Pecadoras
Por Ánkar Brito Lozada
A raíz de mi columna anterior en la que hablaba de la insatisfacción sexual femenina, surgió un nuevo tema para comentar entre mujeres: la satanización de la masturbación.
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Sí, pecadoras, es la percepción de varias de mis amigas y familiares sobre ellas mismas cuando hablan de masturbación femenina. Comenzando por mi abuela, a la que amo, pero fue la primera en poner el grito en el cielo por mi columna anterior sobre la insatisfacción sexual que en algún momento hemos vivido las mujeres.
Su llamada fue para regañarme y decirme: “¿cómo se te ocurre hablar públicamente sobre vibradores? ¡Qué inmoralidad es esa! Sintió vergüenza al leer la columna y no lo podía creer. Aclaro que mi abuela tiene 77 años y creo que el placer hizo parte de su vida sexual después de los 40. Por supuesto, ya estoy esperando su nueva llamada.
Pero no fue la única: más de seis mujeres, entre amigas y familiares, de diferentes nacionalidades, que sobrepasan los 40 años, también me comentaron que después de leerme reflexionaron que a su edad ni hablaban de sexo con sus amigas, ni mucho menos habían pensado en usar juguetes sexuales para su placer y satisfacción. Una me dijo: “Desde la cuarentena por la pandemia no tengo relaciones, porque no tengo una pareja y eso de masturbarme no va conmigo, no tengo ni idea; podré ser muy anticuada, pero no”.
Y no lo hace porque siente que es inmoral; esta es una percepción normalizada por el machismo, porque la masturbación en los hombres está socialmente aprobada. Precisamente, una amiga se separó de su esposo en plena pandemia, su primera y única pareja sexual, por lo que sus amigas le regalamos el ‘mega vibrador’, para que se diera cuenta de que podía darse placer. Lo hicimos más por darle un regalo divertido que porque ella lo fuera a usar. Pero, la sorpresa fue que su exesposo, que aún vivía con ella, lo encontró.
La menospreció, la hizo sentir sucia, pecadora, inmoral, libertina, mal ejemplo para sus hijos y de ahí en adelante cualquier cantidad de improperios más. Y ¿por qué?, ¿acaso solo los hombres pueden hacer el ‘autodelicioso’?, ¿a quién hacemos daño con masturbarnos?, ¿es malo sentir placer?
Creo, y está comprobado como lo expresa la sexóloga, Valeria Ludyan, mejor conocida como ‘Valeria de Botas’, que con esta práctica aprendemos a conocernos y nos damos cuenta cuáles son los puntos y movimientos que pueden generarnos más placer. “Las mujeres que se autoestimulan se sienten más seguras a nivel coporal, además se fortalece el piso pélvico, mejora el estado de ánimo, ayuda a dormir mejor porque liberas la tensión, estimulas la imaginación, alivia el estrés, es la práctica sexual más segura porque la haces contigo misma y no te expones a enfermedades, hay que trabajar las culpas, los tabúes, porque esto es un proceso natural”, afirma Valeria, creadora de la cuenta @solterasdebotas.
El autoplacer es una rama del amor propio y nos libera de relaciones mediocres, nos empodera porque sabemos que podemos sentir diferente, nos lleva a descubrir de qué somos capaces, qué merecemos, y nos da bases para exigir relaciones de calidad. Además que nos ayuda a liberar tensiones, a mejorar nuestro autoestima y a tener mejores relaciones con la pareja. En resumen: nos ayuda física, mental y emocionalmente.
Esto va para todas las mujeres: para las jóvenes que apenas empiezan su vida sexual, como para las treintonas, como yo, que antes cantábamos: “no me importa que usted sea mayor que yo, hoy lo quiero en mi cama”, y ahora nos la cantan los ‘pollos’ ; para las cuarentonas, las cincuentonas, las sesentonas; en fin para todas. No hay edad, no hay clase social, no hay pero para dejar de recorrer el camino de la masturbación femenina, que es una responsabilidad y un derecho personal, de amor propio.
Y hablo del tema sin ser sexóloga porque debería ser tan natural como el comer, masticar, vestirse, cepillarse los dientes. Hace parte del autocuidado, del amor propio y del bienestar personal. En mi caso, fue en la pandemia cuando comencé a explorar este camino de la masturbación y descubrí lo placentero y seguro que era. Sin duda, hay un montón de recursos para empezar, como pódcast eróticos, kits de erotismo y juguetes sexuales, entre otros.
Ojalá la apertura de muchas mujeres a la masturbación nos ayude a que las nuevas generaciones tengan una vida sexual más saludable y placentera. Yo espero llegar a los 70 y tantos, como mi abuela, y contarle a mis nietos, si es que llego a tener hijos, una experiencia diferente de la sexualidad, sin satanismos.
Sobre mí
Me apasiona contar historias que causan impacto en el público y eso me ha destacado como periodista en estos 15 años de carrera en los que he explorado los diferentes formatos de los medios al trabajar en Noticias RCN, Diario El Heraldo, Terra.com, Lo sé todo, y en la revista TVyNovelas, que fue mi casa por seis años. En 2010, obtuvimos el premio de periodismo Semana Petrobras- Serie por El retorno (2010).
Después de la pandemia, comprendí que la vida es muy corta para sentirme atada, renuncié al medio en el que trabajaba e incursioné como relacionista pública de marcas y personalidades, sin dejar de escribir.
* Las opiniones dadas por Ánkar Brito Lozada no representan la opinión de la revista Fucsia.