Tavi Gevinson, la feminista adolescente
Fucsia.co, 15/4/2014
A los 11 años, su blog sobre las tendencias de las pasarelas convirtió a Tavi Gevinson en la niña prodigio de la moda. Ahora, a los 18, es considerada “la voz de su generación” gracias al impacto que tienen sus comentarios sobre sexo, mujeres y juventud.
Alguna vez Tavi Gevinson escribió en una de las entradas de su blog que “desearía ser un gato”. Solo así, con el privilegio de tener muchas vidas, podría cumplir sus múltiples sueños: “una para dedicarme a la moda, otra para ser actriz, otra para la música y la guitarra, otra para escribir, otra para dirigir cine...”. Pero en una sola existencia, que lleva escasos 18 años, le ha alcanzado el tiempo para lograr casi todas esas metas: se ha codeado con los grandes diseñadores y ha hecho la crítica de sus desfiles; cantó en un corto animado y participó en la última comedia que protagonizó el fallecido actor James Gandolfini.
Por si fuera poco, el diario británico The Guardian seleccionó recientemente a esta norteamericana adolescente como uno de los personajes más influyentes, menores de 30, en los medios digitales. No es casualidad que haya sido llamada “la voz de su generación”, pues su revista virtual Rookie refleja el espíritu de las jóvenes de hoy, estigmatizadas por ser apolíticas y superficiales, y les ofrece un espacio para que expresen desde temores sexuales hasta ansias intelectuales. Esta página es considerada un antídoto para contrarrestar el efecto de lo que sus competidores le ofrecen al público de esa edad: “creo que me volvería loca si siguiera todos los consejos que nos dan acerca de los hombres”. Sin embargo, prefiere no comerse el cuento de que ella es la indiscutible líder de la causa. En las entrevistas manifiesta que le parece tonto “poner a alguien en un pedestal porque lógicamente no puede representar todo el feminismo ni a todas las niñas”.
Su nombre se hizo familiar en el mundo de la moda cuando con tan solo 11 años, en un portátil viejo, empezó el blog Style Rookie, que no tardó en alcanzar los cincuenta mil lectores diarios. Aunque en aquella época despertaba las burlas de sus compañeros de colegio por su excentricidad al vestir, no temió publicar fotos suyas ataviada de llamativos atuendos en el jardín de su casa, ubicada en los suburbios de Chicago. El tono adulto a la hora de expresar opiniones sobre las prendas de distintos creativos, hizo pensar a muchos que alguien más escribía las columnas. Pero también la llevó a ser invitada a las principales pasarelas mundiales, a sentarse junto a la célebre Anna Wintour y a compartir discusiones con John Galliano y Miuccia Prada, quienes han halagado su visión. “Creo que la moda más interesante es la antimoda. Sin reglas, sin restricciones, sin normalidades, la que no busca complacer a nadie”, anotó en su espacio. Harper’s Bazaar la contrató para que hiciera el análisis de una colección de primavera; la publicación cultural BlackBook le ofreció la dirección de una sesión fotográfica y se convirtió en musa de la marca Rodarte, para la cual realizó una de sus campañas. Y hasta Mattel la eligió como una de las mujeres a las que Barbie debería imitar.
Tal visibilidad generó las críticas de algunos de sus colegas mayores, a quienes Tavi no les parecía una pequeña y adorable curiosidad sino una rareza que entonces lucía un pelo azul platinado y gafas enormes que la hacían parecer una anciana. Un editor de moda se quejó en cierta ocasión de que la niña le arruinó un show de Dior, pues como estaba sentada en primera fila con un sombrero alto no lo dejó ver nada. “Debería estar en el colegio”, decían. Tanto consentimiento por parte de los diseñadores que, por cierto, la ayudaron a ampliar su clóset con regalos, hizo que incluso la acusaran de falta de ética, y ella ni siquiera había llegado a los 15.
A esa edad, Tavi decidió darle rienda suelta a nuevas pasiones. La lectura de libros feministas la motivó a crear la revista virtual Rookie, que en menos de una semana registró más de un millón de páginas vistas, número que se ha elevado a trece millones. Su secreto: los jóvenes oyen más a otros jóvenes. Para ella, ese cambio de intereses no ha sido radical: “el feminismo y la moda pueden ser amigos porque esta última ha sido una herramienta de la expresión propia, la individualidad y el empoderamiento”. Siempre se ha considerado un poco bicho raro, y por eso lanzó el proyecto con un sentido incluyente: “no estamos salvando el mundo, pero si podemos lograr que alguna persona se sienta menos triste o menos sola y se vuelva más analítica, creativa y cómoda consigo misma, estaré feliz”. Quizá por eso tiene fans entre las mayores. “Es fantástico que Internet le haya dado a los adolescentes la oportunidad de influenciar a sus pares. Cuando yo tenía su edad no había más remedio que confiar en revistas juveniles escritas por adultos que por más que lo intentaran no conectaban con ese público. Tavi parece un gran ejemplo, aunque no me agrada el hecho de que a sus años trabaje tan duro”, expresó a FUCSIA la consultora en moda Elaine O’Connor.
Cada mes, con aires de la cultura pop y una fascinación por los noventa, desarrolla un concepto distinto (obsesión, victoria, unión) con ensayos serios como el que publicó sobre la competencia que existe entre las mismas mujeres. Los mejores artículos forman parte de una antología con la que anualmente lanza un libro, y hay de dónde escoger, pues cuenta con la contribución de celebridades como la actriz Lena Dunham, creadora de la aclamada serie Girls. Además, en la sección titulada Ask a Grown Man (Pregúntele a un adulto) un personaje famoso les da a las admiradoras consejos desde un punto de vista masculino. Tiene un staff de ochenta colaboradores entre los que se encuentran su papá, un profesor de literatura retirado que hace las veces de asistente de la niña genio. La editora del equipo es Anaheed Alani, quien dejó su trabajo en The New York Times entusiasmada por el fenómeno Tavi. A sus 43 años asegura que pese a su edad, ella es una de las mejores jefes que ha tenido: “mi regla es que quienes están por encima de mí sean más inteligentes que yo, y cumple ese requisito”, dijo a Los Angeles Times.
Como está cursando el último año de colegio, a la joven escritora le toca levantarse a las tres de la madrugada para terminar las tareas. Renueva su página web teniendo en cuenta el horario de sus lectoras, cuando regresa de clases, durante la cena y antes de dormir. Sin embargo, saca tiempo para ver a su novio y participar en campañas de protección a la mujer. Sus seguidoras asisten masivamente a las conferencias que dicta, y en honor a su ídolo usan coronas de flores como las que ella se ponía en la cabeza cuando apareció en la escena de la moda. Porque Tavi Gevinson está alcanzando el estatus de símbolo. El tiempo definirá si su impacto se debe a que sea una niña haciendo cosas de grande. O si, como lo vaticinó Lady Gaga, se trata de “el futuro del periodismo”.
Por si fuera poco, el diario británico The Guardian seleccionó recientemente a esta norteamericana adolescente como uno de los personajes más influyentes, menores de 30, en los medios digitales. No es casualidad que haya sido llamada “la voz de su generación”, pues su revista virtual Rookie refleja el espíritu de las jóvenes de hoy, estigmatizadas por ser apolíticas y superficiales, y les ofrece un espacio para que expresen desde temores sexuales hasta ansias intelectuales. Esta página es considerada un antídoto para contrarrestar el efecto de lo que sus competidores le ofrecen al público de esa edad: “creo que me volvería loca si siguiera todos los consejos que nos dan acerca de los hombres”. Sin embargo, prefiere no comerse el cuento de que ella es la indiscutible líder de la causa. En las entrevistas manifiesta que le parece tonto “poner a alguien en un pedestal porque lógicamente no puede representar todo el feminismo ni a todas las niñas”.
Su nombre se hizo familiar en el mundo de la moda cuando con tan solo 11 años, en un portátil viejo, empezó el blog Style Rookie, que no tardó en alcanzar los cincuenta mil lectores diarios. Aunque en aquella época despertaba las burlas de sus compañeros de colegio por su excentricidad al vestir, no temió publicar fotos suyas ataviada de llamativos atuendos en el jardín de su casa, ubicada en los suburbios de Chicago. El tono adulto a la hora de expresar opiniones sobre las prendas de distintos creativos, hizo pensar a muchos que alguien más escribía las columnas. Pero también la llevó a ser invitada a las principales pasarelas mundiales, a sentarse junto a la célebre Anna Wintour y a compartir discusiones con John Galliano y Miuccia Prada, quienes han halagado su visión. “Creo que la moda más interesante es la antimoda. Sin reglas, sin restricciones, sin normalidades, la que no busca complacer a nadie”, anotó en su espacio. Harper’s Bazaar la contrató para que hiciera el análisis de una colección de primavera; la publicación cultural BlackBook le ofreció la dirección de una sesión fotográfica y se convirtió en musa de la marca Rodarte, para la cual realizó una de sus campañas. Y hasta Mattel la eligió como una de las mujeres a las que Barbie debería imitar.
Tal visibilidad generó las críticas de algunos de sus colegas mayores, a quienes Tavi no les parecía una pequeña y adorable curiosidad sino una rareza que entonces lucía un pelo azul platinado y gafas enormes que la hacían parecer una anciana. Un editor de moda se quejó en cierta ocasión de que la niña le arruinó un show de Dior, pues como estaba sentada en primera fila con un sombrero alto no lo dejó ver nada. “Debería estar en el colegio”, decían. Tanto consentimiento por parte de los diseñadores que, por cierto, la ayudaron a ampliar su clóset con regalos, hizo que incluso la acusaran de falta de ética, y ella ni siquiera había llegado a los 15.
A esa edad, Tavi decidió darle rienda suelta a nuevas pasiones. La lectura de libros feministas la motivó a crear la revista virtual Rookie, que en menos de una semana registró más de un millón de páginas vistas, número que se ha elevado a trece millones. Su secreto: los jóvenes oyen más a otros jóvenes. Para ella, ese cambio de intereses no ha sido radical: “el feminismo y la moda pueden ser amigos porque esta última ha sido una herramienta de la expresión propia, la individualidad y el empoderamiento”. Siempre se ha considerado un poco bicho raro, y por eso lanzó el proyecto con un sentido incluyente: “no estamos salvando el mundo, pero si podemos lograr que alguna persona se sienta menos triste o menos sola y se vuelva más analítica, creativa y cómoda consigo misma, estaré feliz”. Quizá por eso tiene fans entre las mayores. “Es fantástico que Internet le haya dado a los adolescentes la oportunidad de influenciar a sus pares. Cuando yo tenía su edad no había más remedio que confiar en revistas juveniles escritas por adultos que por más que lo intentaran no conectaban con ese público. Tavi parece un gran ejemplo, aunque no me agrada el hecho de que a sus años trabaje tan duro”, expresó a FUCSIA la consultora en moda Elaine O’Connor.
Cada mes, con aires de la cultura pop y una fascinación por los noventa, desarrolla un concepto distinto (obsesión, victoria, unión) con ensayos serios como el que publicó sobre la competencia que existe entre las mismas mujeres. Los mejores artículos forman parte de una antología con la que anualmente lanza un libro, y hay de dónde escoger, pues cuenta con la contribución de celebridades como la actriz Lena Dunham, creadora de la aclamada serie Girls. Además, en la sección titulada Ask a Grown Man (Pregúntele a un adulto) un personaje famoso les da a las admiradoras consejos desde un punto de vista masculino. Tiene un staff de ochenta colaboradores entre los que se encuentran su papá, un profesor de literatura retirado que hace las veces de asistente de la niña genio. La editora del equipo es Anaheed Alani, quien dejó su trabajo en The New York Times entusiasmada por el fenómeno Tavi. A sus 43 años asegura que pese a su edad, ella es una de las mejores jefes que ha tenido: “mi regla es que quienes están por encima de mí sean más inteligentes que yo, y cumple ese requisito”, dijo a Los Angeles Times.
Como está cursando el último año de colegio, a la joven escritora le toca levantarse a las tres de la madrugada para terminar las tareas. Renueva su página web teniendo en cuenta el horario de sus lectoras, cuando regresa de clases, durante la cena y antes de dormir. Sin embargo, saca tiempo para ver a su novio y participar en campañas de protección a la mujer. Sus seguidoras asisten masivamente a las conferencias que dicta, y en honor a su ídolo usan coronas de flores como las que ella se ponía en la cabeza cuando apareció en la escena de la moda. Porque Tavi Gevinson está alcanzando el estatus de símbolo. El tiempo definirá si su impacto se debe a que sea una niña haciendo cosas de grande. O si, como lo vaticinó Lady Gaga, se trata de “el futuro del periodismo”.