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“Las mujeres gitanas somos resiliencia”, Dalila Gómez, habla sobre su liderazgo desde la comunidad Rrom
Hace más de 20 años esta lideresa del pueblo Rrom comenzó a visibilizar su lucha en defensa de los derechos de los 8000 gitanos que conforman esta minoría étnica de Colombia
“Soy una mujer que ha revolucionado el mundo gitano porque he alcanzado con mucho esfuerzo y con mucho trabajo todo lo que los Rrom pueden acceder a derechos fundamentales y colectivos y, para ello, ha sido un proceso continuo, un proceso largo de luchas en todas las dimensiones, diríamos, del ser gitano”.
Con esta frase comienza esta imparable mujer gitana a contar su historia y la historia del pueblo romaní que en la actualidad hace parte de nuestra nación y que, por varias décadas, ha luchado por sus derechos y reconocimiento dentro de una sociedad que no es muy abierta a la multiculturalidad.
Y es que ver a Dalila y conversar con ella es como si el tiempo no hubiera pasado, pues luce con orgullo su tradicional vestido gitano y los accesorios que hacen parte de un particular atuendo que distingue a un pueblo cuyas mujeres trabajan por conservar las tradiciones más profundas de su comunidad en el mundo actual.
¿Qué es ser una mujer gitana en la actualidad?
Preguntarle a Dalila sobre qué es ser una mujer gitana es transportarla a lo más profundo de su ser. Irremediablemente, brota una sonrisa cuando habla del tema, expresión que deja ver ese amor que tiene por sus orígenes y valores.
“Ser una mujer gitana implica ser generadora de cultura, ser una mujer que mantiene la paz, una mujer que transmite valores fundamentales al pueblo gitano a través de todas las generaciones (...) implica ese amor, esa revolución del amor, del cuidado, esa persistencia, esa resiliencia y resistencia de poder ser lo que nosotras somos como mujeres“.
Y complementa lo anterior con la siguiente afirmación: “las mujeres gitanas nos caracterizamos por ese profundo amor que le tenemos a nuestros usos y costumbres, a nuestros valores, a nuestros mayores, a todo lo que implica el respeto en la ‘cumpaña’ o en la comunidad y también esa esencia se debe a todo ese cuidado del pueblo gitano”.
Una mujer controversial dentro del mundo gitano
Esta lucha por demostrar la importancia del pueblo gitano como parte de la sociedad colombiana le ha generado fuertes choques no solo por ir en contra de esos clichés sociales en donde las minorías no cuentan, sino porque fue una ‘revolucionaria’ dentro de su comunidad, la cual hace unos años miraba con extrañeza que una mujer tuviera ciertos roles dentro de la vida pública. Todo esto hace parte de sus más gratos recuerdos y, por eso, con seguridad y orgullo cuenta su experiencia:
“Siempre en algún momento hubo cierta discrepancia (suspiro), pero después cuando se vio todo el trabajo, se vieron las cosas que se hicieron con respecto a avanzar en derechos, al respeto, creo que fue un trabajo que se ha valorado y se ha respetado. El hecho de estar en una ley de lenguas nativas, 381, pues es importante para el pueblo gitano, de tener un decreto 2957 que promueve los derechos fundamentales y colectivos, al igual que estar en el decreto 4634 que es la ley de víctimas para el pueblo gitano ha sido importante y necesario. Yo creo que todos estos elementos han hecho que surja el respeto por el trabajo de una mujer que como yo ha venido logrando también estos desafíos que en un principio no se creían y que ahora tenemos como esa fuerza para seguir luchando”.
Lo más difícil es combatir la discriminación
Ser gitana en la actualidad no es tarea fácil, pues las ideas radicales y la falta de información hace que aún exista exclusión frente a ella y su derecho a ser reconocida. Dalia lleva más de 2 décadas dando la pelea para cerrar brechas y lograr un merecido respeto.
“yo creo que lo más difícil diríamos que es, de pronto, combatir la discriminación, combatir la exclusión, eso es difícil porque estamos en una sociedad que todavía discrimina, que todavía excluye y no entiende la diferencia. Nosotros llevamos muchos años tratando de combatir estos estereotipos; no obstante, seguimos en la lucha seguimos combatiendo eso a través de una mirada diferente, haciéndole aportes a la sociedad colombiana, a la sociedad mundial desde el pensamiento románico, desde el pensamiento de valores”.
Dalila, ante la pregunta sobre si se siente una mujer socialmente discriminada, responde de manera pausada y reflexiva: “en ocasiones sí me he sentido, pero creo que he sido muy guerrera y muy valiente para combatir esos momentos de discriminación”.
Y teniendo en cuenta esa lucha por los derechos fundamentales del pueblo romaní no duda en transmitirle un mensaje a las mujeres gitanas:
“Yo les digo que estudien porque el estudio son alas de libertad en el conocimiento, yo les digo que sigan siendo lo que son: gitanas, que guarden esa esencia y esa raíz móvil tan importante de venir de un pueblo tan bonito, tan libertario, un pueblo guerrero, un pueblo que da muchas muestras de lo que debe ser, por ejemplo, la paz en este país”.