Cuerpo femenino: ¿hasta cuándo solo senos y nalgas?

Fucsia.co, 24/2/2014

La tendencia a presentar al género femenino como un objeto sexual, sin mayores atributos que estos, ha hecho que el cuerpo de las mujeres se entienda como fracciones: busto, labios, cola, piernas. Erradicar esta cultura empieza por nosotras.

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Por: Luisa Torrres Tobar-sexóloga.

En nuestra cultura, la publicidad, los medios y las grandes industrias han creado la imagen de la mujer como símbolo sexual predominante a través de la venta de diferentes productos
. Esto lo podemos observar en las revistas, en la televisión, y en  el comercio  entre muchas otras cosas. ¿Hasta qué punto afecta esta imagen que se crea de la mujer y cómo podemos combatir esta tendencia? (Lee el artículo sobre el Video que pone en jaque los abusos de la manipulación digital).

La objetivación sexual es la visión de las personas únicamente como objetos personalizados de deseo sexual en lugar de vernos como individuos con personalidades, emociones, alma  y deseos complejos. En otras palabras, es cuando las personas son tratadas como objetos sexuales o con quienes el interés es únicamente el sexo. 

Esta tendencia hace parte de nuestro inconsciente colectivo y es algo tan normal ya, que algunos estudios revelan que tanto hombres como mujeres vemos el cuerpo de la mujer fraccionado en partes sexuales: los pechos, los labios, las nalgas, etc., mientras que al cuerpo del hombre lo vemos como un todo.

Se suele confundir la objetivación con que una mujer es sexy, pero esto no es así; este concepto no significa ser atraído sexualmente por alguien, porque esto es natural; lo que no es real es que las industrias están constantemente proyectando a la mujer como un objeto sexual para la satisfacción del hombre, fraccionando su cuerpo, que vende desde cervezas hasta perfumes.

Esta realidad es tan crítica, que en Estados Unidos hay campañas dirigidas a los hombres para ayudar a combatir el cáncer de seno, con frases como: “No deje que el cáncer de mama le quite la segunda base”.

La objetivación la podemos ver claramente en estos breves ejemplos:

- Videos musicales: las mujeres son un accesorio sexy en la puesta en escena de los videos musicales. (Lee el artículo sobre El cuerpo femenino, garantía de éxito musical)

- Películas y series: en la televisión se observa a hombres de diferentes tamaños saliendo con mujeres de un solo tipo de cuerpo.

- Cirugías estéticas:
es impresionante la cantidad de intervenciones por las que pasan las mujeres para poder “encajar”en un perfil idealizado por la sociedad.

- Disfraces de Halloween: los atuendos que venden para hombres son prendas normales de algún personaje, mientras que los disfraces para las mujeres siempre tienden a “mostrar” el personaje representado sexy, como por ejemplo, el policía común y corriente en ellos y, en las mujeres, la policía sexy, la enfermera sexy, el duende sexy, etc.

Esta objetivación de la mujer crea grandes confusiones a la hora de relacionarnos, pues alimenta la idea de que los hombres y las mujeres no pueden ser amigos porque ellos no pueden ver a una mujer sino como un objeto de deseo. Por otro lado, las relaciones sexuales se transforman en satisfacer esta necesidad del sexo por el sexo, en vez de tener una connotación más asociada al amor y a la conciencia.

Asímismo, esta tendencia crea grandes miedos, inseguridades y temores tanto para lo hombres como para las mujeres, porque da a entender que solo la apariencia externa es la que atrae.
Esta idea afecta severamente la autoestima y comúnmente conlleva a enfermedades comola depresión, la anorexia y la bulimia. Especialmente en las mujeres jóvenes, la tendencia a la auto objetivación es muy común, debido a que les permite encajar en los estándares “normales”.  (Video: experimento sobre lo que buscan los hombres en las páginas de citas).

La objetivación sexual está profundamente arraigada en nuestro subconsciente cultural y es algo que tiene que cambiar si queremos una sociedad verdaderamente feliz y sana sexualmente.

El primer paso para ayudar a erradicar esta tendencia es empezar por ser conscientes de esta problemática, dejando de evaluar a las mujeres por su aspecto externo y tratándolas de modo diferente a un objeto sexual.  Asímismo, en donde se hable o se vea esta tendencia, es importante crear conciencia y hablar con voz alta y clara, para transmitir nuestro desacuerdo. (Lee el artículo El cuerpo femenino, gancho de éxito en redes)