Con solo escuchar a una pareja discutiendo durante cinco minutos, Gottman es capaz de diagnosticar si una relación tiene posibilidades de salir adelante o, por el contrario, está condenada al fracaso, con un 91 por ciento de asertividad.
1. Iniciar una discusión agresivamente: Según el experto, “la forma en la que comienza una pelea determina cómo terminará”. Es distinto iniciar un diálogo tranquilo y racional, que otro en el que se asignen culpabilidades y uno, o ambos miembros de la pareja, se victimicen para evadir la responsabilidad.
2. “Los cuatro jinetes del apocalipsis”: Así ha bautizado Gottman a cuatro comportamientos errados durante una pelea, que son enemigos número uno de la resolución de conflictos: la crítica, el desprecio, una actitud defensiva y el obstruccionismo.
La queja: según el psicólogo, es normal quejarse y recibir quejas de la pareja; sin embargo, existe una brecha entre queja y crítica. La segunda, en este caso, ataca a la persona, destruyéndola casi de inmediato. Esto es necesario evitarlo a toda costa.
El desprecio: en otras palabras, ser despreciado es ser subestimado por el otro, lo que suscita que quien es objeto de ello tome la defensiva y, por ende, el conflicto se intensifique.
El obstruccionismo: es el resultado de los primeros tres jinetes y ocurre cuando el grado de conflicto ha alcanzado su punto máximo. Se caracteriza por evitar el diálogo con la otra persona, así como tener contacto físico o emocional con la misma.
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3. Inundaciones: "Las inundaciones significan que la negatividad de su cónyuge - ya sea bajo la forma de crítica, desprecio o en actitud defensiva - es tan abrumadora y tan repentina, que te deja en
shock”, afirma Gottman. Cuando ambos o uno de los integrantes se “inunda”, es evasivo y evita comunicarse con el otro, como una forma de protegerse ante el impacto emocional que le causa la situación.
Lenguaje corporal: durante una discusión “la habilidad para procesar la información se reduce, lo que significa que es más difícil prestar atención a lo que la pareja intenta decir”, señala el psicólogo.
Entonces, en un conflicto, el cuerpo también reacciona, acelerando el ritmo cardíaco, segregando mayor cantidad de adrenalina y elevando la presión sanguínea, lo que llevará al fracaso de la discusión.
4. Los intentos por reparar la discusión: Una risa, un abrazo o una broma, entre otras, pueden arreglar una pelea cuando el otro no se siente "inundado"; si no es así, estos comportamientos solo agravarán la situación.
5. Malos recuerdos: Cuando la pareja enfantiza en enfocarse en el pasado, desde un punto de vista negativo, el fracaso es inevitable. "El exceso de negatividad construye una imagen distorsionada del otro, lo que puede afectar el futuro de la relación".