Para Ariadna Gutiérrez todo empezó en 2010. Aceptó la invitación de una amiga para hacer algunos castings y terminó, sin sospecharlo, desfilando en 15 pasarelas de Plataforma K, en Barranquilla, cuando aún nadie la conocía. Luego llegó el ofrecimiento de Grupo4 para formar parte de su cuidada selección de modelos. “Desde el principio nos impactó, Ariadna tiene la sensualidad propia de la mujer latina pero con un look internacional que se sale de lo obvio, y que transmite una imagen positiva y actual de la belleza colombiana”, confiesa Carolina Castro, gerente de esta agencia.
Lo natural, lo que viene pasando durante años, es que el Concurso Nacional de Belleza suele heredarle al mundo de la televisión y del modelaje mujeres que primero se dan a conocer como reinas. Ariadna, sin embargo, ha invertido con su triunfo esta ecuación: “Érase una vez cuando las señoritas de sociedad eran las que participaban en el Concurso, porque ser modelo no era socialmente apropiado”, recuerda Vanessa Rosales, experta y crítica de moda y asesora de moda del certamen. “Sin embargo, en la década del noventa, cuando se especializa la industria del modelaje en Colombia, muchas mujeres jóvenes prefirieron ser modelos que reinas. La moda comenzó a ser más visible y seductora”.
Ariadna parece ser fruto de esa generación que, a pesar de haber conquistado un sinnúmero de pasarelas –desde Jean Paul Gaultier hasta Moschino–, siguió albergando el deseo profundo de convertirse en soberanas. Ese ímpetu manifiesto en jovencitas trabajadoras que sabían ostentar un estilo más internacional y sofisticado que el que suele caracterizar a las reinas empezó a crear nuevos cuestionamientos en el interior del reinado. “El hecho de que Ariadna, una de las modelos más bellas y excepcionales del país, sea Señorita Colombia, habla sobre cómo comienzan a intercalarse moda y reinado en un contexto diferente. La figura de la reina se proyecta de una forma más contemporánea. Todo es reflejo de su época. Lo que era una reina en 1984 no podría ser jamás lo que es hoy. Ariadna es el reflejo de eso”, explica Vanessa Rosales.
Carolina Castro asegura, por su parte, que si bien el nombramiento de Ariadna como reina es bueno para el modelaje, ya que ratifica el trabajo de esta actividad como la profesión y preparación integral de una mujer como figura pública, es sobre todo bueno para el reinado, porque muestra evolución y apertura de espíritu en su ideología. “Los tiempos cambian, la filosofía del Concurso debe hacerlo también”.
Para celebrar esta alianza estrecha con la moda, FUCSIA invitó a esta asidua participante de las páginas editoriales de la revista para que posara ahora, en calidad de Señorita Colombia, una de las colecciones más emblemáticas que se tejieron este año. Bajo el lente del fotógrafo Efrén Isaza, Ariadna Gutiérrez vistió piezas creadas por la colombiana María Clara Restrepo, de la marca radicada en Italia Rohka, para el festival de la lana, Festilana, de Cucunubá, prendas en las que se reinterpretan las ruanas tradicionales, las faldas campesinas y hasta se le da un nuevo aire estilístico a la camiseta de la Selección Colombia que tanta gloria nos trajo. Con Ariadna y su forma de imponer nuevos cánones de belleza, celebramos a la mujer colombiana en su esplendor.
¿Qué ideas sobre el modelaje te gustaría desmontar?
Me encantaría que la opinión de algunas personas cambiara a este respecto. Es una carrera como cualquier otra cuando se asume de manera profesional y responsable, dura o más difícil aún que cumplir un horario de oficina o estar sentado frente a un computador. Es una profesión que hay que admirar y estoy segura de que si la gente viera un poco más allá de la parte física se daría cuenta de lo complejo que es ser la musa de un diseñador o la imagen y vocera de una empresa reconocida.
¿Qué es lo más difícil con lo que tiene que lidiar una modelo profesional?
Definitivamente, cumplir las expectativas de un público muy exigente. Estar siempre impecable y con los pies sobre la tierra para lidiar con los comentarios negativos que algunas personas hacen. Llevar un estilo de vida diferente e incluso, a veces, dejar tu vida personal a un lado.
La mayor enseñanza que te dio el mundo del modelaje para convertirte en reina.
La disciplina que debía observar en el momento de adquirir una responsabilidad en cualquier trabajo, eso me llevó a no desistir durante dos años del sueño que abrigaba desde pequeña. Ser Señorita Colombia es algo irreal para mí, pero a la vez constituye una lección de vida para darme cuenta de que sin sacrificio no hay recompensa.
¿Qué pasarela de aquellas en las que has participado te ha parecido memorable y por qué?
Muchísimas han marcado mi vida y mi carrera, aunque recuerdo mucho uno de mis primeros desfiles para Studio F en Colombiamoda 2011. Igualmente, para Moschino, en 2011, y Jean Paul Gaultier, en Cali Exposhow 2012. Fue increíble, algo que me llena de orgullo.
¿Cuál es el mayor temor de una modelo?
Dejar de figurar en el medio. Eso sería el fin de su carrera.
¿Y el de una reina?
Definitivamente no sentir el aprecio de la gente. Creo que dejar de tener aceptación sería algo muy triste y decepcionante.
¿Qué te alentó a presentarse al Concurso?, ¿cómo fue el proceso de hacerlo dos veces?
Desde pequeña había soñado con ser reina, más exactamente Señorita Colombia. Cada 11 de noviembre me veía sin falta el Concurso junto a mi familia y para mí era una ilusión ver a las mujeres más hermosas de Colombia reunidas alrededor del mismo sueño. Presentarme dos veces no fue nada fácil, la primera, cuando esperaba representar a mi departamento en Cartagena no pude y fue un golpe muy duro. Tener que posponer un sueño es algo muy triste que a la vez te llena de impotencia. A pesar de todo, no desistí nunca de mi sueño.
¿Crees que puedas ser provechosa esta alianza entre el Concurso Nacional de Belleza y la moda que se teje gracias a ti?
Me parece que mi imagen de modelo es positiva para el Concurso, aunque no es este el único enfoque que se debe dar. Normalmente se sabe que una reina es una reina y una modelo es otra cosa, pero este año empezó una nueva era de esta institución y queremos imprimirle ese toque de modernidad y de moda que estamos acostumbrados a ver los colombianos.
¿Por qué crees que las reinas en Colombia siguen siendo tan importantes?
Vivimos en un país de reinas, siempre lo he dicho. Los colombianos tenemos una imagen ante el mundo de poseer mujeres muy hermosas, y ser reconocidos por eso es algo significativo para nosotros como latinos. Aparte de que por años hemos soñado con otra Miss Universo y tenemos la ilusión de conseguir ese título cada vez que se elige una nueva Señorita Colombia.
¿El momento más difícil por el que pasaste durante este proceso y el consejo que te resultó más efectivo para superarlo?
Debo decir que los últimos días fueron difíciles… sentía muchísimo la presión y había momentos en los que el agotamiento era sensible, pero siempre me acordaba de que estar allí, presente, había sido mi sueño por años y eso me llevaba a superar el cansancio. Entonces, seguía el consejo de un amigo de relajarme y disfrutar minuto a minuto el reinado, sin tomármelo tan a pecho ni obsesionarme.
¿Qué descubriste de ti misma que no hubieras sabido antes?
Que la perseverancia sí da resultados, y que la disciplina tiene su recompensa. Me probé a mí misma que era capaz.
¿Cuál crees que es el verdadero poder de una reina en Colombia?
Definitivamente, el verdadero significado y valor del papel que ahora asumo reside en llevar a los rincones de Colombia no solo la belleza física, sino un puñado de sentimientos que estoy en posibilidad de transmitirles a las personas que sueñan con conocer a una reina y, muchas veces, hacerles olvidar los malos momentos, darles felicidad. Y algo fundamental: realizar innumerables obras sociales, lo más importante que necesita nuestro país.
¿Qué le dirías a la gente que piensa que el papel de la Señorita Colombia es superficial?
Los invito a que se enteren y sigan más a fondo la labor social del Concurso Nacional de Belleza, la cual se ha realizado durante 80 años, para que se den cuenta de que lo superficial pasa a un segundo plano cuando eres la voz de muchos y, más aún, cuando eres un modelo a seguir por millones de niñas que sueñan con ser la reina de los colombianos.