Bienestar
Método «Jappymind»: una vida extraordinaria en ocho semanas
En entrevista con Fucsia, las creadoras de este sistema nos revelaron cómo aprender a manejar los impulsos y pensamientos.
Estar abrumados y sentir que no hay control sobre las situaciones que se viven y las emociones que generan es algo habitual en los seres humanos. No saber que se quiere, ni realmente tener claro hacia dónde vamos no es algo que solo le ocurra a algunos. Y es que la presencia del COVID-19 trajo consigo una cambio abrupto en las actividades, las habitaciones se convirtieron en oficinas y la sala en un salón de clases.
Dado que vivimos en una sociedad que exige que siempre estés dispuesta y con la pila recargada, entender qué pasa y por qué nos sentimos sin ganas de nada no es tarea fácil. Unos podrían decir que se trata de “echarle ganas”, pero va más allá.
Un emprendimiento familiar colombiano decidió desarrollar un método al que llamaron Jappymind, con este se pretende ayudar a aprender a manejar los impulsos, a gestionar los pensamientos y a desarrollar una conciencia plena, para lograr una vida extraordinaria en ocho semanas. ¿Cómo? A través del autoconocimiento, la respiración consciente y la meditación.
Con este se busca ayudarte a lograr metas y a visualizar sueños para hacerlos realidad. Fucsia habló con las creadoras del método, Teresa Salazar (madre), Tatiana Parra Salazar (hija) y Alejandra Parra Salazar (hija).
¿Qué es el método Jappymind?
Es el conjunto de herramientas poderosas tales como la meditación, la respiración consciente y la creación de hábitos positivos para aprender a gestionar los impulsos emocionales, tomar el control de la mente y los pensamientos, y aprender a desarrollar tu consciencia para tener una vida extraordinaria. Cada paso y cada proceso del método Jappymind te llevará a tener el control de tu vida y despertar el poder que hay en ti para manifestar física, mental y emocionalmente los deseos de tu corazón.
¿De dónde nace este nombre y qué se busca con este método?
Es una empresa colombiana, un emprendimiento familiar que creamos hace 3 años con el fin de llevar la meditación a las empresas y a las personas que buscan trabajar en ellos mismos y aumentar su nivel de consciencia. Cuando nos preguntan ¿por qué Jappymind? es porque creemos que una mente que medita es una mente feliz; por eso, al crearlo quisimos poner la meditación como la herramienta principal para lograr una vida extraordinaria.
En este mundo tan cambiante, en el que las personas vivimos hiperconectados, en el que casi no tenemos tiempo para nosotros mismos porque vivimos abrumados, estresados y preocupados; luego de la pandemia de COVID-19, en la cual experimentamos tantos miedos e incertidumbre, y tuvimos que aprender a adaptarnos a los cambios, necesitamos enfocar nuestra atención a nosotros mismos y aprender a identificar quiénes somos y qué queremos en nuestra vida. Este método permite aumentar el autoconocimiento para saber hacia dónde queremos llevar nuestra vida y empezar a tener una vida extraordinaria, que no es más que aprender a gestionar las emociones, a conocerse más a partir de la respiración; a tomar decisiones desde la intuición y sabiendo escuchar el corazón; es aprender a vivir en el momento presente y enfocarse en bienestar emocional para ser y sentirse mejor cada día.
Las decisiones crean rutinas, las rutinas crean hábitos, los hábitos transforman la vida, y eso es lo que hace la meditación, transforma la vida de las personas. Buscamos que las personas sean más conscientes de sí mismas y así aprendan a gestionar sus emociones, sus pensamientos y que por medio del autoconocimiento entiendan quiénes son, pero sobre todo qué quieren ser y qué necesitan para potenciar una vida extraordinaria.
¿También los niños deberían aprender?
Claro, hay una frase del Dalai Lama que dice: “Si enseñáramos meditación a cada niño de 8 años se acabaría la violencia en una sola generación” Y es cierto. Aunque el libro no está diseñado para niños, podemos entregarle herramientas a los más pequeños como aprender a parar, respirar y responder.
Desde pequeños, podemos enseñarles a nuestros niños a desarrollar una consciencia emocional, a mostrarles que hay un universo gigante de emociones que podemos aprender a gestionar por medio de la respiración. Como adultos, podemos acompañar a nuestros niños y mostrarles cómo salir de los pensamientos limitantes y que, por medio de simplemente respirar, podemos avanzar cada día más hacia la consecución de sus sueños.
Ojalá más padres, cuidadores, profesores y más personas tengamos esa tarea de enseñarle a nuestros niños a meditar para aumentar el autoconocimiento; ojalá el sistema educativo se enfocara en brindar el mismo número de herramientas para el desarrollo de conocimientos académicos como herramientas para el desarrollo de conocimientos socioemocionales con el objetivo de aumentar la empatía, la compasión, la bondad, la tolerancia y el respeto, y que, en efecto, cuando estos niños sean adultos, tengan herramientas como la meditación para aprender a gestionarse y llevar su vida hacia una vida extraordinaria.
¿El método es comparable a la psicoterapia o discurre por caminos diferentes?
Es importante dejar claro que ninguna de las tres autoras somos psicólogas. No hemos estudiado una carrera de psicología, bajo ese concepto, no trabajamos nada que tenga que ver con esta ciencia. Lo que sí hemos hecho es meditar desde siempre; creemos en la meditación y sabemos los beneficios que tiene la meditación y la respiración consciente en la vida de las personas. Creemos que este método no discrimina ningún proceso de la psicología y puede ser un magnífico complemento al buscar utilizar la meditación y la respiración como herramienta para gestionar las emociones, los pensamientos y crear nuevos hábitos positivos en las personas, para así, desarrollar y despertar un mayor nivel de consciencia.
Nosotras hablamos de la meditación y sustentamos sus beneficios en los miles de estudios científicos que se han desarrollado sobre el impacto positivo que tiene la meditación en la vida de las personas e incluso, gracias a un estudio de un grupo de investigadores de la Escuela de Psicología Clínica de la Universidad de Harvard, en compañía del Massachussets General Hospital, se determinó que con 8 semanas de meditación hay un impacto en el cerebro asociado a la memoria, el sentido de sí mismo, la empatía, el desarrollo de la compasión y el manejo de emociones asociadas al estrés.
¿Hay que practicar el método a diario? ¿Cuánto tiempo hay que dedicarle a cada sesión?
Una de las cosas que siempre hemos enseñado en nuestros talleres es que parte indispensable de este proceso está en crear hábitos positivos; para nosotras el más importante es el hábito de la meditación. Sin embargo, las personas siempre buscan excusas frente a la meditación, como la falta de tiempo, no poder dejar la mente en blanco, que es un mito, o ser muy ansiosos para poder meditar y quedarse en quietud. Pero al final de cuentas, son excusas.
Para practicar el método Jappymind tienes 8 semanas, en las cuales practicarás un ejercicio semanal, con el fin de empezar a crear diferentes hábitos en tu vida, como el hábito de la gratitud, el hábito de la respiración consciente, incluso, el hábito de responder y no reaccionar.
Cada semana tiene un ejercicio práctico que llevarás a cabo todos los días de esa semana, y son también acumulativos; es decir que al final de las 8 semanas, tendrás todas las herramientas necesarias para lograr meditar de manera consciente.
¿Se podría entonces utilizar como terapia complementaria en el tratamiento de ciertos trastornos mentales o emocionales?
Claro que sí, porque es al final un método basado en la meditación. La meditación es un ejercicio cerebral que busca aumentar nuestro control mental, permitiendo estar en un momento presente en el aquí y en el ahora, sin juzgar ni rechazar. El objetivo de la meditación es desarrollar de forma eficiente los hemisferios del cerebro y permitir que ellos tengan un mejor funcionamiento y un mayor control sobre nuestra mente. La idea es crear una sincronía perfecta entre los dos hemisferios y, de esta forma, generar un impacto conjunto en nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro entorno para cambiar la estructura de nuestro cerebro.
Cuando esto sucede, el cerebro se adapta, cambia y se renueva de forma continua para superar traumas, problemas o dificultades. Además, la meditación nos permite también una conexión con nuestra alma. Ese contacto perfecto y puro nos permite recordar quiénes somos y el poder que hay en nuestro interior.
Autores como Tal Ben-Shahar, profesor de Felicidad de Harvard, o Laurie Santos, profesora de Psicología Positiva de Yale, al igual que Sonya Lyobomirsky, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de California en Riverside, concuerdan en que la voluntad positiva de las personas se puede influenciar principalmente a partir de tres procesos:
1. La práctica diaria del agradecimiento
2. La práctica de experiencias positivas (voluntariados)
3. La práctica continua de la meditación
Bajo este concepto, lo diseñamos con base en la meditación, porque con ella logramos una coherencia entre el cuerpo, la mente y la conciencia o el corazón. Es la herramienta que permite mantener en perfecto equilibrio nuestros impulsos y nos permite potenciar la respiración para que sea nuestra guía en la vida. Y con esto, no estamos diciendo que la meditación va a hacer que tu vida sea perfecta, pero sí es un instrumento basado en la neurociencia que te permite programar y reprogramar tu vida y toma el control de ti mismo(a). Un excelente complemento para cualquier terapia emocional.
Para practicar meditación de la atención plena, ¿es necesario reservarse un tiempo al día o basta con procurar prestar más atención a las rutinas del día a día?
Creemos que es importante regalarse tiempo para respirar, para hacer una pausa y lograr tener espacios de consciencia plena que permitan tener un mayor nivel de autoconocimiento. Sin duda, al meditar, y poner el cuerpo en posición de meditación, y al programar a la mente a un ejercicio de meditación, aumentamos nuestra capacidad de gestionar las emociones y los pensamientos en estos estados de meditación, pero también en nuestro día a día.
La pregunta real es acerca del tiempo y acá creemos que el tiempo no puede ser un determinante para regalarse tiempo a uno mismo. Pueden ser 10 minutos y es válido, como una hora y también lo es; a fin de cuentas lo importante es poder tener esa disposición a la meditación para entrenar nuestro cerebro.
La falta de atención es un mal de nuestros tiempos, ¿por qué cree que es tan común?
Vivimos afanados, el tiempo es determinante en nuestras vidas, las redes sociales nos abruman cada vez más; sentimos que no tenemos control sobre las situaciones que vivimos y las emociones que nos genera cada cosa que sucede en nuestra vida. No sabemos qué queremos ni tenemos claro hacía donde vamos, por el afán de querer cumplir con nuestras tareas y responsabilidades y, bajo ese concepto, empezamos a vivir en piloto automático: un estado donde no somos conscientes.
Un estudio de Harvard demostró que el 47 % de nuestro tiempo estamos pensando en el pasado o en el futuro y, cuando esto pasa, somos menos felices. Cuando nos enfocamos en el pasado llevamos a nuestra mente al recuerdo de emociones principalmente asociadas a la nostalgia o el miedo. Si vivimos en el futuro, nos enfocamos, sobre todo, en la creación de expectativas, lo cual lleva a emociones como la ansiedad. Y es que la realidad es que el pasado y el futuro no existen y casi la mitad de nuestro tiempo estamos en estados inexistentes. Bajo este concepto, la realidad es que un poco menos de la mitad de nuestra vida la dedicamos a vivir en el hoy.