El estrés, el gran aliado de las calorías
Alimentarse de forma saludable es una máxima que tiene en mente prácticamente cualquier persona. Sin embargo, el estrés no ayude a alcanzar este objetivo. Al contrario, actúa como un potenciador de las malas prácticas alimenticias.
A mayor estrés, mayor ingesta de alimentos calóricos. Es lo que se desprende del último estudio elaborado por la sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Según este, el 40% de las personas cuando se encuentra en una situación de nerviosísimo o estrés incrementa el consumo compulsivo de calorías para paliar esa sensación de tensión.
“Cuando estamos en una situación estresante tenemos tendencia a comer aquellos alimentos llamados de 'recompensa', que son los que nos dan un mayor placer, ya que son ricos en azúcares y grasas”, comenta Albert Lecube, uno de los responsables de la investigación .
Y es que, el estrés tiene la capacidad de modificar el comportamiento alimentario e influir en la elección de los alimentos y en el tamaño de las raciones de lo que se ingiere, que también se vuelven más grandes. “La mayoría de las personas estresadas aumentan la ingesta de esos alimentos porque resultan más placenteros para nuestro paladar, generalmente más ricos en grasas o más dulces, y porque su ingesta favorece la aparición temporal de un estado de felicidad”, asegura Lecube.
Ahora bien, como indica el estudio, esta sensación es sólo momentánea. Y es que la calma que se experimenta tras la ingesta de comida de alto contenido graso o rica en azúcares sólo dura unos minutos. Tras la falsa sacudida de sosiego, el estrés vuelve a aparecer, acompañado en este caso de la temida culpabilidad por haber cometido tal atracón alimenticio.
De hecho, una investigación realizada por médicos de la Clínica Mayo (Estados Unidos) y publicada en el Journal of Medicine sacó a la luz que los efectos de una ingesta elevada de alimentos calóricos a diario pueden ser tan devastadores hasta el punto de incrementar el riesgo de padecer un deterioro cognitivo en el futuro. Lee el siguiente artículo.
El estrés es una reacción fisiológica natural de defensa del organismo que se genera ante una situación que el organismo interpreta de amenaza o de excesiva demanda. Este interactúa con otros sistemas para regular una gran variedad de funciones endocrinas, inmunológicas, metabólicas y cardiovasculares. El problema es cuando se convierte en patología, en algo crónico, lo que puede acarrear problemas graves de salud, enfermedades como trastornos de ansiedad o, incluso, desencadenar una depresión. Lee el siguiente artículo.