Salud
Obsesión por el blanco
La blancorexia es una patología que, como tantas otras, necesita un tratamiento médico (en este caso odontológico) y una supervisión psicológica.
Se trata de la obsesión por tener los dientes blancos, cosa que es muy común en una sociedad que busca a toda costa la perfección, a veces incluso sin medir las consecuencias.
La diferencia entre un blanqueamiento dental y la blancorexia es que el primero se realiza cuando lo sugiere un odontólogo, en caso de presencia de manchas, y el segundo, cuando es la persona quien se lo manda a hacer y acude a la aplicación de peróxidos de manera recurrente, casi obsesiva, lo que termina por dañar los dientes y generar el efecto inverso. Elkin Jiménez, odontólogo especialista en estética, indica que cuando se abusa de estos tratamientos se pueden producir daños en la matriz del esmalte, lo cual puede causar la muerte de los nervios, de ahí que sea importante acudir siempre a odontólogos o centros de estética dental reconocidos y avalados por la Federación Odontológica Colombiana.
Si llega al segundo estado (blancorexia), asesórese lo antes posible de un profesional experto y, preferiblemente, acuda a un asesor psicológico para que le ayude a encontrar el origen de la obsesión por el blanco perfecto.
Antes de un blanqueamiento
1. Debe saber que el blanco absoluto no existe. Hay alrededor de 20 tonos de esmalte dental que varían según la genética, la raza, los hábitos, los alimentos que se ingieren y la edad que se tenga.
2. El objetivo no debe ser cambiar de tono, sino llegar a lo más claro dentro de la misma gama.
3. Evite comprar tratamientos de belleza y estética dental por internet; más bien, acuda a un profesional para que lo asesore.
Se recomienda:
1. Lavarse los dientes con crema dental y bicarbonato de sodio diluido en agua hasta formar una pasta. Se cepillan los dientes superiores e inferiores, así mismo los posteriores, con movimientos circulares; esto genera una limpieza profunda y permitirá mantenerlos lisos y sin placa bacteriana; en consecuencia, no se manchan.
2. Una buena higiene oral y una buena alimentación evitarán que los dientes se pigmenten; el truco está en tener los cuidados básicos, pues una inadecuada limpieza puede traer problemas de salud serios y afectar todo el sistema inmune.
3. El color de los dientes es como el de la piel o el de los ojos: es un asunto genético y no se puede alterar al extremo, porque no se verá natural y no es sinónimo de estar sano.
Tip de la editora
Enjuagar la boca con un aceite natural (oil pulling) contribuye al blanqueamiento de los dientes; es un método menos invasivo y no deteriora el esmalte.