Desde contar hasta diez hasta entender que eres tú la que causa tensión...los mejores consejos para superar la prueba
La relación con la familia política es todo un campo minado- el mínimo error, roce, desacuerdo o intromisión y puede estallar.
Además, en la gran mayoría de los casos la estabilidad de la pareja se puede ver afectada.
Lo cierto es que no hay mejor garantía para una relación que establecer límites- y por eso es una de las diez peleas que deberías tener con tu prometido antes de casarte.
Sin embargo, a veces por más límites y acuerdos que se lleguen, las fronteras pueden volverse imprecisas y es ahí cuando las buenas intenciones se convierten en conflictos.
Una vez que llegas a ese punto es normal sentirse agobiado, así que hemos recopilado los mejores ocho consejos para sobrevivir y superar la prueba.
Cuenta hasta diez
El consejo milenial que nunca ponemos en práctica.
Cuando surja una diferencia lo mejor es buscar un lugar tranquilo, reflexionar durante unos minutos, y organizar tus argumentos.
Ponte en sus zapatos
Por más difícil que sea, a veces debemos obligarnos a tener empatía.
Analiza qué es lo que provoca sus sentimientos y actitudes. Lo más probable es que el problema ni siquiera seas tú, sino algún conflicto interno de la familia.
No eres tú, soy yo
Lo cierto es que muchas veces olvidamos pensar si no seremos nosotras mismas quienes estamos causando tensión y le echamos la culpa a la familia política.
Así que piensa primero si tu actitud habrá enviado un mensaje negativo, incluso sin que te dieras cuenta y analiza qué puedes hacer para cambiarla.
Bájate de la nube
¡En las relaciones hay que ser realistas! Todas tendemos a idealizar las relaciones y si no son exactamente como en tu película preferida entonces están mal.
Y lo cierto es que idealizar únicamente lleva a la frustración.
Además, la relación con tus suegros no tiene que ser amistosa- con tal que sea cordial y respetuosa considerate por bien servida.
Entre gustos y gustos no hay disgustos
Uno de los peores errores que puedes cometer es buscar la aprobación de tu familia política constantemente. Así ¡todas! tus decisiones estarán condicionadas por ellos.
No olvides que una relación funcional respeta el punto de vista de cada uno y acepta cualquier desacuerdo.
Para pelear se necesitan dos
Por más tentador que resulte, responder a las desconsideraciones de tus suegros de la misma manera es lo menos productivo.
En cambio, proponte a hacer que se respeten los términos básicos de la relación sin llegar al desafío.
Deja que te resbale
Restale importancia a las críticas que recibas.
Tal vez se hagan con la intención de ayudarte a mejorar en algún aspecto...o tal vez no, de igual manera trata de tomártela a bien, por más innecesarias que sean.
Marca tus límites
Lo ideal es que los hayas establecido desde el principio: “no, tu mamá no puede venir a pasar la tarde todos los días”, “no, no es necesario que llames a tu mamá, el horno sí se pone a 250 grados” o “sí señora, gracias por llamar, ya le digo que se tome su medicamento”.
Aún así, todo tiene un límite, y si la relación con la familia política se vuelve tóxica, si hay recurrentes faltas al respeto o críticas malintencionadas, lo mejor es romper tu relación con ellos pero respeta que tu pareja la mantenga.
Debes entender que cada dinámica familiar es distinta y si estás pensando en casarte con él tienes que decidir si aceptas...o mejor no.