en los cachetes significa que la mujer está en etapa de ovulación y, por ello, se vuelve atractiva para procrear. Esta noción está desde la biología, pero sabemos que en la actualidad no lo vemos así.

El rubor o colorete sí es un aliado de la belleza diaria pues nos hace sentir con una piel más viva y alegre. Para aplicarlo hay varias técnicas, pero te mostramos una que ha sido la favorita de celebridades como Lily Collins, Kendall Jenner, Jennifer López y Georgina Rodríguez.

Pinky cheeks, la técnica para aplicar el rubor que tiene fascinadas a las celebridades

En los últimos años y también gracias a las intervenciones estéticas, ha tomado fuerza cualquier mecanismo que nos ayude a resaltar nuestros pómulos. Es por esto que en los últimos años ha surgido la tendencia llamada pinky cheeks que al español se traduce como “mejillas rosadas”. ¿En qué consiste? Es darle a tu cara un toque de maquillaje que simule el roce del sol, muy sutil pero visible.

Una de las celebridades que más ha estado al frente de esta tendencia es Lily Collins por su personaje de Emily Copper en la exitosa serie de Netflix Emily in Paris. La actriz, o su personaje, incorpora en su estilo personal un pequeño toque rosado en los cachetes que hace dudar sobre si tiene puesto maquillaje, pero sí, tiene rubor.

Sin embargo, ¿cómo se hace exactamente? La idea es que utilices un rubor en crema o en polvo de un tono rosa pálido desde el comienzo de las mejillas hasta la zona superior de los pómulos en un ángulo pronunciado, no recto. Sonríe de manera exagerada e identifica el punto que más sobresale de las mejillas.

Lo ideal es que uses poco producto para que la técnica haga su efecto de verse completamente natural, como un make up no make up. Y para darle un toque especial agrega solo un pequeño roce de iluminador sobre el hueso del pómulo. Termina con un spray para sellar todo el producto.

Cabe aclarar que para que este y cualquier otro tipo de maquillaje salga a la perfección es necesario un paso previo y se trata del cuidado de la piel. Una buena hidratación y limpieza son los únicos garantes de un maquillaje prolijo y natural que te hará lucir a la perfección.