Dieta vegana vs dieta paleolítica, dos expertas hablan
Marcela Morales es una fiel seguidora de la dieta paleo y Dorita Moreines una convencida de las virtudes del veganismo. Esto fue lo que nos contaron desde su experiencia.
Marcela Morales, abogada y dueña del restaurante Smoky Monkey, y Dorita Moreinis, experta en yoga y creadora de Kind Kitchen, son dos apasionadas por la alimentación saludable. Desde sus dietas paleolítica y vegana, respectivamente, ellas tienen en común el deseo de volver a lo natural, pero las separan unos grandes trozos de carne.
Marcela Morales
“Mi relación con la carne tiene que ver con mis hábitos alimenticios y deportivos. Es un alimento que me permite recuperar la energía después de una actividad física exigente”.
¿Si somos lo que comemos, quién es usted?
Soy una mujer de 40 años que se preocupa por su salud y bienestar. La alimentación es fundamental para el correcto funcionamiento de mi cuerpo y mente, por eso me preocupo por tener hábitos que incluyan frutas, vegetales, frutos secos y proteínas, sin ser esclava de la comida y con el pleno convencimiento de que se puede comer bien sin sacrificar mis gustos. Eso se ve reflejado en la carta de mi restaurante que tiene entradas con influencia mediterránea, ensaladas y platos fuertes con carnes cuyos métodos de cocción garantizan sabores y texturas incomparables. ¿Qué piensa de la dieta vegana?
Es un asunto de gustos. Lo importante de un regimen alimentario que asegure una salud adecuada y que aporte energía para afrontar los retos diarios. Sin embargo, pienso que la alimentación vegana de alguna manera priva de alimentos necesarios para el cuerpo en términos de variedad y sabores, que al ser consumidos de manera adecuada garantizan que el cuerpo cuente con toda clase de nutrientes. Sin lugar a dudas, los vegetales aportan algunos que son indispensables para nuestro cuerpo, pero son el complemento de una alimentación balanceada. ¿Qué piensa de la dieta paleo?
Resalto que funciona con la genética de cada uno y permite mantener el cuerpo en el peso ideal, con buena masa muscular y energía. Esta, al no excluir ningún grupo alimenticio, permite a nuestro cuerpo disfrutar de todas las vitaminas y nutrientes necesarios. El alimento es mi combustible y está directamente relacionado con mi estado de ánimo. Además, me permite compartir con las personas que quiero, pues no hay nada más placentero que una experiencia gastronómica. ¿Cómo califica los alimentos con ingredientes de origen animal?
Tienen un alto componente de vitaminas, minerales y aminoácidos que contribuyen a la formación de los músculos y huesos. También ayudan a mantener el buen estado de la piel, el pelo y las uñas. Deben consumirse habitualmente, sin excesos y combinados con otro tipo de alimentos. ¿En qué piensa mientras come?
Trato de pensar en cosas que no estén relacionadas con mi trabajo. Me gusta disfrutar de un momento agradable que me recargue de la mejor energía para continuar con mis actividades diarias. Disfruto de cada uno de los sabores e ingredientes que incluyen mis comidas; me encantan las especias, soy amante de los buenos picantes, que en algunos platos son el condimento perfecto. Por otro lado, los alimentos que consumimos cuando estamos de viaje perduran en nuestra memoria, son una forma de conocer diferentes culturas, son una parte fundamental para tener una experiencia completa. ¿Qué significa para usted volver al origen?
Utilizar ingredientes naturales, sin preservativos ni procesos industriales que alteren sus propiedades e incluso sus sabores. Quiere decir utilizar condimentos y productos provenientes del campo. ¿Cuál es su principal tentación en términos gastronómicos?
Las carnes ahumadas con leña y con cocciones muy largas, que garantizan experiencias únicas y sabores inigualables. ¿Cómo define el azúcar?
Nunca consumo los refinados porque esconden los sabores originales de los alimentos. Puede generar enfermedades y disminuir la salud, y existen endulzantes naturales que no son dañinos para el organismo y permiten disfrutar de postres de una manera natural y saludable. Recientemente la Organización Mundial de la Salud alertó sobre la deficiencia de hierro como “el más común y extendido desorden nutricional en el mundo”.
Las personas y en especial las mujeres de hoy, se han preocupado por mantener estereotipos, haciendo dietas extremas, eliminando grupos alimenticios importantes, sin ser conscientes de los efectos dañinos de estas decisiones en la salud física y mental. ¿Cómo está su corazón?
Funciona perfectamente en todos los sentidos. Felipe Botero Jaramillo, mi esposo, es un hombre maravilloso. Llevamos 6 años de matrimonio y cada día me convenzo más de que fue la mejor decisión de mi vida, tenemos una relación basada en el amor, el respeto y el apoyo mutuo. ¿Cómo sería una cena romántica?
Me gusta mucho disfrutar de los espacios abiertos, ambientados con velas y con una vista que traiga a mi mente las mejores sensaciones y me llene de tranquilidad y armonía. Respecto al menú, preferiría que fuera algo ligero, como por ejemplo una variedad de entradas con influencia mediterránea que incluyan proteínas y vegetales frescos. ¿Los extremos no son buenos?
Definitivamente no. Siempre he tratado de mantener el equilibrio en todos los aspectos de mi vida: es el secreto de una vida tranquila y feliz. No vivir en los extremos nos da la oportunidad de analizar las diferentes posibilidades, en la variedad de nuestros gustos está la clave de experimentar diferentes sensaciones, sentimientos y emociones.
Dorita Moreinis
“Son impresionantes los cambios que se experimentan con la dieta vegana: la sangre se purifica, las células se regeneran más rápido y todo fluye; hasta los ojos se hacen más brillantes. En resumen, el cuerpo se alcaliniza y allí la enfermedad no tiene dónde habitar”.
¿Cómo define su estilo de vida?
Llevo un estilo auténtico porque después de muchos años de experimentar creé mi propia visión. Flexible, pues no me impongo reglas inquebrantables y balanceo mis elecciones según la ocasión. Consciente, porque tomo decisiones teniendo como base lo que mejor se adapta a mi vida. Me encontré con el yoga hace 15 años y desperté. Entendí claramente que mis decisiones diarias afectan mi vida entera y que escoger bien me lleva a una vida mejor.
¿Si somos lo que comemos, quién es usted?
Soy vegetales y frutas. Soy verde y de todos los colores. Soy parte del mundo vegetal, a lo mejor como un árbol. Soy nueces y semillas, quinoa y lentejas. Me siento parte de la tierra y como lo que está tal cual vino de ella, en su presentación natural. ¡Soy luz, soy vida, soy mujer! ¿Cómo sana su cuerpo a través del alimento?
La clave está en encontrar el balance entre lo que necesitamos y dónde encontrarlo. Para esto uso las cualidades del alimento: su sabor (dulce, ácido, astringente, amargo, salado), su origen (raíces, árboles, arbustos), su elemento principal (tierra, agua, fuego, aire) y su efecto en mi cuerpo. Dependiendo de los síntomas se encuentra el remedio. Por ejemplo, los males que indican presencia de mucho fuego en el sistema, como úlceras, reflujo o heridas en la piel, se neutralizan evitando cebollas, ajos o picantes, y aumentando líquidos, sábila, sabores más dulces y neutros. Cuando hay dolor de articulaciones incluyo más grasas buenas: aguacate, aceite de oliva o nueces. Si el problema es de irritación estomacal, funciona incluir kombucha o probióticos para restaurar la flora intestinal.
¿Y la mente?
Cuando me siento elevada, desconcentrada y no logro aterrizar, como más raíces: remolachas, papas o champiñones, alimentos que me acerquen a la tierra. Si por el contrario estoy pesada, estancada, sin energía, como verduras muy frescas, ensaladas crudas y frutas. En momentos de depresión o tristeza la miel y las frutas más dulces consienten al corazón. Cuando hay soledad una sopa caliente abraza el alma.
¿Qué piensa de la dieta paleo?
No la conozco mucho ni la he practicado. Principalmente porque soy vegetariana y entiendo que promueve el consumo de proteína animal. Sin embargo, tengo amigos que la practican y les funciona. Es importante entender que somos seres humanos ‘bioindividuales‘, lo que quiere decir que a cada persona le funciona algo diferente, que depende de su genética, su vida diaria y muchos factores más. ¿Cómo califica los alimentos con ingredientes de origen animal?
Reviso cada producto antes de calificarlo; se encuentra de todo en el mercado. Por ejemplo, conozco un señor que trabaja en el campo y tiene un rebaño de cabras bajo su cuidado, las alimenta y hasta les canta. Hace quesos con la leche de estas cabras, que son deliciosos y bien producidos. Encuentro maravillosos este tipo de productos. Todo depende de dónde vengan, es importante investigar y conocer el origen de lo que comemos. ¿En qué piensa mientras come?
Todo depende de con quien esté, qué está pasando en mi vida o lo que estoy comiendo. Son muchos, muchísimos los pensamientos que ocurren mientras comes. Lo que sí puedo decir es que muchas veces cuando me siento a comer agradezco el alimento, a las personas que lo prepararon y la abundancia en la mesa.
¿Qué significa para usted volver al origen?
Al alimento real. A apreciar lo que la tierra nos da. A la cocina, a usar las manos para preparar, picar y probar. A “alimentar” a nuestras familias y amigos. La comida es mucho más que nutrientes: es amor, es crecimiento. Volver al origen para mí es regresar a la tierra. ¿Cuál es su principal tentación en términos gastronómicos?
El chocolate amargo, sin duda alguna. Me encanta en todas sus presentaciones y sabores. ¿Cómo define el azúcar?
Me gusta el dulce y procuro obtenerlo de fuentes naturales como las frutas. La miel de abejas es un elixir mágico y últimamente experimento con la miel de yacón que es muy sana. Existe la refinada que aunque es un endulzante de origen natural, al ser refinada tiene unos procesos mecánicos y químicos. Hay otras azúcares sin índice glicémico como la stevia y el xilitol que son aptas para personas que controlan su ingesta de azúcar. El dulce de la panela es otra opción a la hora de cocinar.
Recientemente la Organización Mundial de la Salud alertó sobre la deficiencia de hierro como “el más común y extendido desorden nutricional en el mundo”.
Siento que esto es resultado de la comida tan procesada que ya no conserva sus propiedades. Y como todo, la medicina está en la naturaleza: cuanto más verde, más hierro. La espirulina y chlorella en polvo son las que más lo contienen. También las hojas de las espinacas, acelgas y kale están cargadas de este mineral.
¿Cómo está su corazón?
Podría escribir un libro con todo lo que llevo en el corazón. Soy bien sensible y además me gusta analizarlo todo. Lo exploro diariamente, cada mañana cuando me despierto, antes de abrir los ojos me quedo por unos minutos sintiendo literalmente cómo está. Algunos días es más fácil llegar ahí que otros. Con esta observación las heridas experimentadas me enseñan de mí misma, y al aprender, sano. Adentro en mi corazón están mi esposo, John Rabinovich, mi familia y amigos cercanos, quienes me sostienen sólidamente.
¿Y funciona bien?
Trabajo para que lo que sucede externamente alimente mi interior. En las revisiones que me han hecho lo encuentran sano late un poco más despacio que la media. Pero está en forma, encendido y listo. Últimamente también lo siento vulnerable, dispuesto, inteligente, escoge sus batallas y, sobre todo, busca las formas de entregar su amor. ¿Cómo sería una cena romántica?
En la playa, cerca del mar, con las estrellas como techo y una luna creciente en el horizonte. Junto a mi amado, por supuesto. Un buen y aterciopelado vino rojo, comida vegetariana de esa que sorprende en cada bocado, preparada con mezcla de especias indias. Rosas o pétalos en la mesa y de postre, trufas de chocolate que se derritan en la boca.
¿Los extremos no son buenos?
Hay extremos de extremos. Algunos ven el vegetarianismo como extremista, ese por ejemplo es uno que me encanta. En cambio, comer pollo a diario es un extremo que me asusta y me disgusta. Lo que no es bueno es ‘comer cuento’ a ciegas.
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