Spoiler alert: ¿Quieres que la introducción sea un éxito? No la hagas en esta época.
Con la Navidad a la vuelta de la esquina, lo más probable es que estés coordinando tiquetes, llamando a tu mamá para que se asegure de poner un puesto extra en la mesa, y encargándote de todos los preparativos para llevar a tu chico a conocer a tu familia.
Claro, Navidad podría ser el momento ideal para hacerlo. Partiendo porque tu familia ya estará reunida, así que no tienes que convocarlos. Además, si tus papás viven en otra ciudad ¡genial! nada mejor que un paseo en carro o en avión juntos.
Suena muy bien, pero te equivocas.
Antes de que arrastres a tu pareja donde tu familia para que tu tía Anita indague sobre sus antepasados, tómate una pausa y piensalo dos veces.
La época de por sí es un poco estresante y puede que tus familiares no estén en su mejor comportamiento, o que estén distraídos... o con unas copitas de más (como tu tío, alias “El Inapropiado”). Ciertamente la cena navideña de todos no es tan idílica como en las películas, todo lo contrario, podría ser un episodio de Protagonistas circa 2008, con todo y amenazados por convivencia. Todo esto implica que estarías presentándolo en un territorio desconocido, la receta ideal para un rotundo fracaso.
También está el hecho de que todos solemos actuar distinto cuando estamos con nuestra familia extendida. La dinámica cambia, y algunas tendemos a regresar a nuestra infancia, cargando con nosotras el resentimiento contra el primo que le cortó el pelo a nuestra Barbie favorita, retomamos nuestras amistades tal y donde se quedaron (en el colegio), o nos dejamos espichar los cachetes por nuestras tías como unas adolescentes. Así que piénsalo, por más enamorado que lo tengas, ¿estás lista para mostrarle esta versión de ti?
Por eso, definitivamente este no es el ambiente más favorable para un primer encuentro.
Pero si realmente estás dispuesta a hacerlo durante esta época (o si ya es muy tarde para echarte atrás) sigue este práctico consejo: antes de llevarlo a casa de tus padres o familiares, organiza un desayuno, brunch o almuerzo antes de la cena navideña. De esta forma creas un encuentro más íntimo - que no durará tantas horas - y garantizas un espacio apropiado para que tu familia y tu chico conecten. En últimas hazle saber todo lo que tendría que hacer si fueras de la realeza, ya no le parecerá tan trágico.
Y si él o tu familia te cuestionan por no querer llevarlo asegúrate de hacerle entender que tal vez una noche en que tu papá esté cruzando malas caras con tu tío, mientras tu mamá pelea en la cocina con tu abuela y tu cuñada regaña a tus sobrinos por tratar mal a su hermana (¿¡otra vez el pelo de la Barbie!?), puede no ser el mejor momento para hacerlo.
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