Así como existe la liposucción para sacar el exceso de grasa del cuerpo, existe también la “lipotusa”, para deshacerse del sobrepeso emocional causado por el despecho. ¿En qué consiste?
Muchas personas llegan con el corazón partido a las charlas de Jorge Ruiz; lo irónico es que salen de estas con dolor de barriga de tanto reír y con fuerzas renovadas para superar la tusa. Esto ocurre gracias a que en medio del humor y la reflexión profunda, este coach les ayuda a vislumbrar un renacer en sus vidas.
Más allá de relajarse y desahogar sus penas, en estas conferencias o en sesiones individuales, las personas acceden a una serie de estrategias diseñadas por él para superar el despecho y actuar de manera más asertiva en las relaciones futuras.
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Jorge Ruiz es psicólogo transpersonal y entrenador de programación neurolingüística certificado por Richard Bandler; es experto en terapia regresiva reconstructiva y graduado en hipnosis clínica. Con todas estos conocimientos académicos y con un don natural para hacer reír, diseñó sus neurostands, mezcla de stand up comedy y conferencia, con herramientas de programación neurolingüística, liderazgo, neurociencia, inteligencia emocional y sabiduría espiritual.
Pasito a pasito
Aquellos que están naufragando en un mar de lágrimas por el fin de una relación sentimental, a menudo culpan a su expareja de este fracaso. Para elaborar una “tabla de salvación” para estos náufragos del amor, el coach partió de las enseñanzas del psiquiatra Fritz Perls, quien afirma que todos los problemas interpersonales vienen de un problema intrapersonal. “Es decir, todo lo bueno o malo que vemos afuera es porque lo tenemos adentro y lo estamos proyectando”, explica.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, un altísimo porcentaje de enfermedades son de origen psicosomático, de ahí que sea tan importante sanar las emociones antes de que estas se manifiesten en el cuerpo.
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Para eso, Ruiz propone una estrategia en 5 pasos.
1. Desahogo
Es imperativo exteriorizar la rabia, el dolor, la tristeza, el miedo o cualquier otra emoción que se esté experimentando como consecuencia del duelo amoroso.
Para ello, hay varias técnicas: escribir una carta dirigida a la expareja, expresando todo lo que se tiene guardado, para luego quemarla visualizando una llama azul violeta, que es el color de la transmutación. Si la carta fue insuficiente, se debe elegir un cojín, que no sea el de descanso de alguien de la casa, para descargar en este toda la rabia. "Solo debes parar cuando sientas ese respiro de alivio; es una eficiente forma de soltar la emoción para que no se quede circulando en el cuerpo”, cuenta el experto.
Para los que no son capaces de llorar, la receta es elegir una película altamente lacrimógena y verla durante diez noches consecutivas. La cinta provocará el llanto, el desahogo, hasta que al verla por décima vez ya no genere el mismo efecto.
Y la “llave mágica” hacia la paz interior la ofrece el Ho’oponopono, una práctica de perdón y reconciliación inspirada en las tradiciones de los indígenas hawaianos. “Debes concentrarte pensando en la persona que te hizo daño y desde el fondo de tu corazón decirle sinceramente: ‘Lo siento, perdóname, gracias, te amo’. Muchos me dicen: ‘¿Cómo le voy a pedir perdón a ese desgraciado que me puso los cachos?’. Bueno, se trata de sanar. Le dices: ‘Lo siento’, por los errores que tú también pudiste cometer; ‘perdóname’, porque una parte de lo que ocurrió es responsabilidad tuya; ‘te amo’, porque amas la esencia divina que hay en ese ser, y ‘gracias’, porque si esa persona se sana, te sanas tú también”.
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2. Desapego
Muchas parejas, a pesar de ser incompatibles emocionalmente, permanecen unidas mientras la química del cerebro los hace sentir enamorados. Pero tarde o temprano afloran las diferencias de fondo, y el príncipe azul o la princesa rosada se destiñen. Sin embargo, muchos arrastran una relación dañina, dependiente y basada en el apego.
Para poder pasar la página en una ruptura, hay que trabajar el desapego. “Tienes que entender que si estás apegado a una persona que no es para ti, porque no tienen mucho en común pero no la dejas ir, no llegará a tu vida alguien que sí comparta tu filosofía de vida”, dice Jorge.
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3. Vitalidad
Hay que comenzar el día subiendo la energía vital, y la gratitud es una de las mejores maneras de hacerlo porque ayuda a valorar la vida, las capacidades y las circunstancias en que vivimos. En las consultas y charlas con Jorge, el trabajo para fortalecer la autoestima es muy importante. “Hay que abrazarse, quererse, cuidarse y agradecer cada cosa que hay en tu vida”.
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4. Comer y moverse
Alimentarse bien y hacer ejercicio es una forma de valorarse. Jorge recomienda comenzar el día tomando un jugo verde, que aporte vitaminas y sea suave con la digestión. Además, aplicar el viejo adagio de desayunar como rey, almorzar como príncipe y comer como mendigo. Y ejercitarse todos los días con una actividad que sea placentera.
5. Meditar
Jorge sugiere dedicarle todos los días un tiempo a conectarse consigo mismo. “Si eres católico, la oración es una forma de meditación. Si no eres religioso, te puedes conectar con tu ser interior a través de esta”.
Testimonio de una una paciente
María Elena Rocero vivió el dolor profundo de una ruptura de pareja. Después de diez años de un matrimonio en el que hubo abuso emocional y económico, esta empresaria pastusa, residente en Miami hace 20 años, reunió fuerzas y decidió divorciarse.
Pero en el camino de la separación, dudaba, temía y cedía a chantajes emocionales. Hasta que asistió a unas sesiones con Jorge. “El trabajo central en esas sesiones fue el amor propio, la autovaloración”, recuerda María Elena, quien rehízo su vida y tiene una nueva relación armoniosa.
“La primera sesión fue la sacudida más grande que yo pude haber tenido. Estaba centrada en los errores del otro y también en culparme a mí misma. Jorge me cuestionó mucho, me preguntó, me hizo encontrar respuestas. Yo salí de ahí convencida de algo muy importante: yo vine a este mundo a ser feliz y eso es lo que voy a hacer. Tengo todas las herramientas, ¿por qué negarme esa posibilidad?”.
María Elena hizo juiciosamente las “tareas” que Jorge le puso, como enviar mensajes mentales de perdón y gratitud al exmarido, y regalarse momentos de paz y de disfrute de la vida, como ir a la playa sola.
También la ayudó a cambiar su programación. Antiguamente, cada vez que cometía un error, solía castigarse diciéndose: “Mucha bruta” y cosas por el estilo. Jorge le puso la tarea de cambiarse de mano el reloj cada vez que ella se descubriera diciéndose algo así, hasta que logró terminar con ese mal hábito.
“Muchas cosas cambiaron en mí, en mi autoestima y en mi manera de disfrutar la vida. Ahora busco tiempo a solas, pues son momentos de verdadera paz interior y comunión con Dios; aplico la inteligencia emocional en mi trabajo y me ayuda mucho porque a veces tengo que lidiar con personas que tienen un ego muy grande por sus posesiones materiales, entonces todo esto me ha ayudado mucho”, expresa María Elena, cuya empresa maneja la contabilidad de compañías médicas.
Pero, sin duda, una de las cosas más útiles de esta terapia para ella fue aprender a ver esa vivencia de diez años de matrimonio infeliz como un aprendizaje: “Verlo como una enseñanza fue liberador”, finaliza.
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