¿Qué es el alzhéimer en los perros y cómo identificarlo?

Las mascotas se han convertido poco a poco en un integrante más de la familia. Actualmente, muchos los consideran como sus hijos y atrás ha quedado la percepción de los animales de compañía o de que solo son las mascotas de la casa.

Debido a esto, hay un mercado bastante amplio en cuanto a lo que se puede conseguir para hacerles la vida más fácil y más cómoda. Desde juguetes hasta alimento enriquecido, postres, premios y demás elementos, los convierten en los protagonistas de cualquier hogar.

Al igual que los humanos, a medida que va pasando el tiempo y tienen más edad, su salud puede ir empeorando y podrían tener problemas a los que hay que estar más que atentos. En específico, en el caso de los perros, se puede decir que se convierten en “ancianos”, cuando tienen más de siete u ocho años.

Debido a esto, al igual que con las personas de la tercera edad, los perros geriátricos requieren de más cuidado y atención. Sus dueños deben estar muy atentos a los pequeños cambios en sus comportamientos y a las dificultades que empiezan a tener.

¿Qué es el alzhéimer en los perros?

El veterinario Gabriel García afirmó en el medio El Tiempo que el alzhéimer canino, cuyo nombre real es síndrome de disfunción cognitiva, implica un deterioro neurológico en el “mejor amigo del hombre”, lo que podría significar que empiece a olvidar cosas, cambiar su personalidad y perder el control de sus esfínteres.

Al igual que en los humanos, el experto aseguró que este síndrome no tiene cura y es progresivo, por lo que la labor de los dueños de la mascota es mantenerla cómoda, darle seguridad, tener paciencia y facilitar el proceso manteniendo el amor y la dedicación.

De la misma forma, antes de que ocurra, se puede prevenir dándole a los perros alimentos ricos en vitaminas que ayuden a su sistema neurológico y estimularlos cognitivamente, lo que puede retrasar el avance de la enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas del alzhéimer en los perros?

García hizo un listado para el mismo medio en el que enumeró algunas de las señales que son más fáciles de reconocer, entre ellas el aumento en las horas de sueño y la disminución en el relacionamiento con humanos y otros animales, asimismo, la disminución de la actividad física es una señal.

Los cambios en su personalidad pueden variar, desde el aumento del miedo y la intolerancia a personas o animales, hasta el cansancio extremo, la pérdida de orientación y el desinterés a las caminatas o juegos, además de la búsqueda por lugares con pocos estímulos.

Físicamente, los perros con esta afección también empiezan a tener problemas, pues sentidos como la vista, audición y olfato empiezan a disminuir. Además del aumento de los dolores en las extremidades, limitando la posibilidad de caminar y la pérdida del control de los esfínteres.