Así es cómo las marcas de lujo están enfrentando a la piratería en Colombia

La piratería y la réplica de productos textiles se han convertido en uno de los mayores desafíos para la industria textil a nivel mundial. Según un informe de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) y la OCDE, este ilícito negocio genera ingresos que superan los US$500.000 millones al año. En Colombia, las consecuencias legales de producir o vender productos falsificados pueden ser devastadoras, con penas de hasta 8 años de prisión y multas de hasta $1.700 millones.

La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) advierte que más de 10 millones de personas en Colombia se ven afectadas por la compra y uso de productos falsos. Además, las pérdidas millonarias que esto representa para las empresas y la economía en general son alarmantes, ya que la industria de las réplicas en el sector textil se ha convertido en una forma de contrabando de gran envergadura. Hoy en día, la venta de réplicas no se limita a lugares donde solía ser común la llegada de contenedores de contrabando, ya que el comercio electrónico se ha convertido en un canal para comercializar estos productos ilegales. No obstante, las plataformas en línea también han intensificado sus esfuerzos para sancionar a quienes cometen estos delitos.

Es por eso que las principales marcas de lujo, como Monastery, Louis Vuitton y Dolce & Gabbana, han comenzado a implementar investigaciones para identificar a los principales fabricantes y distribuidores del mercado de réplicas, con el objetivo de denunciarlos ante las autoridades competentes.

Cometer este delito en Colombia puede tener consecuencias graves, ya que, de acuerdo con el artículo 306 del Código Penal, el uso fraudulento de bienes protegidos legalmente bajo los derechos de propiedad industrial puede resultar en penas de prisión que oscilan entre 4 y 8 años, además de multas de hasta 1.500 salarios mínimos. Asimismo, las empresas registradas en la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) que comercialicen estos productos, ya sea en medios digitales o físicos, están sujetas a sanciones que pueden llevar al cierre de la compañía.

En el ámbito digital, las plataformas de comercio electrónico también están tomando medidas para evitar la publicidad y la venta de productos falsificados. Esto significa que el uso de la imagen de una marca o la comercialización de productos fraudulentos puede resultar en la eliminación de perfiles y páginas de personas o empresas que cometan este tipo de delitos.

Jesús David Amaya, asesor legal de Monastery, destaca que la mayoría de las réplicas provienen de China, donde se producen a un costo considerablemente más bajo. También señala que gran parte de estos artículos ingresan al país a través del Puerto de Buenaventura. Amaya hace un llamado a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) para que continúe mejorando el control de la mercancía que entra al país y a los consumidores para que se concienticen y no apoyen este comercio ilegal.

Es importante destacar que en 2022, la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) incautó mercancías de contrabando por un valor de más de $275.000 millones, siendo la mayoría de estos productos textiles, medicamentos y cigarrillos. Estas cifras, junto con los datos de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines (CCCA), reflejan el impacto significativo de este delito en el sector textil, ya que según la entidad, una de cada cuatro prendas vendidas en el país es de contrabando, lo que afecta al 32% de la industria.

Eso significa que, la piratería y la réplica de productos textiles son una amenaza global que afecta no solo a las empresas, sino también a millones de consumidores en Colombia. Las autoridades, las grandes marcas y las plataformas de comercio electrónico están uniendo fuerzas para combatir este negocio ilícito y sus devastadoras consecuencias. La concienciación y la cooperación son cruciales para poner fin a esta problemática que socava la economía y pone en riesgo la propiedad intelectual de las marcas legítimas.