Disfrutar el tiempo libre es crucial para la salud física y mental

Según la Dra. Christine Moll, consejera profesional y profesora de consejería y servicios humanos del Canisius Colege en Buffalo, Nueva York,  el ocio es como una medicina, “se transmite a nuestro cerebro, renueva nuestro espíritu, nos da claridad de pensamiento, beneficia el buen funcionamiento de la presión arterial. Para toda la dimensión de nuestra vida: nuestra salud física, mental, espiritual y cognitiva”, declaró la experta para medios de comunicación.

Trabajar en exceso es dañino
Durante el estudio, Moll y su colega David Farrugia PhD y presidente de la Consejería y el Departamento de Servicios Humanos en Canisius,  encontraron que el trabajo es la actividad en la que las personas invierten la mayor parte de su tiempo, una vez han empezado a laborar.

Los mayores consumidores de esta forma de vida, que antepone el trabajo ante cualquier otra actividad, es la llamada Baby Boomers, una generación enfocada a conseguir el ‘sueño americano’, piensan que no es ningún problema cambiar las vacaciones por fines de semana largos. Para estas personas suele ser muy complicado poner freno al trabajo y relajarse.

De acuerdo con Farrugia, los pacientes que llegan a su consultorio ya han visitado al médico general por síntomas como ansiedad y estrés. “Fisiológicamente, el cuerpo es capaz de adaptarse y funcionar con niveles altos de estrés, pero con el tiempo empieza a hacer mella en la salud mental y física de una persona”, afirma Farrugia. En el mundo laboral, esta condición se conoce como el Síndrome General de Adaptación (GAS, por sus siglas en inglés).

La importancia del ocio
Los resultados del estudio mostraron que las personas que fomentan actividades libres durante toda su vida tienen una vida más saludable a nivel físico, mental, emocional, social y personal. 

Por lo general, los trabajadores jóvenes son quienes más fácilmente presentan en este patrón de comportamiento, y caen en la trampa de pensar que nunca les queda tiempo para hacer nada diferente a trabajar. Para evitar esta situación, es recomendable que la persona haga un recuerdo de las actividades que antes le gustaba hacer y comience a desarrollarlas aunque sea por corto tiempo; será de vital importancia para su salud presente y venidera, además evitará la sensación de frustración cuando mire hacia atrás cada año y se dé cuenta de que no ha hecho absolutamente nada que le generara placer.

De acuerdo con Moll, las personas jubiladas que  han realizado alguna actividad de ocio durante toda su vida, son más saludables y productivas durante estos años; tienen menos probabilidades de perder el sentido de sus vidas, una vez ha terminado el periodo de tiempo en que debían tener responsabilidades en una empresa. Los jubilados que tienen algún pasatiempo durante su vida “se mantienen mentalmente más conscientes, tienen una mejor conexión emocional y física, y además son más capaces de seguir realizando distintas actividades”, dijo Moll.

El ocio y los niños
Summer Reiner, Investigadora Adjunta del estudio, encontró que los niños que participan activamente en actividades de ocio tienden a convertirse en adultos seguros, activos y satisfechos. “Las actividades extracurriculares para niños en edad escolar contribuyen mucho a su desarrollo”, expresó Reiner, “tienden a estar más emocionados de ir al colegio, obtienen las calificaciones más altas, ganan fácilmente confianza, mejoran sus habilidades sociales, físicas e intelectuales; en general presentan una mejor salud mental”, concluyó.

Aprender a identificar los intereses y preferencias de los niños puede ser de gran utilidad para ayudarles más adelante a elegir con criterio una carrera profesional que resulte de gran agrado para el joven y así resulte ser más productivo.

El manejo del ocio en los padres promueve la estabilidad familiar y sirve como modelo para un estilo de vida saludable para los niños, quienes aprenden a valorar los beneficios del ocio una vez han sido testigos de que sus padres disfrutan del tiempo libre. No se trata de que los padres consideren una actividad de ocio ir a ver a sus hijos jugar un partido de fútbol o presentarse en un recital, sino de que desarrollen actividades personales o hobbies que les generen placer y diversión, ya sea jugar baloncesto o hacer un crucigrama.