Conoce en qué consiste este término y por qué cada vez gana más adeptos
El sexo vainilla es sexo convencional, el que busca el calorcito, el confort. Pero ojo, no por su sencillez deja de ser placentero y tampoco es necesariamente aburrido, aunque muchos les guste más otro tipo de sexo más atrevido.
El término ‘sexo vainilla’ nació en la comunidad BDSM (Bondage, Sadomasoquista) y volvió a tener relevancia gracias a ‘50 sombras de Grey’. Los seguidores del BDSM comparan estas prácticas sexuales con ese sabor de helado: clásico, un poquito conservador y aunque bien hecho puede ser delicioso, a ellos particularmente les resulta demasiado suave.
Los seguidores del sexo vainilla aseguran que cuando la atracción es real, el solo roce de cuerpos alcanza para lograr lo que pretende despertar en el otro, sin necesidad de hacer un despliegue de artefactos sexuales.
Para ellos, no hay nada más sexy que la cara de un amante recién despierto a la luz del día, sin ningún ornamento más que su piel. Van más lejos y acusan a quienes prefieren las prácticas más violentas y atrevidas de “no sentir realmente”y por esa razón buscan estímulos cada vez más fuertes, convulsos y enroscados.
”Practicarlo o no es una elección de pareja. Cada quien elige lo que lo satisface porque, como sabemos, el placer es subjetivo. Lo importante es que la pareja se ponga de acuerdo, que hablen sobre lo que quieren, lo que les gusta y lo que disfrutan”, le dijo la doctora Frauky Jiménez, psicóloga clínica especialista en terapia de pareja y salud sexual a la revista ‘Aló’.
Según eltiempo.com en su sección de salud, si hay una postura clásica en el sexo vainilla, esa es la del misionero, cuando el hombre se coloca encima de la mujer, lo que hace que tengan un contacto más próximo, más cara a cara.
Entre los beneficios del misionero están el hecho de que es cómodo para ambos y proporciona una penetración más profunda e intensa; a ellas les permite llegar más rápido al orgasmo y también permite una mayor presión sobre el clítoris al mismo tiempo que se produce la penetración
Lo importante es no asumir esta práctica como una obligación, sino que debe ser el resultado sel mutuo acuerdo de la pareja, pues ambas partes se deben sentir satisfechas. Por otro lado, el hecho de practicar sexo clásico no cierra las puertas a otras opciones. Si los dos quieren, claro que se puede, es cuestión de hablar sobre el tema y llegar a acuerdo.
Finalmente, recuerda que en este tipo de prácticas la piel juega un papel muy importante y por eso la lencería estorba, el placer viene de manera lenta y tu cuarto debe convertirse en un templo sonde ambos se encuentren cómodos y le digan adiós a las situaciones de estrés.
Los ‘vainilla’ no encuentran el placer en la tensión, así que para ellos el sexo es un spa.