Gastronomía

Gastronomía en Pasto: una cocina deliciosa y tradicional, más allá del cuy

‘La Ciudad sorpresa’ es una perfecta combinación entre las raíces y lo contemporáneo. Mar, tierra y río se unen para darles a los comensales las mejores experiencias culinarias.

El frito pastuso es uno de los platos más típicos de la ciudad.
El frito pastuso es uno de los platos más típicos de la ciudad. - Foto: Fucsia

Pasto es, sin duda, ‘la Ciudad sorpresa’. Y esto no solo se debe a sus paisajes, sino también a su gastronomía. Y es que, aunque el cuy es protagonista de la cocina tradicional de esta urbe, hay mucho más por descubrir. Platos deliciosos que harán que quiera volver una y otra vez.

Pasto es una ciudad en constante movimiento y que ha tenido un exponencial crecimiento en los últimos años en diferentes sectores, uno de esos, su gastronomía. En este destino la cocina tradicional y la vanguardista han sabido unirse, generando entre los comensales explosiones de sabores y texturas.

Restaurantes como Vanguardia y La Vereda son un ejemplo claro de aquella unión, ofreciendo a locales y turistas cocinas de autor y contemporáneas, que al mismo tiempo tienen muy claro el poder de los orígenes y de los productos que nos representan como país.

En los menús de los restaurantes pastusos es común ver opciones de mariscos y pescados, por ejemplo, toda clase de ceviches.
En los menús de los restaurantes pastusos es común ver opciones de mariscos y pescados, por ejemplo, toda clase de ceviches. | Foto: Fucsia

Lo que debe probar sí o sí en Pasto

El frito pastuso es una de esas preparaciones típicas que ha sido reinterpretada gracias a la genialidad de los chef de estos y otros restaurantes de Pasto. En La Vereda está compuesto por bondiola de cerdo con una costra de papas nativas, choclo, mote, diversos encurtidos y el famoso ají de maní. Este es un plato que debería probar sí o sí en su visita a esta ciudad ya que sabe a campo y al mismo tiempo, es capaz de transportarlo a los hogares nariñenses.

Para continuar con la experiencia gastronómica por esta urbe es necesario probar las yucas de concho. “La palabra concho proviene del quechua qunchu que significa ‘residuo’. Para los nariñenses el concho es el resultado de la caramelización de los jugos de cocción de cerdo bien sea en horneado o frito pastuso. En las zonas frías esta reducción con trocitos de cerdo, grasa y colágeno baña papas asadas y en zonas cálidas se consume con yucas”, asegura La Vereda.

Las yucas de concho son una excelente opción para empezar un almuerzo o una cena en Pasto.
Las yucas de concho son una excelente opción para empezar un almuerzo o una cena en Pasto. | Foto: Fucsia

Las preparaciones de mar también son protagonistas en la gastronomía pastusa. Por ejemplo, en Vanguardia podría animarse a probar unas empanadas de plátano verde rellenas con corvina encocada, acompañadas de ají de curuba, y continuar con unos camarones salteados, coco macerado, salsa de coco, queso madurado y virutas de plátano. Para finalizar, una gran opción sería el salmón en miel de frutos secos, arroz meloso de vino, espinaca, queso y tomates confitados.

La trucha, una insignia de Pasto

Por supuesto, quien visita Pasto no se puede ir sin probar su trucha. Una buena idea es empezar la jornada con un paseo a la Laguna de La Cocha, continuar con un recorrido por El Encano (considerado ‘la Pequeña Venecia’ de Colombia) y terminar con un almuerzo digno de un rey en Naturalia.

Aníbal Criollo es la mente creativa detrás de Naturalia. Allí queda plasmada su ascendencia campesina e indígena, con platos que combinan alimentos como: encurtidos andinos, ajíes,  tubérculos (arracacha, ollucos, papas), cuajada, quinua, gallina, uchuvas, chilacuán (papayuela), maíz, calabaza y por supuesto, la trucha.

La trucha ahumada y el locro de calabaza y gallina ahumada son los platos estrella de Aníbal, además de ser toda una sensación en su restaurante. “Nuestra cocina debe ser parte del legado para nuestros guaguas (niños). Hoy más que nunca es importante compartir los conocimientos y continuar la tradición. Que las futuras generaciones sepan que tenemos una riqueza gastronómica incalculable”, cuenta Criollo.

Después de un paseo por la Laguna de La Cocha, un buen almuerzo con trucha.
Después de un paseo por la Laguna de La Cocha, un buen almuerzo con trucha. | Foto: Fucsia

Endulzando el paladar en Pasto

La cocina pastusa también se ve reflejada en diversos postres que son capaces de endulzarle y alegrarle la vida a cualquiera. El más famoso es el dulce de chilacuán, el cual puede ser encontrado tanto en restaurantes como en las calles de la ciudad. En diversas partes es acompañado de frutas, cuajada, dulce de mora y hasta dulce de guayaba.

En La Vereda es posible disfrutar de postres de corte más contemporáneo como el helado de macambo con licor y galletas de coca; y las galletas de maíz morado con queso ricota de cabra y mermelada.

El dulce de chilacuán es perfecto para endulzar las mañanas, tardes y noches.
El dulce de chilacuán es perfecto para endulzar las mañanas, tardes y noches. | Foto: Fucsia

Después de un almuerzo de dioses en Pasto podría tomar un buen café. Y es que, si no lo sabía, se trata de un destino cafetero que se destaca por la producción de café especial. “Una taza de la bebida nariñense deja escapar una acidez alta, cuerpo medio y algunas notas dulces y florales. Se acompaña con empanadas de añejo o harina, quimbolitos o envueltos de choclo o yuca, pan de hallulla, pan de maíz o queso campesino”, afirma Fontur.

Al caer la tarde es momento de algo más fuerte y esta urbe también tiene opciones para todos. Diversos tipos de cócteles hechos con viche y por supuesto, algunos shots de esta bebida, son capaces de prender cualquier fiesta.

Una jornada en Pasto sin probar un hervido no vale la pena. Es similar al canelazo y su preparación comienza con la infusión de frutas como el maracuyá, la mora, el lulo o la piña. Después de hervir y colar, se le adiciona aguardiente o chapil (bebida ancestral proveniente de la caña de azúcar). Se sirve caliente, decorado con azúcar y rodajas de naranja. Y claro, los más valientes también pueden disfrutar del chapil sin aditivos.

Al caer la noche, nada como un cóctel con viche o un hervido
Al caer la noche, nada como un cóctel con viche o un hervido | Foto: Fucsia

Visitar Pasto significa tener siempre la barriga llena y el corazón contento. Cada lugar, cada restaurante implica una experiencia maravillosa para el paladar. Pasto es sinónimo de cuy para muchos, y aunque es obvio que hay que probarlo, también vale la pena degustar los otros tantos sabores y platos de este destino, que, sin duda alguna, son fascinantes. Anímese a conocer la gastronomía de Pasto, luego pensamos en cómo bajar esos kilitos de más.