Moda
El corazón de la gran obra de Christian Dior
El lugar en donde nació la prestigiosa Maison Dior.
La moda es un arte, que une muchos factores que la llevan a convertirse en algo digno de admirar. Desde su creación hasta la historia que narra a través de sus texturas y diseños, es producto de la mente de un artista.
Este es el caso de Christian Dior. En 1946 el famoso diseñador posó sus ojos en el 30 de la Avenue Montaigne, el espacio de la capital francesa que se convertiría en el corazón mismo de la maison Dior. Esto fue lo que llaman amor a primera vista. Fue encontrado en compañía de su amiga Suzanne Luling.
En poco tiempo, el lugar se convirtió en la casa de moda y una referencia de la alta costura. Y como todo lo que tiene que ver con Dior, todo debería ser exclusivo, estar a la altura del prestigioso diseñador.
Más que un espacio
Para convertirlo en lo que la maison necesitaba, el diseñador francés buscó a los indicados: Christian Bérar, hijo del que fuera conocido como “el arquitecto de París” Victor Grandpierre y Georges Geffroy. Estos dos últimos, fueron amigos de Dior.
De acuerdo con el libro Dior and His Decorators: Victor Grandpierre, Georges Geffroy and The New Look, el interior del lugar tenía paredes en gris y color perla, muebles blancos y sillas Luis XVI, lámparas de araña, columnas enteladas, detalles en bronce y una escalera con barandilla negra que definitivamente era el eje del sitio.
Un espacio que armonizó por completo con las creaciones del diseñador, como una hermosa melodía, pero dejando claro que las prendas eran las grandes estrellas. Esto no solo se trataba de moda, se trataba de un nuevo aire que aparecía en una sociedad golpeada por la guerra y que gracias al arte y, en este caso particular, la moda, fueron dejando atrás como un amargo recuerdo.
La maison Dior hoy en día
El 30 de la Avenue Montaigne volvió a abrir sus puertas tras algunos meses de remodelación. El templo en el que desfilaron modelos legendarias y ocurrieron momentos icónicos del mundo de la moda volvió a ver la luz del día.
El lugar cuenta con tres plantas que tienen como eje la recordada escalera; este es el hogar de piezas únicas, documentos, carteles del siglo pasado y obras originales. Además, en la parte externa, el jardín se roba las miradas y el Dior café and Restaurant lo convierte en un sofisticado museo del diseñador francés que se convirtió en un símbolo de la moda.