Moda
El adiós de Marc Jacobs
Revista FUCSIA, 26/10/2013
El emblemático diseñador de Louis Vuitton llegó a esa casa de diseño a los 34 años y se va a los 50, con una reputación de éxito. ¿Qué viene ahora para él y para la marca?
Nada presagiaba que este sería el último desfile de Marc Jacobs para Louis Vuitton. Era un día resplandeciente y una turba de gente trataba de entrar al sitio de siempre, el Carré du Louvre, uno de los patios cerrados del antiguo palacio de los reyes de Francia.
El recinto, una estructura rectangular forrada en plástico rosado, me pareció extraño, y al entrar tuve la sensación de estar llegando a un entierro: paredes pintadas de negro, piso entapetado con una alfombra peluda de cuadros negros y azul marino, dos estructuras de hierro con calados, en negro, y adentro un ascensor, además de un carrusel como el de los parques del siglo pasado, también lúgubre, y finalmente una fuente pintada de negro en la mitad del recinto.
Los chorros de agua transparente, brillante, resaltaban en la oscuridad. A las diez de la mañana en punto empezó el espectáculo. Según Marc Jacobs, “un desfile dedicado a las mujeres que me inspiran y la celebridad que hay detrás de cada una de ellas. Mujeres como Jane Birkin, Grace Coddington, Catherine Deneuve, Lady Gaga, Judy Garland, Françoise Hardy, Anna Wintour y otras más que, bien sean extrovertidas o esotéricas, son figuras que mantienen un lenguaje visual. Su estilo, imaginación, creatividad, talento, visión y voz cambiaron el mundo para siempre”.
Cuando salió la primera modelo desnuda, pintada con los famosos graffitis de Stephan Sprouse del 2000 –una de las primeras colaboraciones de artistas con Jacobs– con un gigantesco tocado de plumas negras, parecía ser cierto que estaba en un sepelio. El sentimiento dentro entre el público debió ser muy parecido, todo el mundo se puso de pie y aplaudió. Era una oda a París y a su gente. Todas las modelos vestían de negro, con excepción de un par de jeans. Las prendas estaban trabajadas con bordados, pedrería, pliegues y transparencias.
Jacobs usó todos los recursos a su alcance, como si se tratara de la última vez, como efectivamente sucedió. No fue un final triste pero sí lleno de interrogantes: ¿por qué negro?, ¿por qué una ropa difícil de usar?, ¿por qué tanta oscuridad?
La noticia le ha dado la vuelta al mundo sin misterio. Marc Jacobs se va a dedicar a su marca propia, de la cual es dueño en un 96% el señor Bernard Arnault, y LVMH va a preparar la salida de sus acciones a la bolsa, como lo hizo hace poco Michael Kors con éxito. Para la línea de cosméticos Marc Jacobs, de precios moderados, todo augura bien, y como dijo Alexandra Shulman, directora de Vogue británica: “es tan importante saber salir como saber llegar, va a ser muy excitante ver el impacto de su creatividad en su propia marca”.
Se rumora que Nicolas Ghesquiére, el antiguo director de Balenciaga y muy cercano a Delphine, la hija de Arnault, dueño del grupo LVMH, será el reemplazo de Jacobs. Pero finalmente la decisión está en manos del muy discreto señor, quien dirá cuándo y cómo se nombre al sucesor del diseñador. Después de 16 años que suman cerca de 7 billones en ventas, una cuarta parte de la totalidad de estas en la historia de la compañía, no será una tarea fácil tal decisión.
Los lucrativos motivos de Jacobs
La opinión de los conocedores es unánime cuando afirman que a Marc Jacobs le debe la firma Louis Vuitton el haber pasado de ser una marca francesa de accesorios de lujo, de los cuales son un símbolo las maletas y otros implementos de viaje, a entrar de lleno en el exigente mundo de la moda con diseños que deslumbraron en las grandes pasarelas por su audacia y vanguardismo. Jacobs ha sido aclamado por convertir al gigante de la moda en una relevante marca global. El diseñador se va de la firma para preparar la salida a bolsa de su propia marca, que cuenta con la participación de LVMH.
El presidente de la compañía LVMH, Bernard Arnault, se refirió a la renuncia de Jacobs al cargo de director creativo de la marca con comentarios elogiosos: “cuando empezamos juntos, Marc Jacobs era un negocio minúsculo de alrededor de 20 millones de dólares. Ahora la totalidad de las ventas se aproxima al billón, lo que significa un crecimiento enorme”.
Arnault declaró que Jacobs y Robert Duffy, su socio, querían concentrarse en su propia marca: “dejamos que ellos tomaran la decisión de cuándo querían dedicarse a ello. Ahora hemos llegado a un acuerdo de asistirlos en su ingreso a la bolsa”. Arnault confirmó al respecto que la marca Marc Jacobs está trabajando en una oferta pública inicial de acciones y aunque haya perdido a su director creativo, la compañía LVMH está lista a beneficiarse de compartir el potencial billón de dólares de ganancias que obtendría Marc Jacobs en esta oferta inicial de acciones.
Marc Jacobs tenía apenas 34 años cuando fue nombrado director creativo de Louis Vuitton. Formaba parte de un grupo de jóvenes neoyorquinos, arrolladores, que querían cambiar la manera de ver la moda y hacer de las marcas algo mucho más universal. Hoy, a sus 50 años, goza de reputación como un diseñador que ha triunfado no solamente como director creativo de Louis Vuitton, sino construyendo su propia marca con líneas de moda de múltiples precios y estrategias de mercadeo que han sido acogidas por Hollywood y la cultura pop. En esto difícilmente es igualado por sus colegas.
El retiro de Jacobs coincide con un momento de agitación de la industria del lujo, en la medida en que los grupos han ido consolidando sus posiciones y los diseñadores se han convertido en mercancías que se venden al mejor postor. Aun los diseñadores novatos han sido comprados por el portafolio de la moda de lujo, práctica a la que no ha escapado el grupo LVMH, en constantes escaramuzas con su principal competidor, Kering, antes PPR.
De hecho, las casas de moda siguen la tendencia de contar con un diseñador que, al tiempo que trabaja para ellas como director creativo de la casa mayor tiene su propia marca, que es vista como una hijastra. En el caso de Jacobs, Marc Burke, gerente y director ejecutivo de Louis Vuitton, señaló a The New York Times que “la compañía de Jacobs y Duffy merece ser mucho más que una hijastra, hemos llegado a esa conclusión. –Y agregó–: puede ser un motivo de mayor estabilidad para Marc porque se trata de dedicarse por entero a la marca que lleva su propio nombre”.