Salud
Proteínas como complemento: ¿para qué sirven? ¿Son necesarias? ¿Qué tipos existen?
Claudia y Camila Torres, ‘Mishmashladies’, son coaches en cambio de hábitos y hoy nos cuentan la importancia de las proteínas en la alimentación.
Es un hecho que la proteína es importante para nuestra alimentación, sin embargo, hay una tendencia que ha llevado a que las personas la consuman de forma irresponsable, basándose en la necesidad de construir músculo para marcar su cuerpo, motivadas por una necesidad estética que la mayoría de las veces va en contra de la propia salud. Es tan real esta situación que, en las visitas al supermercado, para escoger cualquier tipo de producto, miran el porcentaje de proteína y desestiman otros elementos importantes para una buena alimentación.
La proteína sí ayuda a la creación de músculo, pero no solo tiene esta función. Este macronutriente es esencial en nuestra alimentación y no podemos ni debemos prescindir su consumo; tiene funciones estructurales, hormonales, enzimáticas, aporta y transporta energía, crea y repara tejidos, aumenta masa muscular, disminuye la presión arterial y mantiene la sensación de saciedad por un tiempo más prolongado.
Nuestro cuerpo asimila tan solo unos 30 a 40 gramos de proteína efectiva por cada comida, lo que sobra, en caso de consumir mucho más de lo que podemos procesar, el organismo lo transforma en glucosa, que va al hígado y que, a su vez y si ya tiene suficientes reservas, la convertirá en grasa.
Adicional a esto, el exceso de proteína puede causar crecimiento tumoral, cáncer y otras enfermedades, por eso debe consumirse en porciones adecuadas y cuyas fuentes sean lo más limpio posible; además, debe existir un balance entre la de origen animal y vegetal en una proporción de 50/50.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estipula que un adulto sano con una actividad moderada debería consumir de 1 a 1.5 gramos por kilo de peso al día. Sin embargo, esta misma entidad calcula que hoy en día una persona consume en promedio 0.6 gramos de proteína efectiva por kilo de peso al día, lo que se considera una deficiencia.
Una persona que quiera aumentar su masa muscular debería tener un consumo aún mayor, de 1.5 a 2.0 gramos por kilo al día. Pero cuidado, deben complementar ese consumo con la realización de ejercicios de fuerza, utilizando pesas o elementos que generen resistencia, porque de nada sirve consumir altas cantidades de proteína si no se estimulan los músculos de forma correcta.
Es importante entender que las proteínas están compuestas por grupos de “aminoácidos”, de los cuales algunos son obligatorios dentro de nuestra alimentación, ya sea de base animal o vegetal.
Para poder calcular la cantidad de proteína necesaria para cada persona y cuánto estamos consumiendo, debemos tener un amplio conocimiento de nuestra alimentación. Si nutrición balanceada, se mantiene una proporción justa entre las proteínas animales y vegetales, no sería necesario complementar nuestras comidas.
A continuación te contamos un poco sobre los tipos de complementos que existen para que tú mismo decidas si quieres o no usarlos.
1. Whey Protein (proteína de suero): proviene de la leche entera, se elimina la parte densa y al secarse queda el producto, del que un 70 % es proteína efectiva y el reto sigue siendo grasa, lactosa y caseína (las dos últimas son los componentes que hacen la leche de vaca muy irritable para la mayoría de personas).
2. Isolate Whey Protein (proteína de suero aislada): esta es la forma aislada de la proteína. A través de procesos químicos se eliminan la caseína y la lactosa, pero esto hace que este sea un producto altamente procesado.
3. Proteínas vegetales: son hechas de diferentes alimentos como la soya, el arroz, las arvejas, las almendras, entre otros. Todos estos alimentos tienen diferentes aminoácidos que por sí solos no contribuyen al perfil necesario que nuestro organismo necesita, es por eso que al escogerlas deberíamos confirmar que tenga una combinación inteligente de diferentes alimentos, además de los aminoácidos leucina e isoleucina (aminoácidos esenciales y que debemos adquirir de nuestra alimentación) . También podemos recurrir a complementar con la alimentación.
4. Proteína de caldo de hueso: es un concentrado de caldo de hueso de pollo que posee una gran cantidad de proteína, gelatinas, colágeno tipo 2 de forma natural y tiene además un perfil de aminoácidos muy particular que ayuda a la desintoxicación del organismo (gracias a la glicina, aminoácido no esencial, que puede producirlo el cuerpo solo, o lo podemos adquirir de nuestra alimentación). Esta proteína además ayuda en las funciones intestinales corrigiendo la permeabilidad gracias a la glutamina (aminoácido no esencial) y trae beneficios antiinflamatorios que ayudan a las articulaciones.
Como ves, existen diferentes opciones, solo es que te enteres de qué existe en el mercado y entiendas tu organismo para saber qué es lo que más te conviene. Como dice James Allen, “No hay mal en el universo que no sea el resultado de la ignorancia”.