Salud
Slow food: una tendencia global que puede mejorar tu salud
Camila y Claudia Torres, mishmashladies, son coaches en hábitos y nos explican en qué consiste esta técnica para crear conciencia en nuestra alimentación.
Actualmente, es normal vivir a gran velocidad. Cada día tenemos menos tiempo y llevamos a cabo todas las actividades casi en piloto automático. Este estilo de vida está determinando la manera como elegimos nuestros hábitos y uno de los que más se ha visto afectado es el de la alimentación.
Comemos rápidamente porque no disponemos de un tiempo suficiente para hacerlo, compramos comida rápida porque no alcanzamos a cocinar y comemos de manera inconsciente sin analizar si lo que nos llevamos a la boca realmente nos está alimentando.
Hace cuatro décadas el italiano Carlo Petrini inventó el concepto de slow food (comida lenta), un movimiento que busca crear conciencia de la manera en la que nos alimentamos. Lo que busca es que las personas estén más atentas a la hora de alimentarse y que no solo lo hagan de manera lenta, sino que, además, lo disfruten y saquen provecho de los beneficios que esto puede traer a la salud, pero, sobre todo, sean más responsables a la hora de comer.
Es muy grato afirmar que después de varios años y con la llegada de muchos cambios drásticos en la sociedad, un grupo de personas alrededor del mundo están retomando el concepto de slow food para llevarlos a sus mesas y a su estilo de vida. Y es que con la llegada de varios fenómenos globales que ponen en riesgo nuestra salud física y mental, un hábito como este puede dar un vuelco real en la vida de quienes lo ponen en práctica.
Ahora bien, acá te dejamos algunas recomendaciones y prácticas que te ayudarán a ser un verdadero maestro del slow food:
Crea conciencia de los alimentos que estás comprando y dónde se producen
Uno de los puntos en los que más se enfoca el slow food es en que comiences a comer alimentos locales. Esta práctica ayuda a que te asegures de tener una dieta más nutritiva y, además, que con esto hagas un aporte valioso al cuidado del medioambiente. Los productos locales no han pasado por tanta cadena de frío o distribución y, por esto, son más frescos y alimenticios.
Come más despacio
Trata de consumir las comidas principales como mínimo en 20 minutos, eso te ayuda a obtener más nutrientes debido a que masticar bien estimula la producción de saliva y las enzimas que se encuentran en estas, ayudan a que la comida se degrade mejor, se absorban más nutrientes, se digiera y metabolicen los alimentos de manera apropiada.
Preparado en casa
En lo posible, trata de que así sea en un 80 % de tus comidas. Con esta práctica es mucho más fácil poder controlar y elegir los mejores alimentos y tipos de cocciones que utilizas. Existen diversos restaurantes en el mundo que están aplicando la teoría del slow food y buscan que sus menús estén servidos directamente de la huerta al plato, pero todavía la mayoría no son conscientes de este hábito por lo que es mejor asegurar una buena alimentación desde casa.
Aprende a leer las etiquetas de los productos que consumes
Cuando aprendes a elegir cuál alimento es bueno o no para tu organismo, es mucho más fácil empezar a ejecutar las buenas prácticas alimenticias que sugiere el slow food. Saber leer etiquetas e ingredientes te ayuda a que sepas de qué están realmente hechos los alimentos, a determinar si existe publicidad engañosa y analizar si eso que comes contiene exceso de azúcar, sodio, grasas saturadas o ingredientes que son perjudiciales para tu cuerpo.
Alimentate bajo los pilares de bueno, limpio y justo
La organización global slow food tiene tres principios que se corresponden entre sí. El primero es que el hábito de alimentación debe ser BUENO, con esto se refiere a que los alimentos te satisfagan, pero además estén frescos y formen parte de la cultura local.
El segundo es que deben ser LIMPIOS, con esto se entiende que debes consumir alimentos que promuevan las buenas prácticas ambientales, animales y de salud. El tercero es que debes apoyar el ejercicio de consumo JUSTO en donde el productor, el distribuidor y el consumidor estén igualmente beneficiados a través de un intercambio de alimentos con precios justos y que retribuyan debidamente al productor.
Estos son unos de los principales gestos con los que puedes empezar a convertirte en un consumidor responsable. Si quieres aprender más y saber cómo funciona la tendencia de slow food te invitamos a leer información a través de su fundación Slow Food International. Recuerda que los hábitos sostenibles comienzan en casa y que tú eres quien tiene el poder y la decisión de cambiar tu vida y la del planeta.
Sobre Mishmashladies
Somos Claudia y Camila Torres y somos coaches en cambio de hábitos. Nuestra misión es que las personas logren un bienestar integral. Enseñamos a las personas a implementar hábitos de alimentación saludable de una manera efectiva y que perdure para toda la vida, por medio de espacios como redes sociales, talleres, conferencias, charlas e infoproductos digitales.