Bienestar
Bienestar mental, el propósito necesario de cada año
Adelgazar o trabajar menos son algunos de los objetivos más repetidos en las listas de propósitos de año nuevo. La mayoría de personas se olvidan de la importancia de tener una buena salud mental y evitan incluirla entre los objetivos a cumplir.
Gran parte de los propósitos de año nuevo que se hacen las personas no contemplan el bienestar emocional como un objetivo a alcanzar, según publica la prestigiosa revista Psycology Today. La mayoría de objetivos que se maduran para esta época del calendario van encaminados a mejorar la calidad de vida. Sin embargo, entre estos, el control emocional es uno de los que menos peso recaba, aún cuando es una área fundamental para alcanzar un estado vital pleno y provechoso.
Las deficiencias ligadas a las emociones como puede ser la falta de autoestima, la incapacidad de hacer frente a la soledad, una arraigada sensación de culpabilidad, el sentimiento constante de tristeza que puede terminar en la aparición de una depresión o la tendencia a establecer relaciones insanas y enfermizas, entre otros, no son temas que protagonicen la lista de temas con los que lidiar y afrontar en el año que empieza.
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Las metas que la mayoría de personas se marca cuando los dígitos anuncian la llegada de un nuevo año están, de hecho, más relacionadas con cambios en los hábitos alimentarios y la mejora de la salud física, como apuntarse a un gimnasio, dejar de fumar, beber menos o comer más saludable. Sin embargo y a pesar de las buenas intenciones, la mayoría de estos objetivos quedarán en el camino. Leer el ‘¿Por qué no cumplimos los propósitos de Año Nuevo?‘.
El segundo tipo de propósitos más comunes son aquellos que tienen que ver con el ocio y con las tareas a las que se quiere dedicar más tiempo. Entre estas se encuentra viajar, leer más o trabajar menos. También esas labores tediosas del hogar que quedaron pendientes de ejecución, como limpiar el garaje, organizar los armarios o remodelar alguna habitación de la casa.
En palabras de Guy Winch, responsable del artículo difundido a través de la mencionada publicación, la principal razón por la que no se suele incluir la mejora de la salud mental y sicológica en los propósitos de año nuevo es debido al desconocimiento que existe en torno a cómo alcanzar esos objetivos. “Empezar una nueva dieta, localizar un gimnasio en el que inscribirse, planear unas vacaciones, parecen metas asequibles, por lo menos en un primer momento. En comparación, alcanzar objetivos relacionados con el bienestar emocional parece una tarea dudosa”, explica Winch.
Así, este año puede ser perfecto para apostar por un incremento consciente del amor propio y evitar que las preocupaciones ahoguen. También para paliar el dolor y la tristeza que fomentan la aparición de miedos, hacer frente a la sensación de soledad, desprenderse de la culpabilidad y aprender de los errores para dejar de convertirlos en muros infranqueables. ¿Por qué no?
Con información de Psycology Today
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