¿Qué es la onicofagia y cómo se puede tratar?

El estrés, la ansiedad y los nervios son sólo algunas de las afecciones que millones de personas alrededor del mundo sufren por distintos factores familiares personales laborales o de cualquier índole pero que terminan ocasionando graves consecuencias a nivel de Salud.

Precisamente por esas afecciones que sufre un gran porcentaje de la población a nivel mundial muchos tienden a presentar problemas en su salud física, mental o emocional y suelen desarrollar hábitos que no son sanos y sólo empeoran esas condiciones.

Uno de esos hábitos bastante complejos es el de la onicofagia que es el término científico para referirse a comerse las uñas de los dedos de las manos y aunque en ocasiones es sólo una costumbre que se puede eliminar con facilidad, existen casos más extremos en los que se convierte en una convulsión, incluso en un trastorno.

El término surge del griego Onyx que significa uña y phagein que significa comer o morder. Principalmente hombre es más común en niños o adolescentes ya que se piensa que es el 30% de la población a nivel general que suele morderse las uñas en esa etapa de la vida sin embargo esta conducta puede extenderse hasta la edad adulta que es donde se convierte en un problema más difícil de erradicar pero sólo el 15% de la población adulta lo padece.

De hecho la asociación americana de psiquiatría ha llegado a considerar como parte de un trastorno obsesivo-compulsivo directamente relacionado con el estrés y la ansiedad pero también es un síntoma que se produce por los mismos.

A pesar de que los efectos que ocasiona la onicofagia en las personas no son para nada positivos en ocasiones como se mencionó anteriormente es sólo un hábito que se puede eliminar progresivamente pero cuando no puede ser más problemático ya que puede causar infecciones por la suciedad, hongos, proliferación de bacterias por el contacto con la saliva y las manos, sangrados, heridas a la cutícula y la composición de la uña o afectar la forma de los dedos pues la presión puede afectar su posición.

Además el morderse las uñas puede traer consigo problemas dentales como gingivitis, caries o dientes astillados y hasta infecciones estomacales.

Aunque el mejor método para acabar con ese hábito es tener conciencia de no hacerlo y buscar otras maneras para controlar la ansiedad y el estrés cuando esto se vuelve más difícil uno de los consejos principales es hacer uso de algún esmalte amargo o laca para las uñas para que la mente y los sentidos relacionan el hábito con una mala sensación de sabor.

Asimismo se piensa que la mente cuando ve el morder las uñas como una manera de sacar ansiedad se fija detalles tan mínimo un cuerito o una uña partida por lo que se recomienda tener las uñas a un nivel corto o mantenerlas arregladas para que no salgan padrastros situación estresante arrancar con la boca.

Sin embargo, si ya es muy difícil controlar este mal hábito podría ser fundamental acudir a terapia.