¿Hombres con o sin vellos?
Por Ánkar Brito
La masculinidad se ha asociado por años a varios estereotipos, uno de ellos es el de los hombres velludos. Pero, al parecer, los gustos de las mujeres han ido cambiando y ahora nos atraen más con pocos vellos.
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¿Haces parte del grupo que prefiere a los hombres con vello corporal, con poco o sin? Ya respondiste, perfecto. Más adelante sabrás de qué combo haces parte.
Todo este debate surgió al hablar con varias amigas de un conocido que siempre publica fotos en las que exhibe su torso completamente velludo. Al ver la imagen en una red social, una de ellas exclamó: ¡Debe oler a sudor con todos esos pelos! Por supuesto, todos los que estábamos ahí nos reímos y comenzamos a preguntarnos sobre nuestros gustos, cosas que nos excitan de los hombres y cuáles no.
Y como este es un espacio de lo que hablamos entre mujeres y no solo lo que yo opino, abrí el debate en Instagram y la encuesta reveló lo siguiente: el 62 % de mis votantes asegura que los prefiere #Lampiños o #PocosVellos y el 38 % restante se mueren por #LosVelludos. Esto revelaría que una porción de la población femenina —porque solo es una encuesta entre mis seguidores— (risas), prefieren a los hombres con menos vellos. Ojo, aunque esta columna se llama “Lo que hablamos entre mujeres”, sé que mis amigos LGBTIQ+ también participaron de esta encuesta y se dividen en los mismos grupos.
Precisamente, un estudio de Mintel publicado en 2018 reafirma los resultados de mi encuesta, porque concluyó que el 46 % de los hombres se depilaron el vello de sus cuerpos, un 10 % más que en 2016*. Antes, el tener el cuerpo velludo era sinónimo de ser macho y a las mujeres como mi abuela y mis tías, les encantan los hombres así. Sucede que ya los pelos no son un signo de virilidad, sino que se ven como antiestéticos y poco higiénicos.
Yo, por ejemplo, soy de los grupos #Lampiños o #PocosVellos. Me encantan las pieles limpias, que se vean las pecas, eso me atrae; no me gustan los que se depilan y se ven los vellos saliendo, me parece peor depilarse y que salgan más gruesos. Como dice mi doctora de cabecera, Victoria Escalante, los vellos se prestan para infecciones.
Aunque parezca un tema muy banal, creo que esto es fundamental para lograr la fórmula perfecta al sumar atracción, química e intimidad y dar el resultado final de felicidad. Por eso lo reafirmo: lo mío son los #PocosVellos. Pelos en brazos y pecho, pocos; en las piernas, lo acepto; en la espalda y en las nalgas, por nada del mundo.
En otro grupo están las que los prefieren #Lampiños. Precisamente a una amiga le pasó que apenas comenzaba a salir con quién hoy es su esposo y debatió este punto con sus amigas al decirles: “ese hombre tiene todo lo que me gusta, solo me falta comprobar si es lampiño, porque donde no lo sea me muero, no puedo con hombres velludos”. Y bueno, la historia se cuenta sola, porque ya tienen un hijo y siguen casados.
En el team: de #LosVelludos están varias amigas. Una de ellas explica que le gustan los hombres con “vellos cuidados, cortados, humectados, que huelan a rico”. Es decir, que se note que se preocupan por su apariencia.
Mientras que otras indecisas se debaten entre los grupos de los #Lampiños y los #PocosVellos al afirmar que es mejor que no tengan en zonas específicas, porque el pelo siempre va a generar olores. “Esa peluca en las axilas y en los genitales me rebota”, dice tajantemente otra amiga.
Aquí justo llegamos a un punto importante: las zonas íntimas, un tema que nos da como para escribir otra columna. Pero el escenario es claro: imagínense en la intimidad y les sale un bosque amazónico en los genitales. ¡Ahí se acabó todo!. Eso sería como chupar mango de hilacha. Sin comentarios.
Y hay un último grupo y es #Cómosea, bien lo dice mi amiga ingeniera: “desde que se vea cómo macho machote, ¡Qué carajos si parece el hombre lobo!”. En resumidas cuentas, como dice el dicho: para gustos se hicieron los colores; mientras, sigamos gozando, porque no sabremos si en el cielo habrá sexo.
Sobre mí
Me apasiona contar historias que causan impacto en el público y eso me ha destacado como periodista en estos 15 años de carrera en los que he explorado los diferentes formatos de los medios al trabajar en Noticias RCN, Diario El Heraldo, Terra.com, ‘Lo sé todo’, y en la revista TVyNovelas, que fue mi casa por seis años. En 2010, obtuvimos el premio de periodismo Semana Petrobras- Serie por El retorno (2010).
Después de la pandemia, comprendí que la vida es muy corta para sentirme atada, renuncié al medio en el que trabajaba e incursioné como relacionista pública de marcas y personalidades, sin dejar de escribir. Ese mismo pensamiento me llevó a liberarme en muchos temas y aquí me tienen contando en esta columna lo que hablo con mis amigas.