¿Loca por las compras? «Tips» para decirle adiós a las compras compulsivas

No podemos olvidar figuras del cine y la moda en el mundo del entretenimiento que tienen como hobby las compras compulsivas. Está Carrie Bradshaw del programa Sex and the city, quien no puede pasar al lado de una tienda sin adquirir zapatos, así no tenga para pagar la renta de su apartamento. O Rebecca Bloomwood, personificada por la actriz Isla Fisher, quien le dio vida a la comedia romántica Loca por la compras.

Aunque sus largas facturas y deudas en la tarjeta de crédito nos producen risa, este tema puede estar alejado de ser algo cómico. El psiquiatra José María Farré, citado por la revista especializada Psicodex, asegura que el comprar compulsivamente puede verse como una adicción. Esta condición se agravó durante la pandemia, al igual que varios problemas psicológicos, pero ¿en qué consiste y cómo puede tratarse?

Lo que no sabías de la ‘enfermedad’

• Cuál es la causa del problema. El doctor Farré asegura que la compra compulsiva se debe a algún problema sin resolver. Luego de comprar, la persona siente placer y alivio a una tensión. Esto quiere decir que puede haber un problema emocional de fondo y el sujeto se refugia en objetos que no necesita. Sin embargo, la compra es solo un paliativo, porque luego del hecho sienten culpa y vergüenza.
• Algunas características para formar el perfil de un comprador compulsivo es que, normalmente, el sujeto está entre los 18 y los 30 años de edad. Además, suelen comprar solos y lo que compran es para ellos mismos. Es muy posible que la persona sepa que tiene un problema y, por ello, cuando realiza las compras innecesarias, se arrepiente y se reprocha el no poder controlar el impulso de gastar el dinero.

¿Te sientes identificada? Consejos para aliviar el problema

Lo más importante es saber cuál es la raíz del asunto. Sin importar los tips que podamos dar, lo primero es hablar con un profesional de la salud y descubrir en terapia qué problema emocional hay en tu vida.

Cuando compres, hazlo en efectivo. La tarjeta hace que muchas veces la persona no tenga una noción real del dinero y de cuánto ha gastado. Pero con los billetes en mano y el ver cómo se han reducido en tu billetera, habrá un control mayor en las compras.

Adicionalmente, lleva un registro de lo que derrochas. De tus ingresos y de tus gastos, con ello notarás lo innecesario de tus salidas a las tiendas y cómo esto afecta tu vida personal. Además, ayudará a que pienses dos veces antes de realizar una compra.