Piel
Tips para mantener balanceado el pH de la piel
Descubre todo acerca del pH natural de la piel: qué es, cuáles son los valores normales y sobre todo, ¿cómo mantenerlo balanceado?
Todas sabemos lo importante que es la piel, pues realiza multitud de roles esenciales para nuestro bienestar general. El papel más importante que juega es el de barrera protectora entre nuestro cuerpo y el mundo exterior, siendo el pH de la piel uno de sus mecanismos de protección clave. Esta película natural de protección es producida por las glándulas sebáceas y sudoríparas.
Una piel sana tiene en promedio un pH de 5.5 con una leve tendencia ácida para proteger la superficie de la epidermis de ciertos microorganismos. Sin embargo cuando nuestro manto ácido se ve comprometido, nuestra piel se ve afectada y empiezan a aparecer rojeces, granitos, resequedad y señales de envejecimiento. Descubre cómo puedes mantener el pH balanceado:
No lavar tu cara demasiado y evitar los productos agresivos:
Al lavar la cara con demasiada frecuencia, provocamos resequedad e irritación. Aunque sí recomendamos lavar la cara dos veces al día si tienes la piel grasa (mañana y noche) y una vez al día si tienes piel seca, normal o mixta. Sin embargo esta limpieza debe realizarse con productos suaves, libres de Lauril Sulfato de Sodio (SLS) para proteger el pH.
Exfoliación sí, pero sólo de vez en cuando
Exfoliar es importante para remover las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel. Sin embargo no recomendamos hacerlo tan seguido, una (o máximo dos veces) a la semana es suficiente. También hay que ser cuidadosas con los exfoliantes caseros ya que pueden irritar tu piel. Ten en cuenta que si tienes granitos no significa que debas exagerar en la limpieza y exfoliación de la piel, pues terminas removiendo los lípidos naturales de la piel, despojándola de la barrera de protección natural...lo cual te hace vulnerable a infecciones, creando granitos,...y claro, ya entiendes el ciclo.
Poco vapor:
El vapor y los saunas -a pesar de ser conocidos como desintoxicantes para la piel- pueden dañarla, sobre todo si sufres de rosácea o piel sensible, ya que puede provocar daños en el manto ácido y causar pérdida de humedad. “Ah pero yo nunca voy a un turco ni mucho menos a un sauna”...pero, ¿qué tan caliente es el agua con la que te bañas?, ¡pilas!
No al abuso de tratamientos:
La ironía de todas las que nos volvemos adictas al cuidado de la piel es que entre más productos usemos, más podemos poner en riesgo nuestra piel. ¡Cuidado con el tipo de tratatamientos que usas! Los productos que contienen altos niveles de alcohol pueden remover el manto ácido, al igual que su uso muy frecuente, como también las combinaciones entre ellos pueden ser letales.
Evitar limpiadoras con sulfato de sodio (SLS):
Si hay algo con lo que debemos tener cuidado es con esa sensación de “limpieza” en la que no existe ni un rastro de grasa en nuestra cara. ¡Pilas! Esa sensación de piel acartonada es en realidad pésima, pues significa que has despojado de tu piel hasta la grasa natural saludable. Evita los productos limpiadores que contienen irritantes (como el SLS).
Si te gusta que haga espuma, busca las que tienen como base ácidos grasos o a base de plantas naturales. Un producto limpiador muy fuerte va a alterar el pH y nivel de acidez de la piel -que se supone actúa como barrera para protegernos de bacterias-, por eso ves productos que aseguran sirven para balancear el pH.
Excederte en las mañana:
Aunque sí es cierto que en las noches la piel se limpia y purifica, esto no quiere decir que debas excederte en la limpieza en tus rutinas mañaneras. Tal vez enjuagar con agua sea suficiente, sino opta por una limpieza suave con agua micelar para remover el excedente de grasa. Eso sí, ten en cuenta que lavar tu cara con jabón desprotege tu piel del sol y otros agentes externos pues eliminan la barrera lípida de la piel.
Evita estimular la piel, sobre todo si no está limpia:
El masaje en exceso (más cuando aún tienes el maquillaje puesto) puede provocar que la suciedad penetre el poro. Por eso, el masaje con productos limpiadores no deben exceder los cinco minutos. Eso sí, una vez que tengas la piel limpia puedes masajear y estimular la piel.
No te laves el pelo después de limpiar tu cara:
Lo cierto es que casi todos los shampoos tienen sulfatos (tipos de detergentes muy abrasivos) que irritan y promueven la aparición de los granitos. Por eso, es mejor lavar la piel de tu cara después de haberte lavado el pelo, así permites que la grasa natural de la piel te proteja.
Tónico, ¿sí o no?:
Muchas personas piensan que el tónico es inútil, pero nosotras diferimos. Lo cierto es que el tónico corrige los posibles excesos o las faltas de nuestra piel, mientras retira la suciedad e hidrata la piel, consiguiendo así el equilibrio ideal para tener un pH balanceado.
Si hasta ahora no le prestabas atención al pH, ¡ya sabes lo importante que es!