Moda
El pulso vibrante de la moda en Nueva York
De Raúl Peñaranda a Carolina Herrera, la moda global se fusiona con el arte colombiano, mientras el street style toma las calles de la Gran Manzana.
En la ciudad que nunca duerme, la Semana de la Moda de Nueva York despliega su encanto, transportándonos a un universo donde la creatividad, el lujo y la audacia se funden en cada prenda y pasarela. Este año, tuvimos el privilegio de cubrir de cerca uno de los eventos más importantes de la industria, testigos de cómo los diseñadores colombianos dejaron su huella en uno de los escenarios más codiciados del mundo. Raúl Peñaranda, Christian Colorado y Cubel, tres nombres que resonaron con fuerza, nos recordaron que el talento latino brilla con una luz inagotable en la gran manzana.
Comenzando con Raúl Peñaranda, su colección es un homenaje a la femineidad moderna, llena de detalles meticulosos, cortes precisos y una visión que une el pasado con el futuro. Sus vestidos fluidos, en telas vaporosas y tonos metálicos, lograron capturar una dualidad elegante que oscilaba entre la delicadeza y la fuerza. Los patrones florales, una constante en su obra, se transformaron en una oda a la naturaleza, una especie de poesía visual que nos trasladó a parajes lejanos desde el corazón de Nueva York.
Christian Colorado, por su parte, sorprendió con su colección ‘Tierra Caliente’, un conjunto de piezas masculinas en tonos oscuros que llevó a la pasarela una visión sofisticada de la moda urbana. Sus prendas en negro, con líneas definidas y texturas que apelaban a lo táctil, construyeron una atmósfera donde la elegancia y el misterio se fundieron. Christian demostró que la moda masculina puede ser un terreno fértil para la experimentación, manteniendo siempre el equilibrio entre lo clásico y lo disruptivo.
Cubel, un nombre emergente en el mundo de la moda, mostró una propuesta fresca y vanguardista que rompió con las convenciones tradicionales. Su colección destacó por los cortes asimétricos, las siluetas innovadoras y los tejidos sostenibles, fusionando lo mejor de la artesanía con una visión futurista. El diseñador supo captar la esencia del momento, invitando a reflexionar sobre la moda como una extensión de nuestro entorno y nuestra responsabilidad con el planeta.
El encanto de las grandes firmas: Carolina Herrera y Agatha Ruiz de la Prada
Más allá del talento colombiano, las grandes firmas internacionales se hicieron sentir con fuerza. Carolina Herrera, un ícono de la moda mundial, presentó una colección que destacó por su sofisticación y feminidad. Las siluetas estructuradas, los volantes y los colores vibrantes nos recordaron por qué sigue siendo una de las diseñadoras más admiradas del panorama global. En cada prenda, Herrera celebró la belleza de la mujer contemporánea, una musa que no teme ser el centro de atención y que combina a la perfección el lujo con la atemporalidad.
Por otro lado, Agatha Ruiz de la Prada nos regaló una explosión de color y alegría en la pasarela. Fiel a su estilo lúdico y desenfadado, la diseñadora española transformó la pasarela en un carnaval de formas geométricas, corazones y estrellas que desafiaron cualquier noción de discreción. Su colección fue un respiro alegre y vibrante, recordándonos que la moda, más allá de la elegancia, también es un juego de emociones y sensaciones.
El pulso de las calles: el street style como espectáculo
Pero la magia del New York Fashion Week no se limita solo a las pasarelas. Las calles de la ciudad se convirtieron en un escenario paralelo donde el street style robó todas las miradas. En cada esquina, fotógrafos y amantes de la moda capturaron los atuendos más creativos, atrevidos y originales que desfilaron fuera de las salas de desfile. Las calles de Soho, el Meatpacking District y el Upper East Side respiraron moda en cada esquina, donde las combinaciones audaces de prendas de lujo y streetwear se mezclaron sin esfuerzo. Desde abrigos de plumas sobre vestidos de seda hasta zapatillas deportivas combinadas con trajes estructurados, Nueva York demostró una vez más que la moda es una forma de expresión que se vive y se respira más allá de las pasarelas.
Un aire vibrante y diverso
El aire en Nueva York durante la Semana de la Moda tiene una cualidad especial, una energía vibrante que se siente tanto en los desfiles como en los cafés donde los asistentes discuten las colecciones entre espresso y croissants. Es una mezcla de euforia creativa y expectación por lo que vendrá, donde cada diseñador, cada modelo, cada influencer y amante de la moda es parte de una narrativa compartida, tejida con hilos de innovación y tradición.
Desde los desfiles de Raúl Peñaranda, Christian Colorado y Cubel hasta el espectáculo visual de Carolina Herrera y Agatha Ruiz de la Prada, esta edición del New York Fashion Week nos recordó que la moda es una expresión artística que trasciende fronteras, tiempos y convenciones. Nueva York, una vez más, se convirtió en el epicentro de la creatividad y el estilo, donde el arte de vestir se vive y se respira en cada rincón.
Gracias a la alianza con Booking y Copa Airlines, este cubrimiento pudo llevarse a cabo con la excelencia y comodidad que un evento de tal magnitud requiere. Copa Airlines, reconocida por su puntualidad y eficiencia, nos permitió viajar con la tranquilidad de contar con un servicio de primer nivel, donde cada detalle estaba cuidado, desde el abordaje hasta la llegada a nuestro destino. Con conexiones óptimas y un vuelo placentero, la experiencia de llegar a Nueva York fue tan fluida como elegante.
Por otro lado, Booking, con su extenso catálogo de opciones de hospedaje, nos brindó la oportunidad de alojarnos en el corazón de Manhattan, en un hotel que no solo ofrecía el confort ideal, sino también una ubicación estratégica. Desde allí, fue posible respirar el aire vibrante de la Semana de la Moda, con el lujo de tener a pocos pasos los desfiles más importantes y la oportunidad de explorar el street style que domina las calles neoyorquinas en estas fechas.
Viajar en un entorno confiable, tanto en el aire como en tierra, fue clave para disfrutar plenamente de la energía creativa del New York Fashion Week y sumergirnos en cada pasarela, cada conversación y cada rincón que la ciudad tenía para ofrecer. Sin duda, el respaldo de estos aliados fue esencial para capturar cada detalle de esta celebración global de la moda.