La moda se despide de un grande, hasta siempre Azzedine Alaïa
Adiós al rebelde que reinventó la silueta femenina y dejó huella imborrable en el mundo de la moda amando su libertad y su voluntad por encima de todo.
Este sábado en la madrugada falleció en Paris el diseñador franco-tunesino Azzedine Alaïa, una figura icónica de la moda mundial famoso por su espíritu libre que nunca se doblegó ante los caprichos de la industria.
Nacido en Túnez en 1940, Alaïa comprendió rápido que su vocación estaba en arte y el diseño. Se formó inicialmente como escultor en el Instituto de Bellas Artes de su ciudad natal para luego trasladarse a Paris en 1957 donde trabajó en con grandes con Christian Dior, Guy Laroche y Thierry Mugler para finalmente abrir su propio taller a mediados de los setenta.
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Desde ese momento llamaría la atención de estrellas y personalidades como Claudette Colbert y Greta Garbo y el mundo empezaría a conocerlo por su gusto impecable. El momento cúspide de su carrera fueron los años ochenta en los que se dice redefinió la silueta femenina a través de sus primeras colecciones prêt-à-porter llenas de cremalleras y aperturas e innovación en tejidos. Además, fue el diseñador amado de las primeras supermodelos como Christy Turlington y Naomi Campbell, a la cual apadrinó a su llegada a París a los 16 años.
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Se le conoció por su rebeldía y su apego a su libertad. Alaïa se negaba a seguir el calendario oficial de la moda y presentaba sus colecciones cuando él consideraba que estaban listas para el público y sin publicidad excesiva. “No es normal que un diseñador esté obligado a hacer ocho colecciones al año, incluso cuando es un auténtico genio. No sé de dónde sacan las ideas. A mí me cuesta tener una sola que sea interesante por colección”, le confesó a la revista S Moda en una entrevista en 2013.
Dos veces le ofrecieron la dirección de Dior y dos veces la rechazó: en 1996 tras la salida de Gianfranco Ferré y la de John Galliano en 2011. “Mi independencia es mi posesión más preciada, aunque en el fondo no soy realmente libre. Tengo la misma libertad que debe de tener un preso en la cárcel. Mi cabeza sigue siendo libre, pero me veo obligado a seguir entre estas cuatro paredes", afirmó en la misma entrevista.
Hoy el mundo se despide de este grande rindiéndole que expuso sus colecciones en el Guggenheim de Nueva York, el Palais Galliera de París y la Galería Borghese de Roma rindiendole homenaje como la genialidad e la moda que era.
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