Los suplementos de colágeno ¿funcionan o no funcionan?
Según algunos, la fuente de la eterna juventud. Para otros sus beneficios son limitados. Aquí les contamos cuál es el alcance real de estos productos.
El colágeno es la estructura principal de la proteína en los animales, incluyendo a los seres humanos, y cumple un papel esencial en la composición de los huesos, tendones, ligamentos, cartílagos y, desde luego, la piel. Tal vez por eso los suplementos nutricionales se han vuelto tan populares. Las distintas marcas prometen que con estos productos no solamente se va a mejorar la piel, sino las uñas, el pelo e, incluso, la digestión.
Están hechos de tejidos de animales ricos en colágeno que por lo general se descartan en los sitios donde se procesa la carne, como la piel y los huesos del ganado y de los cerdos como también la piel y las escamas de pescado. Esta proteína se procesa y se transforma en una gelatina que luego se desintegra en partículas más pequeñas que son incorporadas a productos como cápsulas, gomas y barras de proteína.
Por su parte, aquellos que ofrecen colágeno derivado de plantas, en realidad no contienen la proteína, sino que con una combinación de aminoácidos, vitaminas y minerales ayudan a que el mismo cuerpo la produzca.
Los posibles beneficios de estos suplementos dependen de cómo los digiera y absorba el tracto intestinal, y si este puede realmente llegar a los tejidos y tener un efecto terapéutico. Algunas investigaciones han concluido que existe la probabilidad de algún beneficio, pero todavía no es un hecho comprobado.
Por ejemplo, en la piel, el colágeno es la mayor proteína en la dermis; contribuye a su firmeza y elasticidad. Según estudios del Departamento de Dermatología de la Universidad de Weill Cornell Medical College, en Nueva York, desde los 20 años la piel empieza a perder colágeno y a sufrir daños por cuenta de la exposición a la luz solar, el humo de los cigarrillos y la polución. Todo esto lleva a que el tejido se descuelgue, se arrugue y se seque. En teoría, los suplementos ayudan a retardar el efecto de estos factores, pero los estudios no muestran resultados convincentes.
Mientras tanto, sí hay que usar protección solar diariamente, tener una dieta saludable, tomar mucha agua, evitar el tabaco y dormir bien. Es más importante proteger el colágeno que ya se tiene, en lugar de tratar de reemplazarlo con pastillas.
En cuanto a los dolores en las coyunturas o la osteoartritis, las evidencias de que los suplementos sirvan son aún menores. La ciencia médica está preocupada por el hecho de que las personas confíen en que estos productos las van a curar.
También se están recomendando estos suplementos para los atletas, pero tampoco hay evidencia de que las proteínas del colágeno regeneren o curen.
Por último, hay que tener en cuenta algunos de sus efectos colaterales, como problemas digestivos y reacciones en las personas con alergias a los mariscos.