Salud
La importancia del hábito del sueño para la salud
Podríamos decir que el sueño es el hábito más importante dentro de nuestras rutinas, un proceso vital y fundamental de nuestra existencia como lo es la alimentación.
Muchos estudios relacionan situaciones problemáticas como fallas en la memoria, alto riesgo de enfermedades cardiovasculares graves, enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad y trastornos mentales, a la falta de sueño o al padecimiento de trastornos como el insomnio o la apnea obstructiva del sueño. Sin embargo, dormir bien por el contrario, trae innumerables beneficios para nuestra salud mental y física que son importantes mencionar.
Cuando nos acostamos a dormir nuestros músculos se relajan, la frecuencia respiratoria y cardiaca se hacen más lentas, así como la actividad cerebral. Nuestros ojos se mueven lentamente y el estado de alerta del organismo disminuye. Nuestro cuerpo entra en descanso y esto le permite prepararse para el día siguiente. Sin embargo, podríamos decir que no todo el cuerpo entra en estado standby, nuestro cerebro y otros sistemas de nuestro organismo al mismo tiempo que descansan y recuperan energía de las actividades que realizaron durante el día, siguen trabajando y resolviendo y mejorando cosas pendientes como:
1. Mantenimiento y control de la energía: mientras dormimos se liberan una serie de hormonas que ayudan a mantener y controlar la energía que tenemos en nuestro organismo.
2. Consolidación de la memoria, claridad mental y mejor atención: dormir bien estimula y favorece las conexiones entre las neuronas del cerebro, además, durante este, el cerebro crea nuevas células cerebrales, que en cierto modo compensan todas las que se han perdido durante el día.
3. Control del peso corporal: el buen sueño ayuda al organismo a mantener niveladas sus hormonas, la falta de este, sin embargo, hace que el tubo digestivo fabrique una mayor cantidad de una hormona llamada grelina, que estimula el apetito. Por eso la relación entre el insomnio y el aumento de peso.
4. Refuerzo del sistema inmune: durante el sueño el sistema inmunológico se regenera y fortalecerse en sus funciones contra los virus y bacterias que puedan afectar al organismo.
5. Mejorar el estado de ánimo: el buen sueño ayuda a la producción equilibrada de hormonas como la melatonina y la serotonina, estrechamente relacionadas con el bienestar, que además contrarrestan el efecto del cortisol y la adrenalina, o mejor conocidas como las hormonas del estrés.
6. Mantener la salud cardiovascular: dormir bien ayuda a evitar la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias y esto afecta positivamente la salud de los vasos sanguíneos. También, controla la producción de células inflamatorias en la médula ósea, que al desnivelarse pueden generar endurecimiento de las paredes arteriales.
7. Regulación de la temperatura corporal: el sueño, podría decirse, funciona como un termostato, ayuda a mantener la temperatura corporal correcta para realizar diferentes procesos esenciales del organismo.
Sin embargo, cabe aclarar, estas actividad no son constantes y cambian a lo largo de las horas de descanso según las distintas etapas del sueño. Una buena noche de descanso consiste en cuatro o cinco ciclos completos de sueño, cada uno de los cuales alterna sueño profundo y sueño desincronizado o REM (sueño de movimientos oculares rápidos), que es cuando soñamos. A medida que avanza la noche aumenta la proporción de sueño REM, lo que es muy importante para mantener la biología del sueño. Es por eso que según la edad y etapa de vida en la que nos encontremos, debemos procurar dormir un mínimo de horas determinado, por ejemplo, un adulto debe dormir como mínimo 7 horas.
A continuación, te dejamos algunos tips para lograr dormir mejor:
1. Prepárate para ir a dormir, al menos una hora antes no uses aparatos electrónicos, lee un libro, escucha música relajante, haz una meditación.
2. Sigue un horario de sueño, intenta dormirte y levantarte siempre a las mismas horas, eso refuerza el ciclo del sueño.
3. Ve a la cama solo al menos dos horas después de haber realizado tu última comida, cena ligero e introduciendo alimentos que te ayuden a conciliar y mantener el sueño.
4. Realiza actividad física con regularidad, el ejercicio ayuda a promover el sueño. Sin embargo, evita realizar actividades muy fuertes cerca de la hora de dormir.
5. Aunque es importante mantenerte hidratado, no bebas mucho líquido justo antes de dormir, eso puede generar ganas de ir al baño y, asimismo, la interrupción del sueño.
En algún momento todos presentamos problemas para dormir, sin embargo, si ves que esto se repite con frecuencia, consulta a un especialista para buscar la causa y el tratamiento indicado a este problema.