Bon appétit
Ana Belén Charry, la chef colombiana que cocina en una chiva
Es antropóloga, chef, finalista de uno de los «realities» más vistos en Colombia y una ferviente guardiana de los sabores ancestrales de la gastronomía de Colombia.
En 2016 el nombre de Ana Belén Charry resonó en todos los televisores de Colombia durante la emocionante final del reality “MasterChef”. Ana Belén compitió junto a Leonardo Morán para ganar el premio mayor. No se llevó la victoria pero sí forjó un camino y una nueva oportunidad para demostrar cómo la cocina es un lenguaje de unión.
Su amor por la cocina es casi innato, nació en Neiva pero desde los 15 días de nacida se crió con la comunidad indígena Cofán en el Putumayo. Una experiencia tan enriquecedora como transformadora que la ha llevado a convertirse en una promotora de la preservación de los sabores y saberes ancestrales de la cocina colombiana.
Fucsia conversó con la chef:
¿Cómo empezó ese amor por la gastronomía?
“Yo siempre le voy a dar las gracias a mi papás, los dos son antropólogos. Mi mamá se llama María Helena y ella es antropóloga del Cauca especializada en lingüística y mi papá es antropólogo también, pero especializado en temas del cuidado medioambiental. Este par de locos, porque creo que no hay otra palabra para definirlos porque los amo con todo el corazón, decidieron llevarme, cuando tenía como 15 días de nacida, a vivir a un resguardo indígena en el Putumayo con la comunidad de los cofanes. Allí viví hasta los 10 años. Con ellos aprendí cofán y aprendí sobre la cocina indígena. Mis primeros teteros no fueron fórmula, fueron caldo de cucha en un tetero”.
“A través de toda esa vorágine de sabores la cocina se volvió ese gran sinónimo de hogar. Para mi la cocina ha sido siempre un lenguaje de unión en todo sentido”.
Cuéntanos sobre los platos típicos de la comunidad Cofán
“El primero, que es delicioso, se llama tacacho. Es plátano rallado con chicharrón cilantro cimarrón y ajo. Es como el cucayo pero de la amazonía. Es mucho más seco, crocante y más rico”.
“Segundo, la chucula, que es un majado de plátano maduro y es la sobremesa de absolutamente todo lo que uno se come. Es una bebida que además celebra la tradición misma porque los cofanes son gente de plátano y son gente de yuca, no son gente de arroz o de papa. Ellos cultivan en chagras que son sistemas de cultivos mimetizados con el paisaje. De ese sistema y esa forma de entender la cocina sale una frase que se ha convertido en mi eslogan o mantra de la vida que es ‘alimenta más si se comparte’.
¿Por qué se van a vivir 10 años con los Cofán?
“Los cofanes eran una comunidad en vía de extinción debido al conflicto armado. Las oportunidades dentro de la guerra eran muy pequeñas y se vio muy golpeado el tema de la lengua. El cofán en ese momento era una lengua totalmente oral. Lo que hizo mi madre fue crear cartillas etnoeducativas para que las nuevas generaciones pudieran escribir en cofán. Yo crecí con la influencia permanente de la lengua y la cocina cofán”.
¿Cómo nace el proyecto de La Chefcita?
“La chiva es ese espacio donde todos podemos entrar y es el principio que tienen todos los vehículos de transporte automotor mixto. La idea nació cuando yo defendía mi tesis de grado de antropología. La chiva es un aparato simbólico de la unión entre los alimentos y la cultura colombiana”.
“Mi sueño, si se vale soñar, es que la chiva se convierta en un proyecto audiovisual que trascienda más allá de las redes sociales. Creo que tiene todo el poder para ser el vehículo para la realización de una investigación antropológica de la gastronomía del país”.
“Yo quiero hacer un recorrido muy grande por Colombia, hasta donde la trocha me lo permita, e ir cocinando y cultivando todos esos sabores del país. Es una realidad muy costosa, pero espero se vuelva realidad pronto“.
¿Qué pensaste cuando llegaste al millón de seguidores en TikTok?
“Es mucha gente, yo siento que yo no lo dimensiono todavía. Para mi es demasiado poderosa la comunidad en redes sociales que adora cocinar porque es el lado más humano que tenemos”.
¿Qué es lo que más te piden que cocines en redes?
“Me preguntan mucho ‘Ana, ¿cómo levanto cocinando?’, me preguntan mucho también cómo se me ocurren las recetas que hago. Todas mis recetas llevan a que la gente rete su intuición. Yo no quiero que la gente replique recetas, yo quiero personas que despierten esa curiosidad de ser cocineros y cocineras”.
Finalmente, ¿cuál puede ser un plato para enamorar?
“Para mi un gran plato no es cuando me dicen ‘Ana, muchas gracias está muy rico’, sino cuando la persona tiene que tomarse un minuto de silencio para pensar en la comida. Para mí ese es el momento más importante y feliz, por eso me gusta cocinarle a las personas más que a mí misma”.