La sexualidad en pareja puede verse afectada por diversos factores que si no se detectan a tiempo pueden desencadenar situaciones difíciles en la relación.
Las relaciones de pareja, en su mayoría, no son como aparecen en las películas o novelas románticas. Estar al lado de una persona implica trabajo, compromisos y otros factores para que funcione. Entre dichos aspectos aparece la sexualidad como uno de los pilares fundamentales, por ello, a la menor señal de alerta debemos estar atentas.
Leisa Puentes, psicóloga especialista en salud sexual y terapeuta de pareja, explica cuáles son estas señales a las que se debe prestar atención cuando el deseo y los encuentros sexuales son cada vez más escasos o pasan a un segundo lugar:
Resistencia al contacto sexual. La experta manifiesta que una señal de alerta es cuando uno de los involucrados o ambos presenta una evasión al contacto de la otra persona. Cuando comienzan a aparecer excusas, se evitan un beso o una caricia espontánea automáticamente se reducen las posibilidades de un encuentro sexual.
Según Puentes, una de las principales responsables de esta situación es la cotidianidad, factores como el trabajo, las responsabilidades, los hijos, entre otros pueden ser causantes de un disminución del contacto y el deseo por la pareja. Adicionalmente, está la priorización del uso de las pantallas como el celular por encima del sexo.
Conflictos sin resolver. Otra de las señales que indica es la existencia de sentimientos o problemas que no se han expresado ni conversado como pareja. “Cuando uno de los integrantes de la pareja accede a tener relaciones por compromiso, pero no por deseo significa que no existe una conexión”.
Problemas de salud. Cuando uno o ambos involucrados tienen problemas sexuales de salud o sin resolver, son determinantes para la disminución o la falta de deseo sexual. Por ejemplo, cuando tienen enfermedades tipo diabetes o sufren de disfunción eréctil, ya que esto puede afectar seriamente la calidad sexual.
La sexualidad es una forma de comunicación de las parejas. Se debe crear una conexión en todo aspecto para lograr disfrutar el momento de placer.
La experta explica que esta conexión y comunicación debe estar tanto en la sexualidad coital como en la sexualidad afectiva. ”La sexualidad es un termómetro del estado de la relación”. Por ello, se debe estar atento a las señales que indican problemas comunicativos en la pareja.
“Una agarrada de nalga o de un seno en el día a día son pruebas de una conexión y comunicación positiva”, afirmó. El contacto físico es fundamental en las relaciones de pareja, de lo contrario puede haber inconformismo de uno u ambos lados.
Ante el panorama del peligro que significa perder el deseo sexual con una pareja, la sexóloga propone algunas soluciones y recomendaciones para afrontar la situación y evitar un problema mayor.
Lo principal ante la detección de las señales de alerta es la comunicación. Al estar en pareja debe existir una confianza y libertad para hablar del tema. Establecer las expectativas sexuales de cada uno es clave y un buen punto de partida. “Algunos prefieren tener sexo una vez a la semana, mientras que otros, días de por medio”.
Otra de las recomendaciones es la importancia de tener empatía con las necesidades sexoafectivas de la otra persona. Adicionalmente, deben existir y marcar los límites. No obstante, también se deben definir cuáles se pueden cruzar y cuáles no. “No me gusta el porno, pero si mi pareja quiere ver una película conmigo, es un límite que se puede cruzar”.
Contrario a lo anterior, sería la negación de actividades como el maltrato o los golpes. Algunas personas en las relaciones pueden o no estar dispuestas a recibir golpes de su pareja, ya sea por satisfacción o el voltaje del momento. No obstante, se deben aclarar las reglas y los límites con la otra persona.
Un aspecto importante al momento de reavivar el deseo sexual es la innovación al momento de tener relaciones sexuales. “Generar espacios creativos de juegos o de aventura nutren el deseo sexual, la rutina es enemiga del placer”.
Finalmente, la sexóloga propone un plan para cumplir las expectativas planteadas para rescatar el deseo sexual. A corto plazo, se debe establecer una fecha para llevar a cabo las actividades propuestas. A mediano, se tienen que realizar, y a largo, se debe evaluar los resultados obtenidos.