Tres secretos para interiorizar hábitos saludables para toda la vida

Todos los seres humanos cuando le damos importancia a introducir y tener cambios en nuestra vida, ya sea porque nos cautivó alguna información que recibimos o porque entendimos que tenemos ciertas prácticas que no nos convienen, activamos toda nuestra energía para conseguir lo que deseamos.

Lastimosamente, muchas veces no sabemos cómo ser constantes y esas nuevas rutinas comienzan a ser opacadas por las anteriores a tal punto que sentimos que fracasamos y que simplemente esto de cambiar no va con nosotros. En el ámbito de los hábitos saludables no es diferente.

Qué piensas si te decimos que darle relevancia a la construcción, interiorización e implementación de tu sistema de hábitos saludables es la solución. Que si pones atención a cómo solidificar estos aspectos, lograrás transformarte de adentro hacia afuera con menos esfuerzo del que imaginas.

Hoy queremos hablarte de los tres puntos que nosotras consideramos fundamentales para construir, interiorizar e implementar buenos hábitos y, lo mejor, que estos perduren.

Verás cómo tus pensamientos y actos se alinean para tomar las decisiones más inteligentes a la hora de crear rutinas saludables en tu vida.

1. Adquiere conocimiento sobre lo que quieres cambiar:

Para empezar a introducir algún hábito en tu vida, primero tienes que conocer muy bien lo que quieres cambiar; debes empezar a instruirte a través de libros, documentales o medios en donde se hable sobre ese aspecto particular que quieres transformar. Por ejemplo, si tu intención es introducir más fibra en tu dieta tendrás que aprender ¿Qué es la fibra?, ¿Qué función importante tiene en nuestro organismo? ¿Cómo es la manera más fácil de incorporarla en nuestro día a día? ¿En qué alimentos se encuentran? Y así con todos los temas que quieras aplicar.

Cuando te haces conocedor de los hábitos que quieres interiorizar no sólo podrás detectar cuáles son los errores que estás cometiendo actualmente, sino que además podrás decidir de toda esa información recibida qué tomas, qué dejas y qué prácticas se acercan más a tu estilo de vida.

2. Crear consciencia de que estás cometiendo algunos errores:

¿Quién dijo que los errores son el llamado a un fracaso? Claro que no, lo que precisamente te lleva a un fracaso es no reconocer en qué estás errando y querer demostrar que todo en la vida es color de rosa.

Pues bien, es tiempo de detectar si estás cometiendo algunos errores en tus hábitos. Sí, definitivamente es algo que cuesta bastante trabajo, pero hasta que no seas consciente que algo estás haciendo mal, no podrás definir la manera de mejorar este error.

¿Qué te recomendamos? Que analices cuál hábito no te conviene, que distingas en qué situaciones estás llevándolo a cabo, con qué frecuencia y qué emociones están asociadas a esta mala costumbre.

Para ejemplificarlo imagina que eres adicto a las chocolatinas, así que descubres que siempre la consumes más de tres veces al día, siempre lo haces cuando estás en el trabajo y descubres que casi siempre es cuando tienes situaciones o picos de estrés. Al entender y ser consciente del por qué estas cometiendo este error podrás reconocer más fácilmente el daño y así buscar soluciones y nuevas prácticas saludables que logren superar tu mal hábito. Además, al reconocer tus fallas, empezarás a mirarte con otros ojos, esos ojos de la autocompasión que son necesarios para cualquier cambio duradero.

3. Crear objetivos que sean sencillos y sobre todo acordes con tu estilo de vida:

Suponiendo que ya tienes conocimiento del aspecto que quieres cambiar y ya reconociste los errores que quieres mejorar, es hora de ponerse manos a la obra y ¿cómo hacerlo? Poniéndote objetivos sencillos que se ajusten a ti y a tu estilo de vida.

Cuando te pones objetivos que son inalcanzables o logrables a muy largo plazo y que te demandan demasiado esfuerzo, es normal que desistas en mitad del camino. Por el contrario, si tus objetivos son simples y pensados para cumplir en el corto plazo estarás motivado para seguir con los demás que te propongas.

Ejemplificar estas metodologías es la mejor manera para que entiendas de qué se trata lo que afirmamos. En ese orden de ideas, piensa, por ejemplo, que el hábito que quisieras cambiar es hidratarte con agua varias veces durante el día; actualmente, no consumes sino un solo vaso así que el objetivo en un comienzo no será el de tomarte los 8 vasos que los profesionales de la salud recomiendan.

Plantéate algo sencillo para ir aumentando poco a poco; una opción puede ser consumir por lo menos tres vasos al día y para asegurarte que lo haces, te los tomarás justo antes de las tres comidas principales que haces. Si interiorizas esta rutina, lo más seguro es que más adelante puedas empezar a incluir más vasos y que además logres hacerlo en “piloto automático”.

Ponerte objetivos puntuales te dará determinación y confianza de conseguir lo que te propones.

A través de los puntos que te proponemos, podrás hacer más llevadero tu proceso de cambio y verás que sí se pueden interiorizar nuevas habilidades y rutinas con sencillas acciones que tendrás al alcance de la mano.

Sobre nosotras

Somos Claudia y Camila Torres y somos coaches en cambio de hábitos. Nuestra misión es que las personas logren un bienestar integral. Enseñamos a las personas en espacios como redes sociales, talleres, conferencias, charlas e infoproductos digitales a implementar hábitos de alimentación saludable de una manera efectiva y que perdure para toda la vida.