Gatronomía
El croissant francés hizo una revolución y ahora arrasa en forma de cubo
¿Lo probarías? Este clásico de la bollería ahora se presenta como una figura geométrica.
En las panaderías de todo el mundo hay un producto que parece que jamás va a faltar: el croissant. Croasán, cruasán, croisán... Aunque no sabemos con exactitud cómo pronunciarlo (además del obvio fonograma en francés), lo cierto es que este tipo de pan nos evoca a la mantequilla casi con solo imaginarlo.
Este producto de la bollería es uno de los más solicitados en el mundo, tanto así que cuenta con su propio día (30 de enero) y desde su invención hace varios siglos sigue teniendo unas particularidades que van ligadas al aroma, al sabor y al crujir de sus capas horneadas que van en contraste con la suavidad de su interior.
Aunque ha sido impartido en la cultura general que el croissant es francés, la historia oficial cuenta que este bollo fue inventado en el siglo XVII en Viena, la capital de Austria, a miles de kilómetros de la Francia inmersa en el barroco.
Sin embargo, su particular receta no ha quedado inamovible en el tiempo. La panadería Le Deli Robuchon decidió darle una variación a este clásico de la cocina y cambió la forma del croissant: ahora es un cubo. Este local ubicado en Londres ha creado un platillo que por su sabor y especialmente por su forma se ha vuelto viral en las redes sociales.
Aunque esta no es la única boulangerie que prepara este tipo de pan como si fuera un cubo (en México también hay vestigios de esta preparación), el chef Joel Robuchon ha permitido que su creación se venda en las redes sociales ‘como pan caliente’.
El famoso croissant cuadrado viene en varias presentaciones, con diversos glaseados y rellenos (el favorito según el chef es el relleno de chocolate).
Llamado Le Cube Robuchon, este cruasán es preparado a mano y horneado todos los días, garantizando un bollo fresco como se espera por lo general en los productos de panadería en sabores clásicos como la vainilla, el chocolate y el matcha.
Aunque esta no es la primera vez que en el mundo alguien tergiversa el croissant clásico como lo conocemos. En Nueva York, en el 2013, un chef decidió fusionar el croissant con la dona creando el cronut (croissant y donut). También existe el cruapán, un pan de molde con una receta similar a la del croissant basada en las capas y la suavidad.
Estas modificaciones se hacen a través del dominio repostero del hojaldre, el cual, solo a través de la experiencia, permite ser moldeado para llegar a formas como cuadrados, círculos, remolinos y lucir hasta como un muffin.