Este tema tiene más preguntas que explicaciones, pero te contamos algunos aspectos que debes saber.
Hace unas semanas, los medios de comunicación y las redes sociales se sorprendieron con el anuncio del divorcio entre dos figuras de la farándula colombiana. Se trató de la relación entre el comediante Alejandro Riaño y la empresaria e influenciadora Marialejandra Manotas. La pareja tuvo tres hijos y respecto a las causas de la ruptura, “fueron diferencias irreconciliables”, según declaraciones de los dos.
A los pocos días, otra de las parejas más estables también anunciaba que no iba más. La presentadora Carolina Cruz y Lincoln Palomeque estuvieron 14 años juntos y tuvieron dos hijos mientras duró la unión. Aunque el tema del divorcio se vuelve coyuntura por los famosos que la viven, son muchas las personas en el mundo y en Colombia que se separan. En 2019, sólo en Estados Unidos, se presentaron más de 800 mil divorcios, según la firma de estadística Statista. ¿Qué sucede en Colombia?
María Ordóñez es una mujer chocoana de 43 años que llegó a Bogotá por oportunidades laborales para mantener a sus tres hijos. María es mujer cabeza de familia. La mujer comenta que su marido abusaba psicológicamente de ella y que por esto decidió ‘escaparse’ con sus hijos. Asegura que desea el divorcio, pero cree que por tener pocos recursos esta no es una opción. Además, también comenta que sabe que, en dado caso, debe probarle al juez su abuso y revivir lo que sucedió, algo en lo que no está para nada interesada.
La abogada Martha Ligia Méndez le explicó a Fucsia que en Colombia el divorcio es causalista. Esto quiere decir que sí o sí debe haber una razón para el divorcio y esta debe probarse, excepto en el mutuo acuerdo. Así que si deseas el divorcio y tu pareja no quiere, debes literalmente probar que este incurre en: infidelidad, incumplimiento en su deber de cónyuge o padre, maltrato, embriaguez, drogadicción, enfermedad grave que afecte la salud mental o física de su pareja, perversión o separación de cuerpos por más de dos años.
Aunque parece lógico, ni María ni la experta están de acuerdo con el sistema judicial de nuestro país. “No quiero tener que volver a verlo. ¿Cómo pruebo que me trata como una basura? Dejándome tratar otra vez como una basura. No es justo”, comenta María. La doctora Méndez está de acuerdo: “Me parece que esto revictimiza a las personas (...) ¿Por qué tiene que probarle al juez que ya no aguanta más estar casado con una persona que lo lastima y a la que simplemente no quiere más? Si no lo prueba, el juez no lo otorga. Me parece ridículo. La simple manifestación de ‘no quiero estar casado’ debiera ser suficiente”.
Pensar sólo en términos románticos cuando se habla de una ruptura es desconocer las realidades de miles de personas en nuestro país. “En Colombia, como en todo el mundo, los divorcios han aumentado. La estadística nacional dice que de 10 parejas que se casan, se divorcian cinco. En pandemia esto creció por los problemas intrafamiliares, pero no pudieron hacerlo con agilidad porque cerraron los juzgados. Cuando esto pasó, algunos reconsideraron seguir en pareja, pero no son muchos. A algunos les tocó seguir conviviendo con su maltratador, por ejemplo”, denuncia la abogada Méndez.
Las causas del divorcio son tan diversas como las personas que se divorcian. Uno podría tratar de adivinar razones frecuentes, como infidelidad o violencia, pero la experta dice que esto no sucede así y que los motivos para el divorcio son muy diversos: “En los años que he venido trabajando el divorcio entre las parejas, las causales son múltiples (...) En general es el desgaste de la afectividad en la pareja, que no es sinónimo de amor”.
En el mundo encontramos casos extraños como divorciarse porque la pareja está obsesionada con la limpieza y el orden, porque tenía una pareja virtual y resultó ser la misma esposa, porque no le gustaba la comida de la suegra o la suegra en sí, porque le mintió sobre su edad o simplemente porque ronca.
Uno de los casos que más llamó la atención de la abogada en Colombia fue en el que una mujer se quiso divorciar por ‘exceso de amor’. Un ejemplo que la persona en cuestión dio al juez para que ‘la dejara’ separarse fue que ella montó un local para vender bolsos. Un día, una persona llegó y se los compró todos. Luego se enteró que su esposo había contratado a este sujeto para que le comprara la mercancía:
“Cuando la mujer se enteró, no pudo parar de llorar porque decía que él no confiaba en sus capacidades y él dijo que solo quería verla feliz... Ella sentía que la trataba como una discapacitada. Su marido la quería tanto, supuestamente, que la asfixió. El juez no quería darnos el divorcio porque nadie se divorcia por ‘exceso de amor’. Nos tocó mostrarle que ese ‘amor’ era muy posesivo y celoso. Todo se lo quería resolver y no tenía privacidad para nada”.
En este punto, también se presenta una gran variedad de situaciones porque las familias y las uniones son igual de diversas. No solo porque además del matrimonio también está la unión de hecho, que es cuando una persona simplemente decide formar familia sin casarse, sino también porque están las uniones entre personas del mismo sexo.
Ahora, hay personas que antes del casamiento quisieron organizar sus pertenencias y estipularon las capitulaciones. Estas, de alguna forma, facilitan el divorcio y son un acuerdo antes de las nupcias, donde la pareja establece qué bienes de los que posee cada uno serán parte de la sociedad conyugal, de ambos, y cuáles siguen siendo de cada uno. Aunque esto es común verlo en las películas, no es tan común verlo en las parejas reales.
Más allá del ámbito legal, la abogada Méndez comenta que: “El caso más corto que ha pasado por mis manos es de seis meses, pero conozco personas que se casan y al otro día se divorcian”. Lo que muchos no piensan es en los efectos que esto causa en un hogar.
La doctora relata que hay situaciones en las que los hijos menores huyen de casa porque quedan abrumados con el conflicto, en las que solo el divorcio causa peleas físicas y efectos psicológicos permanentes. Cabe aclarar que cada persona tiene el derecho de decidir si quiere o no seguir en una relación, por el motivo que sea. Hay uniones que son más tóxicas que el proceso de separación.
En este sentido, la psicóloga María Victoria García le reveló a Fucsia que ha tenido casos en los que tanto hombres como mujeres presentan fuertes signos de depresión, bipolaridad e incluso esquizofrenia por el divorcio o por lo que vivió con su pareja durante la relación: “Hay pacientes con los que se trabaja durante muchos años pasada la separación porque su hogar quedó destruido o simplemente porque como individuos quedan secuelas importantes que la mente tarda en procesar”.
Una pareja quiso ir por caminos separados, ya está decidido. Ahora, ¿cuál es el paso a seguir?, ¿qué tan fácil o difícil es divorciarse en Colombia? La abogada Martha Ligia explica que el divorcio puede ser notarial o judicial. El notarial sucede cuando ambos quieren, de mutuo acuerdo, “este es más fácil porque no habría pelea. Le dan poder al abogado y este lo tramita. Si hay niños menores, en este punto ya debieron haber resuelto qué pasará con ellos respecto a la cuota alimentaria”, comenta.
La situación se complica cuando hay repartición de bienes y se involucran los nombres de otras personas o cuando alguien, simplemente, no quiere separarse. Aquí se llega al ámbito judicial porque hay pelea y allí se demoran: “Ningún proceso debería irse a más de un año, pero en la práctica no sucede. He tenido procesos que llevan casi cinco años sin resolverse”, confiesa la abogada.
Ahora, separación no es sinónimo de divorcio. La separación es el incumplimiento de la obligación del contrato matrimonial de cohabitar. En resumen, no viven juntos. Hay parejas que estás separadas, pero siguen casadas. Si uno de los miembros incumple con el hecho de ‘habitar’, su pareja puede demandarlo y pedir el divorcio.