Si eres de los que tiene ganas de tener relaciones todos los días, estos son los pros y contras.
La sexualidad es un factor muy importante en la vida del ser humano. Ser activo en este sentido ayuda a que se reduzca el estrés, el colesterol, nos ayuda a fortalecer nuestro sistema cardiaco y hasta mejora la calidad del sueño.
Cuando hay mucho placer de por medio es normal que entre las parejas se quiera tener coito casi todo el tiempo o por lo menos todos los días, pero son pocos los que saben las consecuencias que trae tener tal frecuencia.
1. Protege las neuronas
De acuerdo con la Universidad de Princeton, se tienen evidencias de que la gente mayor que es sexualmente activa tiene menos probabilidades de desarrollar demencia, además, incrementa la producción de prolactina, una hormona que podría estimular el desarrollo de nuevas neuronas.
2. Reduce el riesgo de contraer cáncer de próstata
El Instituto Nacional de Cáncer de EE. UU. detalló que sentir placer disminuye los riesgos de padecer de cáncer de próstata. Cuanto menos frecuentes sean las eyaculaciones puede aumentar las probabilidades de tener esta malignidad.
3. Reduce el insomnio
Después de tener intimidad, el cuerpo libera endorfinas que hacen que el cuerpo se relaje totalmente y que nos ayude a descansar placenteramente y a entrar en un sueño profundo mucho más rápido.
4. Mejora la autoestima
Esta actividad hace que además de sentirnos mucho más atractivos, nos sintamos mejor con nosotros mismos y con nuestro cuerpo, aumentando la seguridad y empoderamiento propio.
En la actualidad se sigue teniendo el imaginario que sexo es igual a “penetración” sin embargo, la intimidad no es solo eso, pero cuando se piensa de esta forma hay probabilidad de irritación de zonas íntimas, molestias físicas, lesiones, aburrimiento y hasta falta de líbido.
Igualmente, si siempre se tiende a hacer lo mismo y se cae en una rutina, es probable que la atracción por el otro también disminuya. Según la sexóloga, Núria Jorba: “con el sexo pasa lo mismo que con la comida, si no variamos, dejamos de desear porque lo que nos gusta es la novedad”.
Lo más importante de hacerlo todos los días es que todas las partes involucradas lo deseen y, sobre todo, lo disfruten, ya que cuando se siente como algo impuesto o que solo lo hacemos para complacer al otro, se puede llegar a convertir en algo nocivo, incómodo y forzado.